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viernes, 30 de octubre de 2020

Cazador Blanco, Corazón Negro (Clint Eastwood, 1990)

 


Tras dirigir El jinete pálido (1985) y El sargento de hierro (1986) Clint Eastwood dio un giro a su carrera detrás de las cámaras para centrarse en proyectos mas personales como el biopic del saxofonista Charlie Parker, Bird (1988) o esta Cazador blanco, corazón negro tras la cual iba desde hace bastante tiempo y que supondría un antes y después dejando patente que sus ambiciones como director superaban de calle a las que tenia como actor. Tanto deseaba rodarla que Eastwood acordó dirigir El principiante (1990) a cambio de que Warner Brothers le dejase sentarse tras la silla de director en esta Cazador blanco, corazón negro. La película, basada en la novela homónima de Peter Viertel de 1953 cuenta las experiencias del escritor mientras trabajaba a las ordenes de John Huston en la película La reina de África (1951) que se filmo en África en un momento en el que los rodajes fuera de los Estados Unidos eran muy poco habituales. El personaje principal, el descarado director John Wilson, interpretado por Clint Eastwood, se basa en el director John Huston. Jeff Fahey interpreta a Pete Verrill, un personaje basado en Viertel. El personaje de George Dzundza esta basado en el productor de la Reina de África Sam Spiegel. Marisa Berenson, que interpreta a Kay Gibson y el personaje de Richard Vanstone, Phil Duncan, están basados en Katharine Hepburn (que en una entrevista cuestiono la precisión de la película) y Humphrey Bogart respectivamente. De adaptar su novela a la gran pantalla se encargo el propio Viertel junto a James Bridges, guionista y director de El síndrome de China (1979), Cowboy de ciudad (1980) y Perfect (1985) con Jamie Lee Curtis en marcando tipazo con los bodys y calentadores ochenteros y Burt Kennedy, que había hecho lo propio en películas como Ana Caulder (1971) con una Raquel Welch de infarto y Ladrones de trenes (1973) junto a la no menos imponente Ann-Margret. De poner la pasta se encargaron el propio Clint Eastwood a través de su compañía Malpaso Productions y Rastar Pictures, productora de Robin y Marian (Richard Lester, 1976), El trueno azul (John Badham, 1983) o El secreto de mi éxito (Herbert Ross, 1987) junto a Stanley Rubin, productor del noir Testigo accidental (Richard Fleischer, 1952) o Revenge (Tony Scott, 1990) y David Valdes, productor que ha trabajado con Eastwood en películas como El jinete pálido (1985), Bird (1988), La lista negra (Buddy Van Horn, 1988), Sin perdón (1992), En la linea de fuego (Wofgang Petersen, 1993) o Un mundo perfecto (1993), ademas de ejercer en películas que me traen muy buenos recuerdos como ese divertido despiporre con alma de serie B llamado Turbulence (Robert Butler, 1997) u la magnifica Open Range (Kevin Costner, 2003) todo bajo la atenta mirada de la Warner Brothers, que ejerció de productora y distribuidora. De la fotografía principal, grandiosa, todo sea dicho, se hizo cargo Jack N. Green, director de fotografía que debuto con Eastwood en El sargento de hierro (1986) y colaborador asiduo suyo en films como Bird (1988), El principiante (1990), Sin perdón (1992), Un mundo perfecto (1993), Los puentes de Madison (1995), Poder absoluto (1997), Medianoche en el jardín del bien y del mal (1997), Ejecución inminente (1999) o Space cowboys (2000) amen de encargarse de la fotografía principal en Malas compañías (Damian Harris, 1995), La red (Irwin Winkler, 1995) o Twister (Jan de Bont, 1996) y para componer la banda sonora Clint contó con otro de sus habituales, Lennie Niehaus, compositor de las antes citadas El jinete pálido, El sargento de hierro, Bird, El principiante, Sin perdón, Un mundo perfecto, Los puentes de Madison, Poder absoluto, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Ejecución inminente, Space cowboys o Deuda de sangre. La película se rodó entre junio y agosto de 1989 entre Zimbabwe, Zambia y los Pinewood Studios en Bukinghamshire (Inglaterra), tuvo un presupuesto de 24 millones de dolares y apenas recaudo 2 a nivel mundial convirtiéndose en el mayor fracaso de taquilla de Eastwood en la década de los 90, pese a ello la película estuvo nominada a mejor película en el festival de Cannes de ese año, galardón que perdió ante David Lynch y su Corazón Salvaje. Del casting se hizo cargo la inglesa Mary Selway, encargada del casting en infinidad de películas entre las que destacan Robin y Marian (Richard Lester, 1976), Excalibur (John Boorman, 1981), En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981), El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), Top Secret (Jim Abrahams y David y Jerry Zucker, 1984), Memorias de África (Sydney Pollack, 1985), Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988) y que ocho años antes ya había trabajado con Eastwood en Firefox: El arma definitiva (1982). Eastwood se quedo con el papel de John Wilson y para el resto del elenco Selway contrato a Jeff Fahey, que venia de rodar bajo las ordenes de la ex mujer de Eastwood, Sondra Locke, el thriller Impulso (1990) y el policíaco Código azul (John Mackenzie, 1990). George Dzundza, que también venia de rodar Impulso (supongo que Locke hablaría maravillas de estos dos a Eastwood) se hizo con el papel de Paul Landers, el productor al que Wilson (Eastwood) saca de quicio constantemente. El papel de Kay Gibson fue a parar a Marisa Berenson, vista en Cabaret (Bob Fosse, 1972) o Barry Lindon (Stanley Kubrick, 1975) pero que llevaba unos añitos estancada en series de televisión como El despilfarro (1987), Hemingway (1988), Océano (1989) o Sangre Azul (1990). De emular a Humphrey Bogart se hizo cargo Richard Vanstone, actor ingles conocido por participar en series muy british tal que Inspector Morse (1987) o Agatha Cristhie: Poirot (1989) y del resto del cast no diré nada porque no vale la pena ni mencionarlos. Yo no puedo hablar mas que bien de la película, cuanto mas la veo mas me gusta. Me encanta el cine dentro del cine, me chifla el papel de Clint Eastwood y sus diálogos y salidas de madre con todo el que se le cruce y para muestra un botón; “Me gustaría mucho contarle una anécdota, pero no debe interrumpirme, porque es demasiado bonita como para hacerlo. Estando yo en Londres, a principios de los 40 cenaba yo en el Saboy con un grupo de gente selecta, y a mi lado se sentaba una mujer bellísima, tanto como usted. Mientras cenábamos y caían las bombas, hablábamos de Hitler y le comparábamos con Napoleón. Todos decíamos cosas acertadas, y luego, de repente, aquella mujer habló y dijo que lo único que no le molestaba de Hitler era cómo trataba a los judíos. Naturalmente todos nos lanzamos contra ella, aunque en aquella mesa no había ningún judío, pero ella insistía. En fin, ella empezó a decir lo que opinaba de todo aquello, y que si pudiera los mataría a todos, quemándolos en hornos, igual que Hitler. Todos nos quedamos en silencio. Hasta que yo, dirigiéndome a ella le dije: señora, le aseguro que he cenado con alguna de las zorras más asquerosas de mi época, y he cenado con alguna de las zorras más asquerosas del mundo entero, pero usted, señora, es la zorra más asquerosa de todas. En fin, ella se levantó para irse, tropezó con una silla y cayó al suelo y... todos seguimos sentados. Nadie movió un dedo para ayudarla. Y al final cuando pudo levantarse, le dije una vez más: usted, querida, es la zorra más asquerosa con la que he cenado jamás. ¿Y sabe qué ocurrió? Al día siguiente ella fue a denunciarme a la embajada americana, y me llamaron para reñirme. Y luego cuando investigaron, averiguaron que ella era un agente alemán, y la detuvieron. ¿Qué le parece? -¿Por qué me ha contado esa anécdota? - Pues... no sé. No es que crea que es usted un agente alemán, querida. Pero esta noche... tenía ganas de decirle a usted lo mismo, y no quería que pensara que no lo había dicho nunca. Usted señora es la... bueno, ya conoce el resto”. Y me apasiona la ambientación y la atmósfera que se crea al meter a un pequeño grupo de gente en un entorno que no es el suyo, esas reuniones nocturnas con unas copas de mas, esas cenas a la luz de la luna, la inmensidad de los paisajes... y si a eso le sumas el valor añadido que le da estar ambientada en África, pues ya me dirás, tienes como resultado una película entretenidisima sobre las obsesiones de un director autodestructivo y con ganas de gresca. 7/10



domingo, 23 de agosto de 2020

Sé lo que hicisteis el último verano (Jim Gillespie, 1997)



