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viernes, 30 de octubre de 2020

Cazador Blanco, Corazón Negro (Clint Eastwood, 1990)

 


Tras dirigir El jinete pálido (1985) y El sargento de hierro (1986) Clint Eastwood dio un giro a su carrera detrás de las cámaras para centrarse en proyectos mas personales como el biopic del saxofonista Charlie Parker, Bird (1988) o esta Cazador blanco, corazón negro tras la cual iba desde hace bastante tiempo y que supondría un antes y después dejando patente que sus ambiciones como director superaban de calle a las que tenia como actor. Tanto deseaba rodarla que Eastwood acordó dirigir El principiante (1990) a cambio de que Warner Brothers le dejase sentarse tras la silla de director en esta Cazador blanco, corazón negro. La película, basada en la novela homónima de Peter Viertel de 1953 cuenta las experiencias del escritor mientras trabajaba a las ordenes de John Huston en la película La reina de África (1951) que se filmo en África en un momento en el que los rodajes fuera de los Estados Unidos eran muy poco habituales. El personaje principal, el descarado director John Wilson, interpretado por Clint Eastwood, se basa en el director John Huston. Jeff Fahey interpreta a Pete Verrill, un personaje basado en Viertel. El personaje de George Dzundza esta basado en el productor de la Reina de África Sam Spiegel. Marisa Berenson, que interpreta a Kay Gibson y el personaje de Richard Vanstone, Phil Duncan, están basados en Katharine Hepburn (que en una entrevista cuestiono la precisión de la película) y Humphrey Bogart respectivamente. De adaptar su novela a la gran pantalla se encargo el propio Viertel junto a James Bridges, guionista y director de El síndrome de China (1979), Cowboy de ciudad (1980) y Perfect (1985) con Jamie Lee Curtis en marcando tipazo con los bodys y calentadores ochenteros y Burt Kennedy, que había hecho lo propio en películas como Ana Caulder (1971) con una Raquel Welch de infarto y Ladrones de trenes (1973) junto a la no menos imponente Ann-Margret. De poner la pasta se encargaron el propio Clint Eastwood a través de su compañía Malpaso Productions y Rastar Pictures, productora de Robin y Marian (Richard Lester, 1976), El trueno azul (John Badham, 1983) o El secreto de mi éxito (Herbert Ross, 1987) junto a Stanley Rubin, productor del noir Testigo accidental (Richard Fleischer, 1952) o Revenge (Tony Scott, 1990) y David Valdes, productor que ha trabajado con Eastwood en películas como El jinete pálido (1985), Bird (1988), La lista negra (Buddy Van Horn, 1988), Sin perdón (1992), En la linea de fuego (Wofgang Petersen, 1993) o Un mundo perfecto (1993), ademas de ejercer en películas que me traen muy buenos recuerdos como ese divertido despiporre con alma de serie B llamado Turbulence (Robert Butler, 1997) u la magnifica Open Range (Kevin Costner, 2003) todo bajo la atenta mirada de la Warner Brothers, que ejerció de productora y distribuidora. De la fotografía principal, grandiosa, todo sea dicho, se hizo cargo Jack N. Green, director de fotografía que debuto con Eastwood en El sargento de hierro (1986) y colaborador asiduo suyo en films como Bird (1988), El principiante (1990), Sin perdón (1992), Un mundo perfecto (1993), Los puentes de Madison (1995), Poder absoluto (1997), Medianoche en el jardín del bien y del mal (1997), Ejecución inminente (1999) o Space cowboys (2000) amen de encargarse de la fotografía principal en Malas compañías (Damian Harris, 1995), La red (Irwin Winkler, 1995) o Twister (Jan de Bont, 1996) y para componer la banda sonora Clint contó con otro de sus habituales, Lennie Niehaus, compositor de las antes citadas El jinete pálido, El sargento de hierro, Bird, El principiante, Sin perdón, Un mundo perfecto, Los puentes de Madison, Poder absoluto, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Ejecución inminente, Space cowboys o Deuda de sangre. La película se rodó entre junio y agosto de 1989 entre Zimbabwe, Zambia y los Pinewood Studios en Bukinghamshire (Inglaterra), tuvo un presupuesto de 24 millones de dolares y apenas recaudo 2 a nivel mundial convirtiéndose en el mayor fracaso de taquilla de Eastwood en la década de los 90, pese a ello la película