Actioner
de serie B dirigido por el debutante Andrew Prowse, que luego rodaría
otras cutreces como Enemigo sobrenatural (1990), Ultraman: Towards
the future (1990) o El reino perdido (2007) pero que básicamente se
paso toda su carrera, hasta su muerte en 2018, rodando capítulos
para series de televisión como The new adventures of black beauty
(1992), Los rompecorazones (1997), Wildside (1999), Farscape (2003) o
Rush (2011) y que nos presenta al mítico Sam J. Jones -que ocho años
después del estreno de Flash Gordon (Mike Hodges, 1980) andaba
revolcándose en productos de baratillo del estilo de Jungle Heat
(Jobic Wong, 1985), Jane en busca de la ciudad perdida (Terry Marcel,
1987), Vengador (James Sbardellati, 1988) con la tremenda Vanessa
Williams, Formula mortal (Doo-Yong Lee, 1988) o Whiteforce (Eddie
Romero, 1988)- en la piel de Steve, un viudo que malvive junto a su
hija pequeña Becky (Stephanie Mason) en un lugar indeterminado y un
tiempo indeterminado, aunque por la pinta que tiene todo, es de
suponer que la película este ambientada en un futuro
postapocaliptico en la onda de Mad Max (un tema muy recurrente en la
serie B debido a la escasez de dinero). En fin, que el pobre Steve se
pone a currar en una empresa de grúas tuneadas, porque se ve que en
dicho futuro el negocio esta en la asistencia en carretera, pero
claro, la competencia es dura y la empresa rival, Black Night tiene
en sus filas a un cabrón llamado Nelson (Don Swayze) que junto a sus
secuaces Surf (Robert Marius) y Pool (Billy Blanks) se dedican a
propiciar accidentes para luego socorrer a las victimas y hacer
negocio. Black Night no quiere competencia, así que la llegada de
Steve hará que se produzca un enfrentamiento encarnizado entre ambos
y para colmo, los suegros de nuestro prota, John (Gerald Gordon) y su
mujer Leslie (Renata Scott) odian a muerte a Steve y quieren quitarle
la custodia de su hija. Pero no todo son malas noticias para nuestro
guerrero de la carretera de hacendado, ya que una imponente mujer
llamada Harry (Catherine Bach) se cruzara en su camino y su corazón
y le ayudara a enderezar su vida.
Esta
julandrada esta escrita por Patrick Edgeworth, guionista de No somos
ángeles (Russell Hagg, 1977) o Los bicivoladores (Brian
Trenchard-Smith, 1983), la producción corrió a cargo de Anthony I.
Ginnane -productor de el cutre-simpático thriller Punto limite (Paul
Lynch, 1995) con Andrew Dice Clay y Robert Davi y el sci-fi de
segunda división Asesinos ciberneticos (Christian Duguay, 1995)
protagonizado por Peter Weller- junto a Marilyn Ong, productora de
Hell Hole (Ciro H. Santiago, 1978) “¡Sexy women must escape from
jungle prison!” o la anterior película se Sam Jones, Whiteforce
(Eddie Romero, 1988). Todo bajo el amparo de la productora Eastern
Film Management Corporation, que tiene en su haber astracanadas como
Killer instinct (Ciro H. Santiago, 1987) o Justicia fatal (Joey
Romero, 1988) y, si, por si os lo preguntabais, la película se rodó
en Filipinas.
De
la banda sonora se hizo cargo Paul Schutze, conocido en su casa y por
haber compuesto la música de La historia de Ruby Rose (Roger
Scholes, 1987) o Asalto a Firebase Gloria (Brian Trenchard-Smith,
1989); De la fotografía, pese a ser una autentica mierda, se
hicieron cargo tres personas; Kevan Lind, cuyo mayor merito es haber
sido “additional camera operator” en Calma total (Phillip Noyce,
1989), Richard Michalak, director de fotografía de esa menospreciada
obra maestra de las artes marciales noventera llamada Tres pequeños
ninjas (Jon Turteltaub, 1992), director de fotografía de la segunda
unidad en Mad Max: Mas allá de la cúpula del trueno (George Miller,
George Ogilvie, 1985) y Dark City (Alex Proyas, 1998) y Jun Pereira,
curtido en películas como 2098: Holocausto nuclear (Bobby A. Suarez,
1985) o El ultimo comando (1985) también de Suarez.
En
cuanto al elenco tenemos al ya mencionado Sam J. Jones y del resto
del reparto tan solo destacar tres nombres mas; Don Swayze, actor
curtido en infinidad de series de televisión y alguna que otra
chapuza de serie B y sobre todo, hermanisimo de Patrick Swayze, la
hermosa Catherine Bach, recordada por su papel (y modelitos) de Daisy
Duke en la serie de televisión The Dukes of Hazzard (1979-1985) y
por ser la jamona del mono azul y el Lamorghini en Los locos de
Cannonball 2 (Hal Needham, 1984) y Billy Blanks, creador del método
de fitness “Tae Bo” y actorzuelo en películas como Tango y Cash
(Andrei Konchalovsky, 1989), Lionheart: El luchador (Sheldon Lettich,
1990), El rey de los kickboxers (Lucas Lowe, 1990), Treinta minutos
para morir (Avi Nesher, 1991) o El ultimo Boy Scout (Tony Scott,
1991).
Tres
cosas destacaría de esta película; el carisma de Sam Jones, la
belleza de Catherine Bach y lo bien construida (dentro de lo que
cabe) que esta la relación entre los personajes de Jones, su hija y
Catherine Bach ya que para ser un producto de acción de serie B no
me esperaba para nada que lo que mas me llamase la atención fuese
precisamente dicha relación, tenia todas mis esperanzas puestas en
la acción pura y dura, pero al final, esa parte me ha decepcionado
totalmente ya que escasea y cuando la hay esta mal rodada, mal
coreografiada y es jodidamente lamentable, en cambio, cuando la
película tira por la vertiente mas humana y dramática me ha
convencido. Así que si buscáis acción futurista mejor no la veáis,
si por el contrario queréis ver una historia sobre un tierno padre
que esta dispuesto a hacer lo que sea necesario por el bien de su
hija, no dudéis en darle una oportunidad ya que como drama colateral
la película funciona mejor que como producto de acción. Ahí lo
dejo. 4/10