Tras el rotundo éxito (14 millones de presupuesto y 173 recaudados) de Scream (Wes Craven, 1996) tanto a su director, Wes Craven como a su guionista, Kevin Williamson, les empezaron a llover ofertas de todas las productoras de Hollywood, tanto para poner en marcha la secuela como para participar en nuevos proyectos. Ambos aceptaron la propuesta de Dimension Films y se embarcaron en el rodaje de Scream 2 (Wes Craven, 1997). Pero mira tu por donde que el guionista y creador de los personajes, Kevin Williamson, tenia perdido en un cajón un guion que había escrito antes que el de Scream y que había sido rechazado una y otra vez por un sin fin de productoras y aprovechando que estaba en la cresta de la ola lo desempolvo y se lo enseño al productor Erik Feig. Dicho guion estaba basado en la novela de 1973 del mismo nombre escrita por Lois Duncan que trataba sobre cuatro jóvenes que se ven involucrados en un accidente de atropello y fuga que involucra a un niño. Tras leer el guion, Feig le pidió a Williamson que lo reescribiera para que tuviese un tono mas parecido a una película slasher de los 80´s, pero quería que no fuese un calco de Scream, que se alejase del tono satírico de esta y apostase mas por la sencillez del slasher de toda la vida. Inspirado por su padre, que había sido un pescador comercial, Williamson cambio el escenario de la novela por un pequeño pueblo costero y convirtió al villano en un pescador armado con un garfio.
En cuanto tuvieron el guion a punto se asociaron con los productores Stokely Chaffin y Neal H. Moritz, socios en Original Film que venían de producir Volcano (Mick Jackson, 1997) y con William S. Beasley, que venia de hacer lo propio con Algo de que hablar (Lasse Hallström, 1995) y Un loco a domicilio (Ben Stiller, 1996) y empezaron a moverlo por Hollywood y fue Mandalay Entertainment, que venia de producir Fanático (Tony Scott, 1996), Donnie Brasco (Mike Newell, 1997) o Double Team (Tsui Hark, 1997) quien se hizo con el bajo la distribución de la todopoderosa Columbia Pictures.
El director elegido para llevar las riendas fue el escoces Jim Gillespie, que tenia nula experiencia en cine ya que tan solo había dirigido capítulos en series como Capital Lives (1994), Cardiac Arrest (1995) o Shooting Gallery (1995) pero que había impresionado a Williamson en su trabajo para la banda Queen en los videoclips de “Mother Love” y “Made in Heaven”. Williamson sugirió su nombre a los productores y estos, sorprendetemente, aceptaron.
Para hacerse cargo de la fotografía se recurrió a Denis Crossan, director de fotografía que había debutado rodando secuencias adicionales para Los Inmortales (Russell Mulcahy, 1986) y que venia de trabajar junto al propio Mulcahy en Seducción Peligrosa (1992) y Extremadamente Peligrosa (1993) y que aquí entrega un trabajo correcto y sin grandes florituras, ciñéndose mucho a los clichés del genero.
De la banda sonora se hizo cargo John Debney, surgido de la factoría Disney (es hijo de Louis Debney, productor de Disney), en la que se curtió en productos como Backstage at Disney (Tom Leetch, 1983), Donald Duck´s 50th Birthday (Andrew Solt, 1984), The Disney Family Album (1984), Sport Goofy in Soccermania (Matthew O´Callaghan, 1987) o Disneylandia. El mágico mundo del color (1991) tras pasar por las manos de Steven Spielberg en Las aventuras de los Tiny Toons (1990-1995) y SeaQuest DSV: Los vigilantes del fondo del mar (1993-1996) se curtió el lomo en muchas series de televisión hasta que apareció en mi vida gracias a la maravillosa y olvidada Gunmen (Deran Sarafian, 1993) que le abriría las puertas de Hollywood de par en par y le llevaría a proyectos como El retorno de las brujas (Kenny Ortega, 1993), pequeños gigantes (Duwayne Dunham, 1994) o la que para mi es su mejor banda sonora (con diferencia) hasta la fecha: La isla de las cabezas cortadas (Renny Harlin, 1995) donde se marca un maravilloso “Morgan´s Ride” que cada vez que la oigo me pone los pelos de punta. Lastima que en esta Se lo que hicisteis... se limite a entregar un score muy rutinario y simplón en el que no destaca ningún tema debido a la inclusión por parte de la productora de muchas canciones de grupos de la época.
El proceso de casting se le encargo a Mary Vernieu, que había debutado a principios de los años 90´s como asistente en películas como The Doors (Oliver Stone, 1991), Un buen policía (Heywood Gould, 1991), JFK: Caso abierto (Oliver Stone, 1991), Sneakers (Phil Alden Robinson, 1992) o Amor a quemarropa (Tony Scott, 1993) y que ese mismo año (1993) empezó su andadura como directora de casting en proyectos como Hombres de acero (Perry Lang, 1994), Nixon (Oliver Stone, 1995) o Memoria Letal (Renny Harlin, 1996) y que con el paso del tiempo se encargaría del casting en proyectos como Tres Reyes (David O. Russell, 1999), Pitch Black (David Twohy, 2000), Lagrimas del sol (Antoine Fuqua, 2003), 30 Días de oscuridad (David Slade, 2007), Predators (Nimrod Antal, 2010), Looper (Rian Johnson, 2012), The Equalizer (Antoine Fuqua, 2014), Los siete magníficos (Antoine Fuqua, 2016), Yo, Tonya (Craig Gillespie, 2017), Ha nacido una estrella (Bradley Cooper, 2018), Creed II: La leyenda de Rocky (Steven Caple Jr, 2018) o John Wick: Capitulo 3 – Parabellum (Chad Stahelski, 2019) y que para esta Se lo que hicisteis el ultimo verano selecciono a Jennifer Love Hewitt, que en ese momento era muy conocida gracias a su papel en la serie Cinco en familia (1994) para el papel de Julie James (tras haberse presentado esta al casting para el papel de Helen) basándose en su “capacidad para proyectar vulnerabilidad”. Hewitt logro su papel gracias a la mala audición de Danielle Harris, la “adorable” Darian de El ultimo Boy Scout (Tony Scott, 1991) y a la negativa de Melissa Joan Heart, quien en aquel momento estaba en lo mas alto gracias a su papel de Sabrina en la serie de televisión Sabrina, cosas de brujas (1996-2003) y que rechazo el papel porque pensaba que la película iba a ser una mera copia de Scream y que no tendría el éxito que tuvo aquella.
Para interpretar a Ray, el fiel novio de Julie se contrato, con el beneplácito del director Jim Gillespie, que dijo que sentía que este tenia una cualidad de “hombre común” muy similar al personaje a Freddie Prinze Jr, que había debutado un par de años antes en la serie de televisión Cosas de casa (1995) y que tan solo tenia dos títulos de cine en su haber; el drama Feliz cumpleaños, amor mio (Michael Pressman, 1996) junto a Michelle Pfeiffer y Claire Danes y la comedia Almas gemelas (Mark Waters, 1997) protagonizada por la adorable Parker Posey y la repelente Tori Spelling; Ryan Phillippe, que habia tenido papeles en dos buenas películas como Marea Roja (Tony Scott, 1995) y Tormenta Blanca (Ridley Scott, 1996) se hizo con el papel de Barry tras descartar a Jeremy Sisto (que también estaba recién salido de Tormenta Blanca) y Sarah Michelle Gellar que estaba empezando su andadura en su mítico papel de Buffy Summers en la serie Buffy, cazavampiros (1997-2003) se hizo con el papel de Helen pese a presentarse a la audición para interpretar a Julie y fue la ultima de los protagonistas principales en ser contratada y al igual que paso con Freddie Prinze Jr fue elegida personalmente por Gillespie porque “quería a una actriz con la que poder encariñarme, pero que a la vez pudiese parecer una autentica zorra”. Decir que pese a que Sarah Michelle Gellar y Freddie Prinze Jr comparten pocos minutos en pantalla, durante el rodaje se hicieron amiguitos y al poco tiempo empezaron una relación que los llevo a casarse durante la producción de Scooby Doo (Raja Gosnell, 2002) que ambos protagonizaron. Para dar vida a Missy, Vernieu y Gillespie buscaron a una actriz que tuviese una presencia significativa en pantalla, ya que el personaje, a pesar de aparecer en solo dos escenas es fundamental para la trama y eligieron a Anne Heche, actriz que venia de tener papeles importantes en Coacción a un jurado (Brian Gibson, 1996) junto a Demi Moore y Alec Baldwin, Donie Brasco (Mike Newell, 1997) con Al Pacino y Johnny Depp o Volcano (Mick Jackson, 1997) en la que compartía protagonismo con Tommy Lee Jones. A partir de ahí inicio una relación con Ellen DeGeneres y su carrera cinematográfica se fue, básicamente, a la mierda. Y, para finalizar el cast tenemos a Muse Watson, actor que habia tenido papeles menores en El cuento de la doncella (Volker Schlöndorff, 1990), Sommersby (Jon Amiel, 1993) o Asesinos (Richard Donner, 1995) y que tras dar vida al psicópata del chubasquero y el garfio siguió trabajando pero sin ningún papel destacable mas allá del de Charles Westmoreland en la serie Prison Break (2006).
El rodaje arranco el 31 de marzo de 1997 y se llevo a cabo durante un periodo de diez semanas en localizaciones como Jenner, Bodega Bay, Kolmer Gulch, Goat Rock Beach, Sonoma, Timber Grove, Carmet, Fort Ross y Marshall (California) y Southport, Durham, Burgaw y Wilmington (North Carolina).
La película tuvo un presupuesto de 17 millones de dolares y recaudo a nivel mundial casi 126 convirtiéndose en un éxito y abonando el camino para la secuela que no tardaría en llegar.
Decir que Lois Clark Duncan, la novelista en la que se baso Kevin Williamson para escribir su guion se opuso vehementemente a que su libro fuese re-elaborado como una película de terror (seguramente debido al hecho de que su hija menor fuese asesinada en 1989) y no oculto su hostilidad hacia el producto final llegando a decir que estaba “indignada por la maldita forma en que Williamson habia desvirtuado su libro”, pero mira tu por donde que toda esa mala leche le vino bien ya que las ventas de su libro se multiplicaron por diez tras el estreno de la película.
A mi en su día la película me gusto, iniciaba una nueva era en el cine slasher mas mainstream junto a Scream y me pillo de lleno en la edad del pavo. Vista hoy en día es una película simplona y sin gracia ni sustancia. Hay pocos asesinatos, muy espaciados en el tiempo y nada originales, Jennifer Love Hewitt esta muy buena, pero se pasa toda la película con cara de pánfila y dan ganas de abofetearla y en cuanto a Sarah Michelle-Gellar, parece que este oliendo mierda todo el metraje. De Philippe y Prinze Jr no digo nada porque están lamentables. En fin, que se deja ver si no la has visto previamente, pero un revisionado es soporífero y aburrido. Con la secuela ni me atrevo. 4/10

domingo, 16 de agosto de 2020

Species III (Brad Turner, 2004)



