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miércoles, 19 de febrero de 2020

Millennium (Michael Anderson, 1989)



Dos aviones de pasajeros colisionan poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de Minneapolis. Pero antes del choque se produce una explosión, y uno de los copilotos descubre que antes de dicha explosión todos los pasajeros ya estaban muertos.
Bill Smith, investigador jefe de la junta nacional de transporte (NTSB), es asignado para determinar si un error humano ha sido el causante del accidente, pero cuanto mas indaga en ello mas dudas tiene sobre lo ocurrido, hasta que entra en escena Louise Baltimore, una azafata de la compañía aérea que sabe mas al respecto de lo que aparenta.
Interesante película de ciencia ficción con toques dramáticos que llevaba 10 años rondando por los estudios de Hollywood desde que John Varley publicase el relato corto en 1977 y que en ese momento tenia intención de dirigir el diseñador de efectos visuales Douglas Trumbull, también director de películas como Naves misteriosas (1972) o Proyecto Brainstorm (1983).
El estudio (MGM) tenia intención de rodar la película con Paul Newman , que por aquel entonces venia de rodar Buffalo Bill y los indios (Robert Altman, 1976) y El castañazo (George Roy Hill, 1977) y Jane Fonda, que estaba recién salida de Roba bien sin mirar a quien (Ted Kotcheff, 1977) y Julia (Fred Zinnemann, 1977), pero tras la trágica muerte de Natalie Wood en noviembre de 1981 -con quien Trumbull había trabajado en Proyecto Brainstorm- se paralizo la producción.
Mas tarde la producción paso a manos de la 20th Century Fox y hubo un baile incesante de candidatos a dirigir la pelicula como Richard Rush, conocido por aquel thriller erótico protagonizado por Bruce Willis y la guapísima Jane March llamado El color de la noche (1994), el canadiense Alvin Rakoff o Randal Kleiser, director de Grease (1978), El lago azul (1980) o El vuelo del navegante (1986) pero las negociaciones no fueron a buen puerto y entre tantas idas y venidas a John Varley le dio tiempo a convertir su relato corto en una novela y mas tarde en un guion.
Finalmente fue Michael Anderson, director de entre otras La vuelta al mundo en 80 días (por la que obtuvo el Oscar a mejor director) Operación crossbow (1965) o La fuga de Logan (1976) el elegido para hacerse cargo de la dirección. De la fotografía se encargo Rene Ohashi, camarografo de películas como Shadow dancing (Lewis Furey, 1988) o They (Robert Harmon, 2002) y el especialista en bandas sonoras para televisión Eric Robertson se encargo de la partitura.
La película se rodó íntegramente en Toronto (el set al aire libre utilizado para simular el accidente del 747 era tan convincente que los pilotos que aterrizaban en el aeropuerto de Toronto creían que se trataba de los restos de un accidente real) y recaudo a nivel mundial casi 6 millones de dolares.
Los papeles principales recayeron en Kris Kristofferson, que estaba recién salido de rodar la miniserie Amerika (1987) y El gran Pee-Wee (Randal Leiser, 1988), Chery Ladd, famosa por aquella época por haber interpretado a Kris Munroe en la ultima temporada de la conocida serie Los angeles de Charlie (1976-1981) en sustitución de Farrah Fawcett y Daniel J. Travanti, recordado por su papel del capitán Frank Furillo en la mítica serie Canción triste de Hill Street (1981-1987).
A ver, no tenia la menor idea de la existencia de esta película y si decidí verla fue porque estaba buscando cutreces de serie B y esta me salio recomendada en IMDB, y la verdad es que me he llevado una grata sorpresa encontrándome una estimable producción de ciencia ficción con una premisa cojonuda (Los humanos del futuro son estériles y su existencia peligra, así que utilizan la tecnología de la que disponen para viajar al pasado y “abducir” a victimas de accidentes aéreos, antes de que mueran, para llevárselos al futuro y repoblar la tierra) y un guion bastante interesante (me ha dado la sensación de estar ante una predecesora-salvando las distancias- de 12 Monos de Terry Gilliam), si a eso le sumas la buena química entre un Kristofferson al que el papel le sienta como un guante y a una Cheryl Ladd que desprende sensualidad en cada plano, te da como resultado una película la mar de interesante y creo, desconocida, que vale la pena recuperar. Cierto es que tanto los efectos visuales, como todo lo que tiene que ver con el futuro da un poco de grima (¡ese robot, uff!) pero la trama de viajes temporales y el drama de los personajes engancha de lo lindo. 6/10

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