estuvo nominada a mejor película en el festival de Cannes de ese año, galardón que perdió ante David Lynch y su Corazón Salvaje. Del casting se hizo cargo la inglesa Mary Selway, encargada del casting en infinidad de películas entre las que destacan Robin y Marian (Richard Lester, 1976), Excalibur (John Boorman, 1981), En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981), El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), Top Secret (Jim Abrahams y David y Jerry Zucker, 1984), Memorias de África (Sydney Pollack, 1985), Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988) y que ocho años antes ya había trabajado con Eastwood en Firefox: El arma definitiva (1982). Eastwood se quedo con el papel de John Wilson y para el resto del elenco Selway contrato a Jeff Fahey, que venia de rodar bajo las ordenes de la ex mujer de Eastwood, Sondra Locke, el thriller Impulso (1990) y el policíaco Código azul (John Mackenzie, 1990). George Dzundza, que también venia de rodar Impulso (supongo que Locke hablaría maravillas de estos dos a Eastwood) se hizo con el papel de Paul Landers, el productor al que Wilson (Eastwood) saca de quicio constantemente. El papel de Kay Gibson fue a parar a Marisa Berenson, vista en Cabaret (Bob Fosse, 1972) o Barry Lindon (Stanley Kubrick, 1975) pero que llevaba unos añitos estancada en series de televisión como El despilfarro (1987), Hemingway (1988), Océano (1989) o Sangre Azul (1990). De emular a Humphrey Bogart se hizo cargo Richard Vanstone, actor ingles conocido por participar en series muy british tal que Inspector Morse (1987) o Agatha Cristhie: Poirot (1989) y del resto del cast no diré nada porque no vale la pena ni mencionarlos. Yo no puedo hablar mas que bien de la película, cuanto mas la veo mas me gusta. Me encanta el cine dentro del cine, me chifla el papel de Clint Eastwood y sus diálogos y salidas de madre con todo el que se le cruce y para muestra un botón; “Me gustaría mucho contarle una anécdota, pero no debe interrumpirme, porque es demasiado bonita como para hacerlo. Estando yo en Londres, a principios de los 40 cenaba yo en el Saboy con un grupo de gente selecta, y a mi lado se sentaba una mujer bellísima, tanto como usted. Mientras cenábamos y caían las bombas, hablábamos de Hitler y le comparábamos con Napoleón. Todos decíamos cosas acertadas, y luego, de repente, aquella mujer habló y dijo que lo único que no le molestaba de Hitler era cómo trataba a los judíos. Naturalmente todos nos lanzamos contra ella, aunque en aquella mesa no había ningún judío, pero ella insistía. En fin, ella empezó a decir lo que opinaba de todo aquello, y que si pudiera los mataría a todos, quemándolos en hornos, igual que Hitler. Todos nos quedamos en silencio. Hasta que yo, dirigiéndome a ella le dije: señora, le aseguro que he cenado con alguna de las zorras más asquerosas de mi época, y he cenado con alguna de las zorras más asquerosas del mundo entero, pero usted, señora, es la zorra más asquerosa de todas. En fin, ella se levantó para irse, tropezó con una silla y cayó al suelo y... todos seguimos sentados. Nadie movió un dedo para ayudarla. Y al final cuando pudo levantarse, le dije una vez más: usted, querida, es la zorra más asquerosa con la que he cenado jamás. ¿Y sabe qué ocurrió? Al día siguiente ella fue a denunciarme a la embajada americana, y me llamaron para reñirme. Y luego cuando investigaron, averiguaron que ella era un agente alemán, y la detuvieron. ¿Qué le parece? -¿Por qué me ha contado esa anécdota? - Pues... no sé. No es que crea que es usted un agente alemán, querida. Pero esta noche... tenía ganas de decirle a usted lo mismo, y no quería que pensara que no lo había dicho nunca. Usted señora es la... bueno, ya conoce el resto”. Y me apasiona la ambientación y la atmósfera que se crea al meter a un pequeño grupo de gente en un entorno que no es el suyo, esas reuniones nocturnas con unas copas de mas, esas cenas a la luz de la luna, la inmensidad de los paisajes... y si a eso le sumas el valor añadido que le da estar ambientada en África, pues ya me dirás, tienes como resultado una película entretenidisima sobre las obsesiones de un director autodestructivo y con ganas de gresca. 7/10