Nueve años después de la genial Species (Roger Donaldson, 1995) con la aparición en mi tierna adolescencia de la impactante Natasha Henstridge y seis tras su floja secuela; Species II (Peter Medak, 1998) llegó a las estanterías de los videoclubs esta tercera y lamentable entrega. Y es que tras el éxito de taquilla de la primera entrega que llego a recaudar 113 millones con un presupuesto de 35 y el desastre que supuso la segunda parte que tan solo llego a los 19 millones de dolares, la productora tras la saga; Metro-Goldwyn-Mayer decidió que lo mejor para curarse en salud era estrenar esta tercera entrega directamente en la televisión y así fue como el 27 de noviembre de 2004 se estreno en el canal SyFy y el 7 de diciembre de ese mismo año fue lanzada en DVD.
De la producción se encargaron a la par David Dwiggins, productor que venia de ejercer en series como Pacific Bell: The Rain Children (1988), Red Shoe Diaries (1994-1996) o Superespias (2003-2004) y que lo único destacable que ha hecho en el mundillo fue ser asistente del director en Plan de vuelo: Desaparecida (Robert Schwentke, 2005) y en Legión (Scott Stewart, 2010) y Frank Mancuso Jr, hijo del ex-presidente de Paramount Pictures y este si, con una carrera mas prolífica e interesante que la de su socio y reconocido en el mundillo por su participación en la saga de Viernes 13 y en producciones como Asuntos sucios (Mike Figgis, 1990), Cool World (Ralph Bakshi, 1992), Ronin (John Frankenheimer, 1998) y como no, la saga de Species en la que ha participado en las (hasta ahora) cuatro entregas. Mancuso quería que las criaturas se vieran ligeramente diferentes del concepto original de H.R. Giger, así que para esta película se contrato para dicha labor a Rob Hinderstein, especialista en efectos especiales y maquillaje que había trabajado en películas como Batman vuelve (Tim Burton, 1992), Jurassic Park (Steven Spielberg, 1993), Abierto hasta el amanecer (Robert Rodríguez, 1996), la olvidada, divertidisima y carne de auto-cine Space truckers (Stuart Gordon, 1996), Un pueblo llamado Dante´s Peak (Roger Donaldson, 1997), Esfera (Barry Levinson, 1998) u Operación Swordfish (Dominic Sena, 2001) y que en la segunda parte de Species se había encargado de diseñar los dientes y los ojos de la criatura.
El guion, basado en los personajes que había creado Dennis Feldman para la primera entrega, fue escrito por Ben Ripley, que debutaba con esta película a la que siguieron la siguiente entrega de la saga; Species IV: El despertar (Nick Lyon, 2007), la interesante Código fuente (Duncan Jones, 2011), el drama musical El coro (Françoise Girard, 2014) y el insulso remake de Linea Mortal; Enganchados a la muerte (Niels Arden Oplev, 2017). La trama seguía los hechos acontecidos al final de la segunda parte y nos presentaba a Eve, la clon de la Sil original dando a luz a Sara, la hija que tuvo con Patrick, el astronauta infectado con ADN alienigena, en un camión del ejercito estadounidense. El soldado del ejercito que transporta el camión secuestra a Sara después de que un niño mestizo (mitad alíen, mitad humano) asesine a Eve y la cría en su casa con el fin de estudiar su especie para crear una especie superior y de paso que le den el premio Nobel. Para ello contara con la ayuda de un alumno suyo ( si, resulta que se había infiltrado en el ejercito pero realmente era profesor de universidad) mientras que Sara ira creciendo y deseando aparearse con alguien de su especie, pero le resultara difícil ya que los únicos candidatos son mestizos que han crecido defectuosos y vulnerables a las enfermedades humanas.
De la banda sonora se hizo cargo el Checo Elia Cmiral, que tras una breve carrera entre su país natal y Suecia volvió a Los Ángeles (donde había estudiado) en 1993 y fue contratado por Don Johnson para que compusiera la música en su serie Nash Bridges (1996) lo que le abrió las puertas de Hollywood con encargos como Ronin (John Frankenheimer, 1998), Stigmata (Rupert Wainwright, 1999), Campo de batalla: La Tierra (Roger Christian, 2000) o Km. 666 (Rob Schimdt, 2003) y que aquí brilla por su ausencia, no recuerdo ningún momento en que la música destacase especialmente.
Para encargarse de la fotografía se contrataron los servicios del alemán Christian Sebaldt, director de fotografía encasillado en subproductos y secuelas como Casper: La primera aventura (Sean Mcnamara, 1997), Casper y la mágica Wendy (Sean Mcnamara, 1998), La familia Addams: La reunión (Dave Payne, 1998), Niño rico 2 (John Murlowski, 1998) y Resident Evil 2: Apocalipsis (Alexander Witt, 2004) y que posiblemente lo mas destacado de su carrera haya sido fotografiar a través del jersey de policía las pedazo de tetas de Paula Trickey en la serie de televisión Pacific Blue (1996-2000), el portentoso cuerpo de la tremenda Kelly Carlson en Starship troopers 2: El héroe de la federación (Phil Tippett, 2004) y claro esta, las deliciosas anatomías, y cuando digo anatomías me refiero a culo y tetas de las aquí presentes Sunny Mabrey y Amelia Cooke. Como director de fotografía no vale un pimiento pero tonto no es el pájaro.
En fin, sigamos. Del casting se encargaron a cuatro manos Zora DeHorter, que se había encargado del casting de Ali G Anda Suelto (Mark Mylod, 2002) y a partir de ahí fue de mal en peor y Paul Weber, que se había especializado en adaptaciones televisivas de productos cinematográficos como F/X: The series (1996), Desafío Total 2070 (1999) o Poltergeist: El legado (1999) y que tras esta Species III, siguió con secuelas chuscas como Pasión por el triunfo 3 (Stuart Gillard, 2008), Juegos de guerra 2 (Stuart Gillard, 2008) o Inmersión letal 2 (Stephen Herek, 2009). DeHorter y Weber eligieron a Robert Knepper, que se había pasado media vida dando tumbos por la televisión en series como Mas allá de los limites de la realidad (1987), Star Trek: La nueva generación (1987), Perry Mason (1991), La ley de Los Ángeles (1993), Ley y Orden (1995), Se ha escrito un crimen (1996) o El ala oeste de la Casa Blanca (2001) para interpretar al Doctor Abbot y un año después por fin vería recompensado su trabajo gracias a su papel de T-Bag en Prison Break y su carrera daría un salto de calidad y se asentaría en Hollywood con películas como Hostage (Florent-Emilio Siri, 2005), Buenas noches y buena suerte (George Clooney, 2005), Hitman (Xavier Gens, 2007), Transporter 3 (Olivier Megaton, 2008) o Ultimátum a la Tierra (Scott Derrickson, 2008), por desgracia para el la suerte le duro poco y hoy en día ha vuelto a los productos televisivos y al mercado del directo a vídeo; Para el papel de su pupilo, Dean, se contrato al cutre de Robin Dunne, otro asiduo a las secuelas baratas como Crueles intenciones 2 (Roger Kumble, 2000) o American psycho 2: El legado de Patrick Bateman (Morgan J. Freeman, 2002) y que siguió su carrera en la mierda mas infecta del mundo de las Tv Movies y el Video On Demand, pero oye, le vio de cerca las tetas a Sunny Mabrey ¡que le quiten lo bailao! Estos son los dos “humanos” de la película, bueno, hay mas, pero importan una mierda, en cuanto a las “alienigenas” tenemos a Sunny Mabrey, una rubiaza de muy buen ver que durante el rodaje cumplió los 29 años y que había debutado un par de años en cine con la comedia Los feos también mojan (Ed Decter, 2002) y que tras esta Species III logro colarse en producciones como xXx 2: Estado de emergencia (Lee Tamahori, 2005), La chica de mis sueños (Alex Steyermark, 2005) o Serpientes en el avión (David R. Ellis, 2006) pero rápidamente y como demuestra en esta película, en Hollywood se dieron cuenta de que no sabia actuar con ropa puesta y acabo en el inframundo de las Tv Movies, como casi todo el elenco de la película; El papel de su antagonista en la película, Amelia, recayó en Amelia (no se estrujaron mucho los sesos) Cooke, ganadora del “Elite Look of the Year” en Canadá, lo que la llevo a ser modelo y al poco tiempo intentar dar el salto al mundo de la actuación en series como Belleza y poder (2002) o CSI: Miami (2004), de ahí paso a esta Species III y no se si volvió al mundo de la moda o que, pero la realidad es que a partir de ahí tan solo trabajo en una serie; Tilt (2005), un directo a vídeo; Agente alíen (Jesse V. Johnson, 2007) y tras un parón de mas de diez años parece que ha vuelto al mundillo con Hawai 5.0 (2019-2020). Y, para finalizar el casting, Natasha Henstridge, protagonista de las dos primeras películas y que aquí tiene un pequeño cameo al inicio de la película, supongo que se olio el percal y por cariño con el personaje que le dio la fama acepto participar, pero lo justo. Henstridge debuto con su papel de Sil en Species (Roger Donaldson, 1995) y enseguida se subió al carro del cine de acción con Adrenalina (Albert Pyun, 1996) junto a Christopher Lambert y Al limite del riesgo (Ringo Lam, 1996) junto a Jean-Claude Van Damme, pero para esas alturas el cine de acción “ochentero” ya estaba dando sus últimos coletazos y ahí se quedo su aventura con lo que su carrera se estanco en series y Tv Movies aunque iba manteniendo el tipo gracias a películas como Falsas apariencias (Jonathan Lynn, 2000) y su secuela Mas falsas apariencias (Howard Deutch, 2004) o Fantasmas de Marte (John Carpenter, 2001), pero en 2004, tras Mas falsas apariencias todo se fue a pique y pese a que ha seguido trabajando regularmente hasta hoy todo han sido producciones de baratillo, papeles episodicos en series o películas directas a vídeo. Una lastima, esta mujer me encandilo cuando la vi en la primera Species y lo tenia todo para haberse hecho un hueco en la industria, pero lamentablemente llego tarde.
En fin, que la película es una mierda en todos los sentidos y si se deja ver (mas o menos) es por completismo con la saga y por las tetas de Mabrey y Cooke. Todo lo demás apesta y carece de interés. 2/10

sábado, 1 de agosto de 2020

Seduciendo a un extraño (James Foley, 2007)



Vi esta película cuando se estreno y no recordaba nada de ella (o mi cerebro quiso olvidarla), así que decidí darle un segundo visionado, estando Bruce Willis y Halle Berry valdría la pena, me dije. Error.
En su día se vendió como un “thriller con alta carga erótica” y tras verlo no he visto ni rastro de esa carga erótica, a no ser que te de para paja intuir las tetas de Berry bajo un elegante vestido, que todo puede ser, claro.
De dirigir este soso y ridículo thriller se hizo cargo el anteriormente competente James Foley, que tras dedicarse a rodar videoclips para Madonna o Deep Purple se paso al cine dirigiendo películas cuanto menos interesantes (y decentes) como Glengarry Glen Ross: Éxito a cualquier precio (1992), Camara sellada (1996), The Corruptor (1999) o Confidence (2003) y últimamente anda con las secuelas de Cincuenta sombras de Grey, vamos, que de mal en peor.
El “brillante y astuto” guion, basado en una idea de Jon Bokenkamp, que venia de escribir otro convencional thriller llamado Vidas ajenas (D.J. Caruso, 2004) del que tan solo recuerdo las firmes y deliciosas tetas de Angelina Jolie, se encargo Todd Komarnicki, escritor y director del drama ambientado en la segunda Guerra Mundial, Resistencia (2003) que ni he visto ni me apetece, pese a que este protagonizado por el gran y añorado Bill Paxton.
La trama nos presenta a la periodista Rowena Price (Halle Berry) que, siguiendo las pistas del asesinato sin resolver de una amiga de la infancia, decide investigar por su cuenta y con la ayuda de su compañero de trabajo Miles Haley (Giovanni Ribisi) al principal sospechoso, un famoso publicista llamado Harryson Hill (Bruce Willis).
En fin, que Bokenkamp y Komarnicki se fueron con su guion bajo el brazo y empezaron a llamar puerta por puerta a ver a que productor o estudio podían engañar. El primero en picar fue Ron Bozman, que en los primeros 90´s había producido El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) y supongo que le comieron la oreja diciéndole que este iba a ser un thriller a la altura, el siguiente en caer en la trampa fue Charles Newirth, que venia de producir dos basurillas dirigidas por Joe Roth como la comedia con Tim Allen, Una navidad de locos (2004) y el drama criminal El color del crimen (2006) con Julianne Moore y Samuel L. Jackson y al oír las palabras “thriller” y “erótico” junto al nombre de Halle Berry saco la billetera sin rechistar tras eyacular pensando en los beneficios o en (por lo menos) verle las ubres a Berry y, como no hay dos sin tres, también mordió el anzuelo Deborah Schindler, productora que había debutado junto a Martin Scorsese en ¡Jo, que noche! (1985) y cuya carrera a partir de ahí fue cuesta abajo y sin frenos gracias a mierdas del calibre de Esperando un respiro (Forest Whitaker, 1995), Sucedió en Manhattan (Wayne Wang, 2002) o La sonrisa de Mona Lisa (Mike Newell, 2003). Los productores soltaron a través de Revolution Studios unos 60 millones de dolares y al final de su andadura por los cines de todo el planeta recaudaron la irrisoria cifra de 73 millones, con lo que perdieron un pastizal y se quedaron con las billeteras tiritando.
Para hacerse cargo de la fotografía principal se contrataron los servicios de Anastas N. Michos con quien Schindler ya había trabajado previamente en La sonrisa de Mona Lisa y de la banda sonora se encargo el brasileño Antonio Pinto que venia de crear la música en películas como Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002) o El señor de la guerra (Andrew Niccol, 2005) y que aquí no va mas allá de crear una música rutinaria y nada destacable. Estaba previsto que la película transcurriese en Nueva Orleans, pero durante la preproducción hizo acto de presencia el huracán Katrina y el guion fue reescrito rápidamente para tener lugar en Nueva York, que es donde transcurrio el rodaje en su totalidad. Lastima que no les pillase el huracán en pleno rodaje y acabase con la producción de la película, me habría ahorrado un tiempo precioso o lo podría haber empleado en algo mas constructivo como hacerme una paja.
Para darle fuste a la película se contrato a dos estrellas de renombre como Bruce Willis y Halle Berry. Willis, que venia de rodar la magnifica 16 Calles (Richard Donner, 2006) y que aquí lo único que hace es poner su medio-sonrisa-canallita y poco mas, estaba a punto de entrar en barrena y empezar a meterse en cualquier proyecto que le ofreciesen con tal de tener liquidez para mantener los gastos de su piscina y este fue uno de los primeros pasos que dio para meterse de lleno en el barro con mierdas como Vaya par de polis (Kevin Smith, 2010), Situación limite (Aaron Harvey, 2011), Doble o nada (Stephen Frears, 2012), La fría luz del día (Mabrouk El Mechri, 2012), Vice (Brian A. Miller, 2015) y toda la ristra de basuras directas a DVD o VOD que vinieron en los años posteriores. Y, Halle Berry, que venia de recomponerse de los batacazos de Gothika (Mathieu Kassovitz, 2003) y Catwoman (Pitof, 2004) gracias a su papel-paga-facturas de Tormenta en X-Men: La decisión final (Brett Ratner, 2006). En cuanto a los secundarios tan solo vale la pena nombrar a Giovanni Ribisi, que interpreta al amigo enamorado en secreto de la protagonista y que como es habitual en el hace un papel de pirado.
Resumiendo, la película tiene un arranque interesante, pero a medida que pasan los minutos se va yendo todo a la mierda y sin frenos y al final lo único que la hace soportable es la presencia de Halle Berry y cierta escena en la que se viste de gala y nos deja entrever su generosa dote pectoral. Por lo demás, un autentico truño. 3/10

