Simplona película de terror (ejem) que
se sube al carro de la nostalgia ochentera dirigida por Marc Meyers,
director de la adaptación a cine del cómic de Def Backderf My
Friend Dahmer (2017) y del drama Human Capital (2019) y con guion de
Alan Trezza, que lo único que había hecho antes como guionista fue
aquella basurilla dirigida por Joe Dante llamada Enterrando a la ex
(2014) en la que también aparecía la exuberante Alexandra Daddario
y que aquí nos cuenta la historia de tres amigas; Alexis (Alexandra
Daddario), Val (Maddie Hasson) y Beverly (Amy Forsyth) que durante un
concierto de Heavy Metal conocen a otros tres chicos; Mark (Keenan
Johnson), Ivan (Austin Swift) y Kovacs (Logan Miller) y deciden
llevárselos a casa de Alexis para seguir la juerga. Lo que estos
pájaros no saben es que en realidad las tres amigas no son unas
jevilonas con ganas de fiesta, sino unas asesinas en serie en
potencia que quieren acabar con sus vidas.
Para producir este intento de homenaje
a la Serie B sin gracia se unieron un sinfín de productoras y
productores (cuantas mas productoras, peor producto) entre las que
destacan Common Enemy, compañía fundada por Kyle Tekiela, que venia
de producir la anteriormente mencionada Enterrando a la ex y el drama
de Netflix Mudbound (Dee Rees, 2017); Thefyzz, productora encargada
de aquel bodriazo español llamado XP3D (Sergi Vizcaino, 2011) o de
películas mas interesantes como Bone Tomahawk (S. Craig Zahler,
2015), Silencio (Martin Scorsese, 2016), La Corresponsal (Matthew
Heineman, 2018), Nación Salvaje (Sam Levinson, 2018) o Dragged
Across Concrete (S. Craig Zahler, 2018) aunque mirando ahora por
Internet veo que también esta detrás de las ultimas mierdas
paga-hipotecas de Steven Seagal, Bruce Willis, Jean-Claude Van Damme
o John Travolta. En fin, sigamos, también anda por aquí Magna
Entertainment que tan solo tiene seis títulos en su haber en el que
solo destaca el drama deportivo sobre la figura del boxeo Vinny
Pazienza Sacrificio de leyenda (Ben Younger, 2016); Highland Film
Group, que venían de producir basurillas del calibre de Looking
Glass (Tim Hunter, 2018) con Nicolas Cage, Reprisal (Brian A. Miller,
2018) con Bruce Willis poniendo el cazo, el Slasher The Row: La
Hermandad (Matty Beckerman, 2018) o las secuelas de Plan de escape;
Plan de escape 2: Hades (Steven C. Miller, 2018) y Plan de escape III
(John Herzfeld, 2019). A la fiesta se une Iconic Media One,
productora que se estrena con esta película y que tiene varias
anunciadas pero ninguna confirmada y Nightsade Entertainment, creada
para producir esta película y (seguramente) para defraudar a
hacienda.
De componer la banda sonora se hizo
cargo el ingles Tim Williams, curtido en el departamento musical en
producciones como Guardianes de la Galaxia (James Gunn, 2014), Dejame
salir (Jordan Peele, 2017) o Fast & Furious: Hobbs & Shaw
(David Leitch, 2019) y que aquí desarrolla un trabajo bastante plano
y simplón en el cual solo destaca la inclusión del éxito de
Belinda Carlisle “Heaven Is A Place On Earth” y el tema jevarra
de los Mercyful Fate “Black Funeral”. De la fotografía principal se encargo
Tarin Anderson que había participado en un segmento de V/H/S 2
(Simon Barret, 2013) y venia de trabajar junto a Demi Moore en una
basura infecta llamada Ejecutivos Agresivos (Patrick Brice, 2019) y
que aquí se limita a cumplir sin proponer nada novedoso u original. Para elegir al cast principal se
contrato los servicios de Michelle Lewitt, directora de casting de
películas como Transformers (Michael Bay, 2007), Ángeles y Demonios
(Ron Howard, 2009) o Los Sustitutos (Jonathan Mostow, 2009) que
eligió a la voluptuosa Alexandra Daddario que venia de darse el
batacazo con El juego del asesino (David Raymond, 2018) y que no
estaba en el candelero desde el relativo éxito de Baywatch (Seth
Gordon, 2017) para interpretar a Alexis, la zumbada ultra-religiosa
embarcada en una cruzada asesina en contra de cualquier infiel que se
le cruce; Para interpretar a Val, secuaz de Alexis se ficho a Maddie
Hasson, que estaba recién salida del interesante drama religioso
Novitiate (Maggie Betts, 2017) y de More Than Enough (Anne-Marie
Hess, 2017) otro dramón que no he tenido oportunidad de ver, pero al
que le tengo ganas ya que de esta We Summon The Darkness lo único
que rescato es la presencia de esta actriz y mira que al verla por
primera vez mi primer pensamiento fue bastante negativo con su
aspecto físico pero a los cinco minutos ya estaba totalmente rendido
ante ella, ha acabado encantándome tanto físicamente como
interpretativamente, se nota que sabe donde se ha metido y lo esta
disfrutando a piñón fijo y encima la pava esta jodidamente buena,
vamos, que me he pillado por esta Maddie Hasson a la que a partir de
ahora le seguiré la pista cual lamentable acosador. Para terminar el
trío de damiselas psicóticas tenemos a Amy Forsyth, actriz curtida
en series de televisión como Cracked (2013), Degrassi: La nueva
generación (2014), Defiance (2014), The Path (2016) o Rise (2018) y
que venia de Hell Fest (Gregory Plotkin, 2018) otro Slasher
cutresalchichero y que da vida a Beverly, la nueva del grupo que se
da cuenta del lavado de cerebro al que están siendo sometidas y
decide volverse en contra de sus dos compinches y ayudar a los
desvalidos fans del metal. Para interpretar a estos tres metalheads
se contrato a Keenan Johnson, que estaba recién salido de Alita:
Ángel de combate (Robert Rodríguez, 2019) para dar vida a Mark, el
guaperillas que pierde los huesos (y casi la vida) por Beverly; Logan
Miller, visto en Escape Room (Adam Robitel, 2019) que interpreta a
Kovacs y Austin Swift, que lo único destacable de su filmografía es
haber participado en Vivir de noche (Ben Affleck, 2016) y que aquí, además de participar como actor, ejerce de coproductor.
La película
se filmo en Chicago, donde se rodaron las escenas de carretera y
Winnipeg (Canadá) donde se recreo el set de la casa de Alexis donde
tiene lugar gran parte de la trama. En resumen, a mi me ha parecido
bastante floja y descafeinada, con pocos asesinatos y con un
desarrollo que va de mas a menos dejándome la sensación que me
hubiese interesado mas de no convertirse en un slasher y haber
seguido siendo una película en la que tres amigas conocen a tres
chicos y se van de juerga juntos. Al final, se la he soportado entera
ha sido únicamente por la presencia de Maddie Hasson y eso que si la
vi era por la Daddario... sorpresas te da la vida. 4/10