sábado, 25 de julio de 2020

Un Buen Año (Ridley Scott, 2006)



Tras dirigir la interesante pero (a mi gusto) un tanto farragosa El reino de los cielos (2005), el bueno de Ridley Scott quería alejarse un poco de las producciones mastodonticas y rodar algo mas ligerito ya que “no había hecho mucho en cuanto a comedia” y parecía ser una buena oportunidad para “seguir desafiándome” y, ¿que mejor manera que hacerlo a exactamente ocho minutos de tu propia casa? Pues eso hizo Scott.
En 2005, Scott llevaba viviendo en una casa de la Provenza francesa 15 años y como quería filmar allí la presidenta de su productora Scott Free, Lisa Ellzey, le recomendó que se leyera las obras literarias del autor Peter Mayle, quien había escrito libros superventas ambientados en el sur de Francia. Scott contacto con Mayle pero este no estaba por la labor de escribir un guion de cine así que escribió un nuevo libro tras discutir una trama cinematográfica con Scott y este contrato los servicios del guionista Marc Klein, que tan solo había trabajado como guionista en la maravillosa comedia romántica Serendipity (Peter Chelsom, 2001) con la encantadora y jodidamente atractiva Kate Beckinsale para adaptar la obra de Mayle y de paso hacer algunos cambios en la trama para, según sus palabras “hacerla mas parecida a una película”.
La trama nos presenta a Max Skinner (Russell Crowe) es un corredor de bolsa exitoso residente en Londres que recibe en herencia un viñedo francés de su tío Henry (Albert Finney). Cuando viaja hasta allí se encuentra con un château para restaurar; conoce a la dueña de un restaurante, de la que se enamora (Marion Cotillard) y a una californiana (Abbie Cornish) que dice ser la hija ilegítima de Henry. Max llega con la clara intención inicial de vender el viñedo lo más rápidamente, pero poco a poco empieza a recordar los buenos tiempos que pasó en el "Chateau", disfrutar de la vida más calmada y mejor alejado de la presión diaria de los negocios, lo que hará que dude de su idea original. Al fin y al cabo, la vida es vivir bien, amar, comer bien y tener un buen año.
Pero claro, Scott es perro viejo y no iba a hipotecar su futuro por el capricho de rodar al lado de su casa, así que se fue guion en mano y llamo a la puerta de varias productoras para que soltasen pasta y no fuese el solo quien se dejase el parné. Entre las productoras que aceptaron financiarle estaban Ingenious Film Partners, productora de El secreto de Vera Drake (Mike Leigh, 2004), Desayuno en Pluton (Neil Jordan, 2005) o X-Men: La decisión final (Brett Ratner, 2006), Dune Entertainment, Major Studio Partners, que venia de producir En la cuerda floja (James Mangold, 2005), Gracias por fumar (Jason Reitman, 2005) o Tristan e Isolda (Kevin Reynolds, 2006) y la todopoderosa Fox 2000 Pictures que se encargo también de la distribución.
Para componer la banda sonora, Scott acudió a uno de los pupilos de Hans Zimmer, el también alemán Marc Streitenfled, el cual ya había trabajado como editor musical en alguna de las bandas sonoras que Zimmer había compuesto para Scott y al que ahora daba su oportunidad para lucirse como compositor principal. A mi el resultado en esta película no es que me guste mucho, me parece que mas allá de las canciones que no son suyas, la banda sonora pasa prácticamente de puntillas y sin destacar, pero supongo que a Scott le agrado el resultado ya que tras esta Un buen año volvieron a colaborar en American Gangster (2007), Red de mentiras (2008), Robin Hood (2010) y Prometheus (2012).
La dirección de fotografía se le encargo al especialista en videoclips musicales Philippe Le Sourd, que ha trabajado con gente como Gary Barlow, Jennifer Lopez, U2, Madonna o Dua Lipa, pero que al cine se ha aproximado en contadas ocasiones: Siete almas (Gabriele Muccino, 2008), The Grandmaster (Wong Kar-Wai, 2013) y La seducción (Sofia Coppola, 2017) y que aquí mas allá de iluminar muy bien los viñedos y los atardeceres franceses tampoco destaca mucho.
La película se rodó entre Francia (Chateau la Canorgue, Bonnieux, Vaucluse, Cucuron, Chateau les Eydins, Hotel le Renaissance, Gordes, Ménerbes, Marseille Provence airport, Bouches-du-Rhône, Provence-Alpes-Côte d'Azur) e Inglaterra (Bloomberg Offices, Finsbury Square, Broadgate, London, Albion Riverside, Battersea Bluebird Cafe, Kings Road, Chelsea, Lloyd's Building, Lime Street, Broadgate, Piccadilly Circus, Swiss Re Tower - The Gherkin, St. Mary Axe) tuvo un presupuesto de unos 35 millones de dolares y tan solo recaudo a nivel mundial 42, convirtiéndose en un autentico fiasco que hizo que Scott y Crowe se dejasen de comedias y tonterías.
De ensamblar al reparto se hicieron cargo la francesa Antoinette Boulat, que ya había hecho lo propio en la anterior película de Scott, El reino de los cielos (2005) y la inglesa Jina Jay, que había trabajado en producciones como Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000), Los Otros (Alejandro Amenabar, 2001), Zombies Party (Edgar Wright, 2004), Harry Potter y el prisionero de Azkaban (Alfonso Cuarón, 2004) o Crimen organizado (Matthew Vaughn, 2004) y que también venia de colaborar con Scott en El reino de los cielos.
Para interpretar a Max se pensó originalmente en Aaron Eckhart, pero este declino la oferta para poder trabajar junto a Brian De Palma en la chapucera La dalia negra (2006), así que le ofrecieron el papel a Russel Crowe que no trabajaba con Scott desde que ganara su Oscar por Gladiator y que declaro que era una buena oportunidad para reencontrarse tras esta ya que “parecía mas divertido ir a este lugar mas pequeño, donde los problemas no eran tan grandes”. Crowe, a mi parecer, aporta carisma y presencia, pero no llega a gustarme como actor en esta película, creo que el tono cómico-romanticon le viene demasiado grande o quizá sea que su papel no esta bien escrito o desarrollado. En fin, que a mi no me convence. Para interpretar a Fanny, la camarera lugareña por la que el personaje de Crowe deja todo su mundo para instalarse en la provenza y vivir la buena vida se contrato a la francesa Marion Cotillard, que por aquel entonces tenia una consolidada carrera en Francia y había hecho un pequeño papel tres años antes en Big Fish (Tim Burton, 2003), pero que no seria hasta un año mas tarde cuando lo petaría a nivel internacional gracias a su papel de Edith Piaf en La vida en rosa (Olivier Dahan, 2007) que le otorgaría el Oscar a mejor actriz convirtiéndose en la primera actriz francesa en ganar el Oscar a mejor interpretación por un papel hablado en francés y, de ahí, al estrellato.
Para interpretar (en flashbacks) al Tio Henry se eligió al veterano Albert Finney, que también venia de trabajar a las ordenes de Tim Burton en Big Fish y que tras esta aun le dio tiempo a trabajar en cinco buenas películas, Amazing Grace (Michael Apted, 2006), El ultimátum de Bourne (Paul Greengrass, 2007), Antes que el diablo sepa que has muerto (Sidney Lumet, 2007), El legado de Bourne (Tony Gilroy, 2012) y Skyfall (Sam Mendes, 2012), antes de su muerte el 7 de febrero de 2019.
Tom Hollander, que estaba recién salido de Orgullo y Prejuicio (Joe Wright, 2005) y Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto (Gore Verbinski, 2006) se hizo con el papel de Charlie Willis, abogado de Max. Archie Panjabi, vista en El jardinero fiel (Fernando Meirelles, 2005) y que tres años después daría vida a la iconica Kalinda Sharma en la serie de televisión The Good Wife (2009-2015) encarnaba a Gemma, la secretaria de Max.
Freedie Highmore, reconocido por interpretar a Norman Bates en The Bates Motel (2013-2017) y al doctor Shaun Murphy en The Good Doctor (2017-2020) se hizo con el papel del joven Max en los flashbacks. Y la traca fuerte para el final, porque si, de primeras me acerque a la película porque era de Ridley Scott y Russell Crowe, pero principalmente me atraía verla por ver a la preciosa Marion Cotillard, pero sin comerlo ni beberlo me tope con la presencia de Abbie Cornish, actriz a la que le sigo la pista desde que la vi en Sucker Punch (Zack Snyder, 2011) y me hizo tilin y tolon. Pues bien, no tenia ni puta idea de su presencia en el film hasta que vi su nombre en los títulos de crédito, alegría que me lleve de gratis, y tras su aparición en la película como la hija no reconocida de Henry me olvide por completo de Cotillard, de Crowe, de la provenza y de la película y todos mis sentidos se centraron en una Cornish que por entonces rondaba unos tiernos y alegres 24 añitos y que cada vez que salia en pantalla me dejaba obnubilado. Sale preciosa y embaucadora en cada plano, pero tiene un par de escenas en bikini que son para enamorarse y rendirse ante sus encantos y no sigo porque se me va de las manos. En fin... que la película se deja ver, pero para mi gusto podría haber dado muchísimo mas de si ya que todo el asunto en plan “aprendizaje vital” sucede tan apresuradamente que apenas da tiempo a empatizar con el hijo de perra de Max, ademas el romance entre los protagonistas es un tanto increíble por apresurado (nuevamente) ya que el es un cabrón solitario y adicto al curro que no quiere compromisos y ella según dicen es jodidamente complicada de conquistar, pero mira tu por donde que con un par de encuentros ya están los dos totalmente rendidos a los efluvios del amor. 4/10

miércoles, 15 de julio de 2020

El Desafío (Lee Tamahori, 1997)



Tras una larga carrera como fotógrafo, asistente de director y director de anuncios televisivos, el Neozelandes Lee Tamahori dio el salto a la gran pantalla con la premiada Guerreros de antaño (1994) que le abrió las puertas de Hollywood de par en par y se estreno con la interesante pero fallida a nivel comercial Mulholland Falls (1996). Pese al descalabro económico de la película logro llamar la atención de los estudios gracias a su buen nivel en la dirección y los productores Art Linson y Lloyd Phillips le ofrecieron dirigir un guion que había escrito el dramaturgo y director David Mamet llamado “Bookworm” (titulo que tres meses antes del estreno se cambiaría por el de “The edge” tras barajarse otros como “Wild”, “Wilder”, “The wild”, “Into the wild”, “Wilderness now”, “Deadhunt”, “On the edge”, “Bloody betrayal” o “Edge”). Linson había sido productor de Aquel excitante curso (Amy Heckerling, 1982), Los intocables de Eliot Ness (Brian De Palma, 1987) o Los fantasmas atacan al jefe (Richard Donner, 1988) y en 1989 decidió fundar su propia productora; Art Linson Productions, que se estreno con Corazones de hierro (Brian De Palma, 1989) a la que siguieron el remake americano de Nikita de Luc Besson; La asesina (John Badham, 1993) y Heat (Michael Mann, 1995), Lloyd Phillips estaba recién salido de la producción de Doce monos (Terry Gilliam, 1995) y mas tarde produciría Limite vertical (2000), Amar peligrosamente (2003) y La leyenda del Zorro (2005), las tres dirigidas por Martin Campbell.
Tamahori acepto el proyecto y empezó la producción; El guion de David Mamet nos presenta a Charles Morse (Anthony Hopkins), un multimillonario e intelectual que viaja junto a su joven esposa Mickey (Elle MacPherson) y el cotizado fotógrafo de moda Bob Green (Alec Baldwin) a Alaska para hacer un reportaje de moda. Una vez allí, Morse, Green y el asistente Stephen (Harold Perrineau) sufrirán un accidente de avioneta y se verán envueltos en una desesperada lucha por la supervivencia en medio de las boscosas, frías y hostiles tierras de Alaska y, por si eso no fuese poco, deberán huir de un Oso Kodiak que les acecha para convertirlos en su menú. Los tres hombres pronto descubrirán que el mayor peligro no proviene de la naturaleza, sino del miedo y la traición de los hombres.
Para hacerse cargo de la fotografía se contrataron los servicios de Donald McAlpine, experimentado director de fotografía Australiano reconocido por su trabajo en Depredador (John McTiernan, 1987), Los últimos días del Edén (John McTiernan, 1992), Juego de patriotas (Phillip Noyce, 1992), Peligro inminente (Phillip Noyce, 1994) o Romeo y Julieta (Baz Luhrmann, 1996) y que aquí se luce fotografiando los portentosos parques naturales de Alberta, Canadá.
De la banda sonora se hizo cargo el maestro Jerry Goldsmith, que venia de componer la música para L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) y Air Force One (Wofgang Petersen, 1997) y que trabajo en estrecha colaboración con el director Lee Tamahori para desarrollar una partitura mas diversa que otras de sus obras. Inicialmente, la partitura fue lanzada en CD en 1997, tras el lanzamiento de la película, por RCA Records, pero con el tiempo, el primer lanzamiento se agoto, lo que llevo a La-La- Land Records a emitir una tirada nueva de 3500 unidades con 25 minutos de música inédita que también se agoto en julio de 2013. Que decir tiene que Jerry Goldsmith nunca defrauda y aquí se marca autenticas maravillas épico-emocionales como “Lost in the wild”, “Rescued” o “Mighty Hunter”.
De encontrar a los interpretes adecuados para la película se hizo cargo Donna Isaacson, directora de casting en películas como Cocktail (Roger Donaldson, 1988), Muerte entre las flores (Joel & Ethan Coen, 1990), Sol naciente (Philip Kaufman, 1993) o Broken arrow (John Woo, 1996) y cuya primera opción para interpretar al millonario Charles Morse fue Robert De Niro, que rechazo la propuesta debido a que ya tenia en agenda los rodajes de Cop Land (James Mangold, 1997), Jackie Brown (Quentin Tarantino, 1997) y La cortina de humo (Barry Levinson, 1997) y no le daba la vida para mas. Tras la negativa de De Niro se fue a por Dustin Hoffman, que debió hablar con De Niro con el que estaba rodando La cortina de humo y dijo; “si tu no la haces, yo tampoco” punto pelota. El tercero en dar largas al papel fue Michael Caine, que prefirió embarcarse en el Nautilus para interpretar al Capitán Nemo en la miniserie 20.000 leguas de viaje submarino. El que afortunadamente dijo “Si” fue Anthony Hopkins que acababa de rodar Sobrevivir a Picasso (James Ivory, 1996) y tenia su agenda libre hasta el inicio del rodaje de Amistad (Steven Spielberg, 1997) y que se marca una actuación bastante potente pasando de ser inicialmente un viejo apocado y algo timorato a convertirse en un autentico superviviente con renovadas ansias de beberse la vida a gigantes sorbos. Eso si, aceptar el papel estuvo a punto de costarle la vida ya que durante el rodaje se estaba medicando por unos problemas en el cuello y durante una escena se cayó en un rio helado y debido a los efectos de los analgésicos no sintió el frio hasta que comenzó a sufrir hipotermia por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital para recibir tratamiento.
Para dar vida a Bob se considero a varios actores, entre ellos Ray Liotta, que declino la oferta para hacerle la vida imposible a la preciosa Lauren Holly en la muy disfrutable e injustamente despreciada Turbulence (Robert Butler, 1997). Los productores también se acercaron a Richard Gere, que también declino la oferta para centrarse en El laberinto rojo (Jon Avnet, 1997) y The Jackal (Michael Caton-Jones, 1997), de Gere se paso a John Travolta, que también paso del proyecto para rodar la bizarrada de Cara a cara (John Woo, 1997) así que finalmente y tras tantas negativas el elegido fue Alec Baldwin, que venia de estrenar la (para mi) cojonuda Prisioneros del cielo (Phil Joanou, 1996) y la interesante Fantasmas del pasado (Rob Reiner, 1996).
La elegida para interpretar a la esposa infiel fue la supermodelo Elle MacPherson, que seguía intentando meter la cabeza en Hollywood tras el batacazo gayer de Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997) y que aquí luce palmito durante cinco minutos y para de contar porque para una escena que tiene en la que tiene que actuar la caga de principio a fin. Carrera al traste.
Harold Perrineau, que venia de interpretar a Mercutio en Romeo y Julieta (Baz Luhrmann, 1996) y mas tarde conocido por sus papeles de Link en la saga Matrix o de Michael Dawson en la serie Lost (2004-2010) se haría cargo de interpretar a Stephen, la primera (y única) victima de el Oso Kodiak que va tras el trío por los gélidos parajes de Alaska. Y, ¿quien es el dichoso Oso? Pues ni mas ni menos que Bart The Bear, el cual vale la pena nombrar ya que tiene una filmografia con títulos destacados como El clan del oso cavernario (Michael Chapman, 1986), Dos cuñados desenfrenados (Howard Deutch, 1988), El oso (Jean-Jacques Annaud, 1988), Colmillo blanco (Randal Kleiser, 1991), En tierra peligrosa (Steven Seagal, 1994), Leyendas de pasión (Edward Zwick, 1994) en la que ya “trabajo” junto a Anthony Hopkins o Doce Monos (Terry Gilliam, 1995) e incluso participo en la 70 ceremonia de entrega de los Oscar entregando el premio a mejor edición de sonido para Titanic (James Cameron, 1997), ahí es nada.
La película se rodó completamente en Canadá entre el 19 de agosto y el 22 de noviembre de 1996, contó con un presupuesto de 30 millones de dolares y recaudo a nivel mundial unos escasisimos 43, dejando unas perdidas de 9 millones para el estudio.
A mi me sigue funcionando a las mil maravillas, una peliculilla de aventuras y supervivencia sin mayores pretensiones que se deja ver perfectamente y no aburre en ningún momento. 6/10



viernes, 10 de julio de 2020

Haz lo que debas (Spike Lee, 1989)



Tras los buenos resultados críticos y económicos de Nola Darling (1986) y Aguas turbulentas (1988) al bueno de Spike Lee le ofrecieron dirigir la película protagonizada por los Run-DMC “Ciudad Sangrienta” (Rick Rubin, 1988), pero Lee tenia otros planes en marcha ya que una idea le rondaba la cabeza desde que vio por primera vez el episodio de Alfred Hitchcock Presenta “Shopping for Death”, en el que los personajes principales discuten su teoría de que el clima cálido aumenta las tendencias violentas. A esa idea se le sumaron un par de incidentes raciales que tuvieron lugar por esas fechas; el asesinato de Eleanor Bumpurs a manos de la policía de Nueva York y la expulsión de unos jóvenes negros de una pizzeria a manos de jóvenes blancos que acabo de mala manera en Howard Beach, Nueva York y, mientras Lee escribía su guion se cruzo por casualidad con un borrador de Depredador 2 (Stephen Hopkins, 1990) en el cual ya se hablaba de la ola de calor que asolaba Los Ángeles en la película, según palabras del propio Lee: “Simplemente pensé, ya sabes, Depredador 2 tenia mucho que decir sobre las relaciones raciales, así que tome eso para mi guion” En fin, que con todo ese batiburrillo, Lee escribió el guion de lo que seria su siguiente película “Do the right thing”, aquí traducida como “Haz lo que debas”.
La trama nos presenta a Mookie (Spike Lee) un repartidor de pizzas de 25 años que vive en Bedford-Stuyvesant, Brooklyn con su hermana Jade (Joie Lee). Él y su novia Tina (Rosie Pérez) tienen un bebé llamado Héctor (Travell Toulson). Mookie Trabaja en una pizzeria local, pero carece de ambición. Sal (Danny Aiello), el dueño italo-estadounidense de la pizzeria, ha estado en el vecindario por 25 años. Su hijo mayor Pino (John Turturro) intensamente detesta a los negros, y no se lleva bien con Mookie. Debido a esto, Pino se ve enfrascado diariamente con discusiones con su padre, quién se rehúsa a dejar el vecindario de mayoría afroestadounidense, y su hermano menor Vito (Richard Edson), quién se lleva mejor con Mookie. El vecindario está lleno de personalidades distintas, entre ellos “El alcalde” (Ossie Davis), un borracho amistoso; “Hermana madre” (Ruby Dee), quién observa el vecindario desde su apartamento; Radio Raheem (Bill Nunn), quién donde quiera que vaya escucha en su radio portátil a Public Enemy; y Smiley (Roger Guenveur Smith), un hombre discapacitado mentalmente, quién vaga por el vecindario intentando vender fotos coloreadas a mano de Malcolm X y Martin Luther King, Jr. Toda la trama transcurre durante un caluroso día de verano y explora la hirviente tensión racial del vecindario que culmina con un estallido de violencia y muerte.
La producción de la película corrió a cargo del propio Spike Lee bajo su productora 40 Acres & A Mule Filmworks junto a Jon Kilik y Monty Ross, de la distribución se iba a encargar originalmente Paramount Pictures, pero los mandamases del estudio querían que se atenuara el clímax final y Lee se negó a complacerles, la Paramount rechazo el proyecto y la Universal Pictures decidió distribuirlo.
La película se rodó íntegramente en el barrio de Bedford-Stuyvesant (Brooklyn, Nueva York) entre el 18 de julio y el 14 de septiembre de 1988. El diseñador de producción, Wynn Thomas, pinto las casas del barrio de color rojo y naranja para transmitir la sensación de una ola de calor y se construyeron desde cero en dos descampados la pizzeria de Sal y la tienda de comestibles coreana. Se rumorea que los vendedores de crack del vecindario amenazaron al equipo por “perturbar” sus negocios y Spike Lee contrato a miembros de Fruit of Islam (la rama paramilitar de la Nación del Islam) para proporcionarles seguridad. La película contó con un presupuesto de 6.5 millones de dolares y recaudo 37 a nivel mundial, dejando unos beneficios de 12 millones para el bueno de Lee.
De la fotografía de la película se hizo cargo Ernest Dickerson, que había debutado con el propio Lee en Joe´s Bed-Stuy Barbershop: We cut heads (1983) y también había colaborado con el director en Nola Darling (1986) ademas de participar en videoclips de Bruce Springsteen y Patti LaBelle o en el mítico espectáculo de stand-up “Raw” de Eddie Murphy, en los 90 se paso a la dirección con películas que a mi me gustaron como Juego de supervivencia (1994) o Caballero del diablo (1995), pero a partir de ahí se fue adentrando en las series de televisión y de ahí ya no ha salido.
De la banda sonora se encargo Bill Lee, que también había colaborado con Spike Lee en Joe´s Bed (1983), Nola Darling (1986) y Aulas turbulentas (1988) y que tras esta también lo haría en Cuanto mas, ¡Mejor! (1990), la banda sonora tampoco me ha dicho mucho durante la película ya que lo que mas destaca musicalmente es su soundtrack y sobretodo el “Fight The Power” de Public Enemy que resuena durante todo el metraje ademas de los temas de Rubén Blades, Steel Pulse, Keith John o Experience Unlimited.
De seleccionar el casting se hizo cargo Robi Reed, que había trabajado con Lee en Aulas turbulentas y que luego trabajaría en films como Noches de Harlem (Eddie Murphy, 1989), Justicia poética (John Singleton, 1993), Los colegas del barrio (Paris Barclay, 1996) o Gridlock´d (Vondie Curtis-Hall, 1997) ademas de colaborar con Lee en Fiebre salvaje (1991), Malcolm X (1992), Crooklyn (1994) y Clockers (1995).
Para el papel de Sal, Lee quería a toda costa a Robert De Niro, pero a este no le acabo de gustar el papel ya que decía que era similar a muchos otros papeles que había interpretado antes y como se había comprometido para rodar Jacknife (David Hugh Jones, 1989) y Nunca fuimos ángeles (1989) declino la oferta. Tras la negativa de De Niro se pensó en fichar a Joe Mantegna pero este estaba a la espera del inicio del rodaje de El Padrino: Parte III (Francis Ford Coppola, 1990) y también dijo “no”, de Mantegna se paso a Joe Pesci, que también rechazo el papel para interpretar a Leo Getz en Arma Letal 2 (Richard Donner, 1989). En ese momento se le ofreció el papel a Danny Aiello, que estuvo a punto de rechazar el papel cuando vio que interpretaría al dueño de una pizzeria, creyendo que era un estereotipo perezoso de los Italoamericanos, por suerte, finalmente acepto el papel, hecho que le valió una nominación al Oscar a mejor actor de reparto, premio que le arrebato Denzel Washington por su papel den Tiempos de gloria (Edward Zwick, 1989).
Para interpretar a “El alcalde” se intento contratar a James Earl Jones, que estaba recién salido de los rodajes de El príncipe de Zamunda (John Landis, 1988), Tres fugitivos (Francis Veber, 1989) y Campo de sueños (Phil Alden Robinson, 1989) pero rechazo el papel para interpretar a Frank Couzo en la videoclubera Campeón de campeones (Robert Radler, 1989) así que se le ofreció el papel a Ossie Davis que acababa de trabajar con Lee en Aulas turbulentas y acepto a la primera.
El papel de Pino se le ofreció a Matt Dillon, que también lo rechazo debido a su compromiso con Gus Van Sant para interpretar a Bob en Drugstore Cowboy (1989) y Lee le ofreció el papel a John Turturro que estaba libre tras los rodajes de El Siciliano (Michael Cimino, 1987) y la miniserie basada en la novela de Mario Puzo, El peregrino afortunado (1988) y también acepto. Para encarnar a Vito, hermano de Pino e hijo de Sal se eligió a Richard Edson, actor que había participado en Todo en un día (John Hughes, 1986), Howard... Un nuevo héroe (Willard Huyck, 1986) o Good morning,Vietnam (Barry Levinson, 1987). Bill Nun, que venia de trabajar con Lee en Aguas turbulentas y que mas tarde lo veríamos en New Jack City (Mario Van Peebles, 1991), A propósito de Henry (Mike Nichols, 1991), La ultima seducción (John Dahl, 1994), Cosas que hacer en Denver cuando estas muerto (Gary Fleder, 1995) o Asalto al tren del dinero (Joseph Ruben, 1995) dio vida a Radio Raheem tras la negativa de Laurence Fishburne a interpretarlo debido a su compromiso con Carolco Pictures para rodar Danko: Calor rojo (Walter Hill, 1988). El papel de “chicharra”, desencadenante de todo el follón en la pizzeria fue a parar a Giancarlo Esposito, otro que salia de Aulas turbulentas y que luego tendría una interesante carrera (en la sombra) con películas como El rey de Nueva York (Abel Ferrara, 1990), Dos duros sobre ruedas (Simon Wincer, 1991), Malcolm X (Spike Lee, 1992), Sospechosos habituales (Bryan Singer, 1995) o el díptico Smoke/Blue in the face (Wayne Wang, 1995) hasta que lo petó con su monumental papel de Gus Fring en la serie Breaking Bad (2009/2011). Para interpretar a Tina, Spike Lee contrato a Rosie Pérez, que por aquel entonces ni era actriz ni lo pretendía, pero Lee conoció a Pérez durante una fiesta de cumpleaños que el director había organizado en Los Ángeles y tras verla bailar encima del podio la canción “Da Butt” de Experience Unlimited de su anterior película Aulas turbulentas decidió contratarla para interpretar a su novia puertorriqueña. Samuel L. Jackson, que había hecho pequeños papeles en la mítica El exterminador (James Glickenhaus, 1980), El príncipe de Zamunda (John Landis, 1988) y había participado en Aulas turbulentas interpreto al Señor Love Daddy y cinco años después su vida cambiaría gracias a los sermones de Jules Winnfield en Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994) Y, finalmente, Spike Lee se agencio el papel de Mookie, el repartidor de pizzas que intenta llevarse bien con todo el mundo y es testigo de como su barrio se va yendo a la mierda minuto a minuto. La película fue incluida en 1998 en la lista del American Film Institute de las cuatrocientas películas nominadas para las 100 mejores películas estadounidenses de todos los tiempos y en 2007 la misma asociación la clasifico en el puesto 96 de las mejores películas de todos los tiempos, así mismo en 1999 fue considerada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América “cultural, histórica y estéticamente significativa” por lo que fue seleccionada para su preservación en el National Film Registry. 7/10

jueves, 2 de julio de 2020

Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (Chuck Russell, 1987)



Tras el fracaso critico (que no económico) de Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy, New Line Cinema no estaba segura de si continuar con la serie o dejarla morir, pero en esas que Wes Craven, el hijo prodigo, se intereso por volver a la saga, esta vez como guionista, con la intención de terminar la serie y dejarla en trilogía. Así que Robert Shaye y sus secuaces decidieron dar luz verde al proyecto, para lo que se aliaron de nuevo con Heron Communications, que ya había producido la anterior y que venia de producir Hidden (Jack Sholder, 1987), Smart Egg Pictures, que también había producido la primera y segunda parte y que mas tarde produciría la cuarta y quinta entrega y el propio Wes Craven, que ademas de ejercer de guionista debutaría como productor ejecutivo con esta película.
Una vez tuvieron el presupuesto de cuatro millones y medio de dolares cerrado, se pusieron manos a la obra para contratar al equipo técnico para la película. Para pulir el guion, ademas de Craven, se contrataron los servicios de Bruce Wagner, que por aquel entonces tan solo tenia un titulo en su carrera, la comedia Young Lust (Gary Weis, 1984), interpretada por Fran Drescher, famosa años después gracias a la serie de televisión La niñera (1993-1999) y a otro debutante llamado Frank Darabont, reconocido cineasta hoy en día gracias a su labor en la dirección en películas como Cadena perpetua (1994), La milla verde (1999) o La niebla (2007). Otro que ayudo en las labores de escritura fue Chuck Russell, que venia de escribir el libreto de La gran huida (1984), película dirigida por Jospeh Reuben, que es quien iba a dirigir esta Pesadilla en Elm Street 3 originalmente, pero se vio obligado a declinar la oferta ya que se había comprometido para dirigir El padrastro (1987). En cambio, recomendó a los productores que contratasen a su coguionista de La gran huida, Chuck Russell, para dirigir la película y, así es como Russell debuto en la dirección. Su carrera no ha sido muy extensa pero ha dejado cositas interesantes (para mi) como The Blob: El terror no tiene forma (1988), el taquillazo La mascara (1994) con Jim Carrey y la volcánica irrupción de Cameron Diaz en el cine o Eraser (1996), una de las ultimas buenas películas de Arnold Schwarzenegger antes de su declive.
La trama de la película nos presentaba a Kristen Parker, una joven a la que Freddy Krueger acecha en sus sueños y que acaba en un hospital psiquiátrico en el que también están Kincaid, Joey, Taryn, Phillip, Will y Jennifer, jóvenes que al igual que ella reciben la visita de Krueger en sus sueños y que juntos y con la ayuda de Nancy y el doctor Gordon deberán hacer frente al asesino de las cuchillas.
Wes Craven junto a Bruce Wagner decidieron que ya no querían que Freddy se enfrentase a un solo joven, ya que como los asesinatos de Freddy le habían dado mas poder, necesitaba enfrentarse a un grupo de jóvenes para que la contienda fuese mas igualada, de ahí que en esta película se formase un equipo, los “Guerreros del sueño”, al mas puro estilo de Dragones y Mazmorras, para hacerle frente. La premisa original de la película involucraba a Freddy invadiendo el mundo real y persiguiendo a los actores y al equipo de la películas de “Pesadilla en Elm Street”, pero la idea fue rechazada por la New Line y mas tarde rescatada por Wes Craven en La nueva pesadilla de Wes Craven (1994).
Para encargarse de la fotografía se recurrió a Roy H. Wagner, que tenia experiencia en el genero gracias a sus trabajos en Masacre en la universidad (Evan Lee, 1977), Witchboard (Kevin Tenney, 1986) y Terror en el instituto (Bill Froehlich, 1987). De la banda sonora se encargo el gran Angelo Badalamenti, que estaba recién salido de Terciopelo azul (David Lynch, 1986) y que aquí aun no estaba al nivel que luego demostró junto a David Lynch en Carretera perdida (1997) o Mulholland Drive (2001). Así mismo, en esta tercera parte se incluyo en el soundtrack temas originales de la banda de Hard Rock Dokken como “Into the fire” o el tema principal de la película, “Dream Warriors”, la cosa funciono tan bien que a partir de entonces se decidió que las secuelas tuviesen canciones de Heavy Metal.
De elegir el casting se encargo, como en las anteriores películas de la saga, Annette Benson, que eligió como protagonista principal a Patricia Arquette (tras rechazar a Winona Ryder por considerarla demasiado joven para el papel), que debuta con esta película, para el papel de Kristen Parker. Ken Sagoes, que venia de participar en las series Mas allá de los limites de la realidad (1985) y Airwolf: Helicóptero (1986), interpretaba al forzudo Kincaid. Para el papel de el “mudo” Joey se contrato a Rodney Eastman, que estaba recién salido de un episodico en la famosa Autopista hacia el cielo (1987), Jennifer Rubin, que debutaba con esta película y que mas tarde la pudimos ver en The Doors (Oliver Stone, 1991) o Asesinos ciberneticos (Christian Duguay, 1995) daba vida a la punki Taryn. Ira Heiden, chico Disney que debutaba en el cine con esta película y al que luego vimos en Elvira, reina de las tinieblas (James Signorelli, 1988) y El padre de la novia (Charles Shyer, 1991) se encargaba de interpretar a Will, el “mago”. Bradley Gregg, que venia de participar en dos clásicos ochenteros como Exploradores (Joe Dante, 1985) y Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986) y que dos años después trabajaría en Indiana Jones y la ultima cruzada (Steven Spielberg, 1989) se hizo con el papel de Phillip y para acabar con las victimas de Freddy tenemos a Penelope Sudrow, que venia de trabajar en series como Los Walton (1975), Freestyle (1978) o Cuentos asombrosos (1986) y que interpretaba a Jennifer y nos dejaba una de las escenas que de pequeño se me quedaron marcadas a fuego. Si, la de el televisor. En cuanto a los demás papeles, para interpretar al Doctor Neil Gordon se contrato a Craig Wasson, actor que ya tenia cierto renombre gracias a apariciones en televisión y cine y sobretodo debido a su papel de Jake en la esplendida Doble Cuerpo (Brian De Palma, 1984). Heather Langenkamp, que volvía a interpretar a Nancy Thomson a petición de Wes Craven, Laurence Fishburne, que había participado en Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), Yo soy la justicia (Michael Winner, 1982), La ley de la calle (Francis Ford Coppola, 1983), Cotton club (Francis Ford Coppola, 1984), El color purpura (Steven Spielberg, 1985) o Quicksilver (Thomas Michael Donnelly, 1986) y que aquí interpretaba un pequeño papel al igual que John Saxon, que volvía a interpretar al teniente (y padre de Nancy) Thomson.
La película se rodó íntegramente en Los Ángeles, convirtiendo la Universidad de California en el hospital psiquiátrico y partiendo de un presupuesto de cuatro millones y medio logro recaudar cuarenta y cinco a nivel mundial lo que dio pie a continuar la saga en vez de darla por finiquitada que era la idea original.
A ver, de pequeñajo esta era de mis preferidas de la saga porque pasábamos de tener un protagonista a varios que encima en los sueños se convertían en guerreros, este hecho, vista hoy en día se me queda algo simplón, ya que mas allá de dar volteretas, tener fuerza, sacar una navaja y tirar algún rayo, la verdad es que no hacen mucho mas, pero bueno, se compensa con ver el inicio de un Freddy mas cachondo, con mas humor negro y una forma mas original de matar a sus victimas. Por lo demás, me ha pasado un poco como con la segunda parte, la recordaba mejor en mi memoria, pero supongo que el tiempo y la nostalgia lo joden todo, como de costumbre. En fin, aun así me ha gustado bastante y se deja ver tranquilamente. Eso si, de miedo, por desgracia, nada de nada... con lo que me costaba a mi ver estas películas de pequeño... ains... 6/10

sábado, 27 de junio de 2020

Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (Jack Sholder, 1985)



Apenas unos meses después del éxito cosechado por Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984), que recaudo a nivel mundial 25 millones de dolares partiendo de un presupuesto que no llegaba a 2, el productor y fundador de New Line Cinema, Robert Shaye se puso manos a la obra para producir la secuela y para ello contrato los servicios de David Chaskin, guionista que debutaba en cine con este encargo y que mas adelante escribiría los libretos de otras películas de terror como Granja maldita (David Keith, 1987) o Lecturas diabólicas (Tibor Takacs, 1989). Chaskin, en lugar de continuar la historia de la única superviviente de la primera película, Nancy (Heather Langenkamp), se centro en contar la historia de los nuevos residentes de la antigua casa de Elm Street de Nancy, uniéndose a una gran tradición de secuelas de terror que ignoran a los supervivientes de la entrega anterior y de paso añadió novedades como que esta vez Freddy Krueger no atacaría a sus victimas en los sueños, sino que poseería el cuerpo de un joven para poder asesinar a su antojo en la vida real, ademas de añadirle matices y un subtexto homoerotico que los productores inicialmente negaron que fuera intencional, pero que el propio Chaskin admitió años mas tarde que fue escrito intencionalmente para darles mas profundidad a los personajes. Una vez escrito el guion se le ofreció a Wes Craven la oportunidad de dirigir la secuela, pero Craven rechazo la oferta ya que nunca quiso o tuvo la intención de convertir la película en una franquicia y no le gusto nada el guion que le presentaron y la idea de que Freddy Krueger saliese de los sueños y matase “en la vida real” a través de poseer el cuerpo de un joven, así que dijo ¡Hasta luego, Lucas! Y se fue a dirigir la Tv Movie Hibernado vivo (1985), al año siguiente volvió al cine con Amiga Mortal (1986) y no regreso a la franquicia hasta la séptima entrega; La nueva pesadilla de Wes Craven (1994).
Eliminado de la ecuación Craven había que encontrar un sustituto y el elegido fue Jack Sholder, que había debutado tres años antes con la también película de terror Solos en la oscuridad (1982) protagonizada por Jack Palance, Donald Pleasence, Martin Landau y Dwight Schultz (mítico “Murdock” de “El equipo A”) y que pese a ser una basurilla había dejado buen sabor de boca en la industria y a partir de ahí, Sholder se especializaría en el genero con productos como Hidden (1987), Wishmaster 2: El mal nunca muere (1999) o Arachnid (2001). A mi su trabajo como director en esta entrega de Pesadilla me parece muy rudimentario y nada destacable y de su filmografia podría decir lo mismo, a la única película suya que le tengo cierto cariño es al actioner Renegados (1989), protagonizada por Kiefer Sutherland, Lou Diamond Phillips y la guapísima Jamie Gertz y que me trae buenos recuerdos de juventud.
De la fotografía, también muy regulera y que se limita a cumplir, se hicieron cargo a cuatro manos Jacques Haitkin, que venia de trabajar en la primera entrega de la saga y que volvió a trabajar con Sholder en Hidden (1987) y con Wes Craven en Shocker, 10.000 voltios de terror (1989) y Christopher Tufty, que era su segunda película como director de fotografía pero que tenia una larga experiencia en la segunda unidad en películas como Piraña (Joe Dante, 1978), El señor de las bestias (Don Coscarelli, 1982) o Repo Man (Alex Cox, 1984).
Como curiosidad decir que la New Line se jugaba mucho con esta secuela ya que no andaba muy bien de dinero por esa época y Robert Shaye, el jefe del estudio, se jugo el todo por el todo con ella llegando a inmiscuirse en la producción a saco, micro-gestionando todos los aspectos de esta, pasándose por el forro al director (cosa que casi les lleva a las manos) y ajustando la fecha de estreno al limite (menos de un año después del estreno de la primera parte) hecho que disparo la tensión en el set y que eternizo las horas de rodaje. Al final la película fue rentable, acumulando una taquilla de 30 millones de dolares alrededor del mundo y dejando unos beneficios de 12 millones para el estudio con lo que remontaron la paupérrima situación financiera y con ese flujo de dinero en efectivo New Line pudo seguir produciendo y despego gracias a películas como Phenomena (Dario Argento, 1985), Critters (Stephen Herek, 1986) y sus secuelas, Hairspray (John Waters, 1988), Rebelión en las ondas (Allan Moyle, 1990), Tortugas Ninja (Steve Barron, 1990) y secuelas, Mi Idaho Privado (Gus Van Sant, 1991), Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992), El cortador de césped (Brett Leonard, 1992), Amor a quemarropa (Tony Scott, 1993), Dos tontos muy tontos (Peter & Bobby Farrelly, 1994), La mascara (Chuck Russell, 1994), Seven (David Fincher, 1995) y así hasta llegar a la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson y petarlo de manera estratosferica.
Para encargarse de la banda sonora de la película se contrataron los servicios de Christopher Young, que venia de trabajar en dos películas cutre-salchicheras de serie b que personalmente me apasionan como La Reina de Barbaria (Hector Olivera, 1985) y Ruedas de fuego (Ciro H. Santiago, 1985) y que mas adelante trabajaría en Hellraiser (Clive Barker, 1987) y sus secuelas, la maravillosa y olvidada Bat-21 (Peter Markle, 1988) con un genial Gene Hackman huyendo de Vietnam gracias a su conocimiento del golf (y del gran Danny Glover), aquel vehículo de acción diseñado para Brandon Lee llamado Rapid Fire (Dwight H. Little, 1992), la gran Species (Roger Donaldson, 1995) con aquel reparto tan molón y noventero en el que estaban la bellisima Natasha Henstridge, Forest Whitaker, Michael Madsen, Ben Kingsley, Alfred Molina y Marg Helgenberger, la pequeña joyita Asesinato en la Casa Blanca (Dwight H. Little, 1997) que reunió los músculos y el carisma de Wesley Snipes, la belleza y elegancia de Diane Lane y la ironía de Dennis Miller o La Trampa (Jon Amiel, 1999) con Sean Connery intentando no romperse la cadera y Catherine Zeta Jones marcando tipazo con trajes de licra ajustados.
Para encargarse de los efectos de maquillaje se pensó en contratar de nuevo a David B. Miller, que había diseñado el maquillaje de Freddy para la película original, pero por problemas de agenda, tenia compromisos con Cocoon (Ron Howard, 1985) y Mi proyecto científico (Jonathan R. Betuel, 1985) no pudo hacerse cargo y se contrato a Kevin Yagher, que venia de trabajar en Viernes 13: Capitulo final (Joseph Zito, 1984) y bajo las ordenes del inefable Albert Pyun en Sueños radioactivos (1985). Yagher solo tenia unas pocas fotos y la película original como referencia, por lo que rediseño el aspecto de Freddy basándose en imágenes de victimas de quemaduras y volvió a encargarse del maquillaje en Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (Chuck Russell, 1987), Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño (Renny Harlin, 1988), la serie de televisión Las pesadillas de Freddy (1988-1999) y luego trabajo en películas como Los chicos del maíz 3: La cosecha urbana (James D.R. Hickox, 1995), Hellraiser 4: El final de la dinastía sangrienta (1996), que también dirigió bajo el seudónimo de Alan Smithee (seudónimo que se suele utilizar cuando no quieres que tu nombre figure en los créditos, ya sea por desavenencias o por vergüenza) o El club de los vampiros (Gilbert Adler, 1996).
El diseño de producción corrió a cargo de Gregg Fonseca, que había trabajado en la primera película y que diseño todos los sets que se ven en esta segunda parte, pero renuncio justo antes del comienzo de la filmación, alegando que la producción era demasiado apresurada y que su departamento en particular estaba severamente subfinanciado, así que la directora de arte Maggie Martin asumió el papel de Fonseca durante la fotografía principal.
Para encontrar al elenco de la película se recurrió a la directora de casting Annette Benson que había hecho lo propio en la primera película y que también lo haría en la 3ª, la 4ª y la 5ª entrega de la saga. Traer de nuevo a Robert Englund para interpretar a Freddy Krueger parecía obvio, pero Englund pidió un aumento de sueldo y la New Line lo mando a tomar por culo y contrataron a un extra para que encarnase a Krueger al mas puro estilo de los psychokillers enmascarados, mudos e impersonales tipo Jason Voorhees (Viernes 13) o Michael Myers (Halloween), pero tras dos semanas de rodaje el productor Robert Shaye se dio cuenta de que el extra en oposición a la actuación física de Englund no daba la talla y aceptaron todas las demandas económicas de Englund para que volviese a empuñar el guante con cuchillas, el sombrero y el jersey de colores.
Una vez con Englund de nuevo en el redil había que contratar a los que serian los protagonistas (y victimas) de la película. Para el papel de Jesse Walsh se pensó en Michael J. Fox, pero este declino la oferta debido a sus compromisos con Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985) y Teen Wolf (Rod Daniel, 1985). Tras la negativa de Fox se le hicieron pruebas a Brad Pitt, por aquel entonces un desconocido sin experiencia, que no convenció a los productores pero al que rescataron para participar en el episodio Black Tickets (1989) de la serie de televisión Las pesadillas de Freddy. También se probo a John Stamos, que por aquel entonces era un habitual en la serie Dreams (1984) pero que tampoco cuajo. Por el casting también paso Christian Slater y como los otros dos tampoco convenció ni a productores ni a director. El que si convenció en su prueba de casting fue Mark Patton, un joven actor que había tenido muy buenas criticas en Broadway con la obra de teatro Vuelve a la tienda de baratijas, Jimmy Dean y que daría al salto con la adaptación de dicha obra al cine a cargo de Robert Altman en 1982, paradojicamente resulta que Patton se había presentado al casting de la primera Pesadilla en Elm Street para interpretar a Glen, papel que finalmente se adjudico a Johnny Depp.
Otra debutante, Kim Myers, se encargaría de dar vida a Lisa Webber, se rumorea que a Myers tan solo la contrataron por su parecido a Meryl Streep, pero vete tu a saber... lo cierto es que Myers tras su debut no hizo nada destacable, mas allá de muchos episodicos en series de televisión y su participación en la cuarta entrega de Hellraiser; El final de la dinastía sangrienta y, supongo que porque la dirigió, como hemos dicho antes, Kevin Yagher, el encargado de el maquillaje en esta Pesadilla en Elm Street 2.
Robert Rusler, que venia de trabajar en La mujer explosiva (John Hughes, 1985) y que al año siguiente interpretaría a Tommy Hook en una película que a mi me encanta como es Thrashin´, patinar o morir (David Winters, 1986) se hizo con el papel de Ron Grady, que por cierto dicen que fue Robert Downey Jr, con el que trabajaba en La mujer explosiva, quien le llevo al casting. Y, para rematar el casting tenemos a Kerry, interpretada por Sydney Walsh, que estaba a punto de abandonar Los Ángeles después de varios intentos fallidos de comenzar su carrera y que tras ser elegida para este papel encadeno proyectos televisivos y participo en un par de películas importantes de los 90 como la comedia Tres hombres y una pequeña dama (Emile Ardolino, 1990) junto a Tom Selleck, Steve Guttenberg y Ted Danson y la maravillosa Le llaman Bodhi (Kathryn Bigelow, 1991)
La saga de Pesadilla en Elm Street me acompaño durante toda mi infancia y mas de una noche me dejo sin poder dormir, pero vista esta (inevitable) secuela hoy en día he de decir que me ha decepcionado bastante. Freddy sigue molando y los efectos especiales y de maquillaje mas de lo mismo, pero el resto de la película (¿Freddy saliendo de los sueños? Venga ya.) se me ha hecho bastante duro de ver, incluso me he aburrido soberanamente durante buena parte de la película. Pero en fin, es una película a la que le sigo teniendo cariño y se ve con agrado. 5/10


domingo, 14 de junio de 2020

Hard Rain (Mikael Salomon, 1998)



Si, lo digo ya, ¡me encanta esta peli! y no, no es un placer culpable, es una pequeña y entretenidisima joyita noventera de las que por desgracia ya no se hacen.
Cierto es que llego a rebufo de una nueva ola de cine catastrófico noventero, pero aun así los productores a ultima hora decidieron cambiar su titulo original “The Flood” (la inundación) por uno mas acorde a la acción como este “Hard Rain”, que todo sea dicho, mola que te cagas, para que el respetable no pensase que (solo) iba a ver otra película mas sobre algún tipo de catástrofe.
La idea principal de la película salio de la mente del guionista canadiense Graham Yost, que tras una corta carrera en series de televisión como Hey Dude (1989-1991), La cabeza de Herman (1991) o Altas esferas (1992-1993) pego el petardazo con el libreto de la acojonadamente trepidante Speed (Jan de Bont, 1994) de la que aun recuerdo las secuelas que me dejo durante todo ese verano mi enamoramiento por Sandra Bullock, pero en fin, sigamos que me pierdo. Tras Speed llego la ahora convertida (para mi) en clásica del cine de acción Broken Arrow: Alarma nuclear (John Woo, 1996) en la que Yost conocería al gran John Woo. ¿Y que mas da que se conocieran? Pues da porque el primer candidato para dirigir esta Hard Rain fue el propio Woo, pero durante la preproducción decidió abandonar el proyecto y centrarse en la bizarra Cara a Cara (1997) pasandole el testigo al sueco Mikael Salomon, cuya única experiencia como director había sido el drama familiar Un lugar muy lejano (1993) pero que tenia muy buena fama gracias a su trabajo como director de fotografía en Always (Steven Spielberg, 1989), Llamaradas (Ron Howard, 1991), Un horizonte muy lejano (Ron Howard, 1992) y sobretodo The Abyss (James Cameron, 1989) en la que se enfrento a un duro rodaje que se rodó casi en su totalidad en tanques de agua, algo que resulto definitivo para su contratación como director en esta Hard Rain, pese a ello, para la dirección de fotografía prefirió delegar en Peter Menzies, Jr director de fotografía que había debutado seis años antes con el thriller Arenas blancas (Roger Donaldson, 1992) y que venia de rodar tres películas noventeras que me encantan: El remake La Huida (Roger Donaldson, 1994) con Alec Baldwin y una Kim Basinger que quita el hipo, la obra maestra del cine de acción Jungla de cristal: La venganza (John McTiernan, 1995) y Tiempo de matar (Joel Schumacher, 1996) y que aquí se curra una buena fotografía.
La trama nos presenta a Tom (Christian Slater), un tipo que no encuentra su lugar en el mundo y que tras mucho ir de aquí para allá acaba enchufado trabajando junto a su tío Charlie (Edward Asner) como guardia de seguridad en un furgón blindado en el medio oeste americano. Cuando llegan a la pequeña localidad de Huntingburg les pilla el peor temporal de lluvias de la historia en la zona y su furgón se sale de la carretera y mientras esperan la ayuda son emboscados por Jim (Morgan Freeman) y su pandilla de atracadores, Kenny (Michael A. Goorjian), el señor Mehlor (Dann Florek) y Ray (Ricky Harris) que asesinan a Charlie. A partir de ese momento Tom huye con el dinero para intentar ponerlo a salvo y empieza un juego del gato y el ratón entre el y los ladrones mientras cae sobre ellos el diluvio universal.
La producción de la película se llevo a cabo gracias a un esfuerzo colaborativo entre las productoras British Broadcasting Corporation, H2L Media Group, productora de Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998), El patriota (Roland Emmerich, 2000), Lara Croft (Simon West, 2001) o Jack Reacher (Christopher McQuarrie, 2012), Marubeni, Mutual Film Company, Paramount Pictures, Polygram Filmed Entertainment, encargada de títulos como El gran Lebwoski (Joel & Ethan Coen, 1998), Notting Hill (Roger Michell, 1999), Sleepers (Barry Levinson, 1996) o The Game (David Fincher, 1997), Stargate Studios, tras la cual están Twister (Jan de Bont, 1996) o Un pueblo llamado Dante´s Peak (Roger Donaldson, 1997), Tele München Fernseh Produktionsgesellschaft, Toho-Towa, productora de Malditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009), Enemigos públicos (Michael Mann, 2009), El hombre invisible (Leigh Whannell, 2020) o 1917 (Sam Mendes, 2019) y UGC PH, encargada de financiar Cowboys de ciudad (Ron Underwood, 1991), Memento (Christopher Nolan, 2000), Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) o Antes que el diablo sepa que has muerto (Sidney Lumet, 2007) y productores como Ian Bryce, productor de Casi famosos (Cameron Crowe, 2000), Spider-Man (Sam Raimi, 2002) o Transformers (Michael Bay, 2007), Mark Gordon, encargado de Código fuente (Duncan Jones, 2011) o Molly´s Game (Aaron Sorkin, 2017), Gary Levinson, que hizo lo propio en 12 Monos (Terry Gilliam, 1995) y Virus (John Bruno, 1999), Art Levinson, productor de las ochenteras Esta casa es una ruina (Richard Benjamin, 1986), Maniquí (Michael Gottlieb, 1987) y Espías sin identidad (Richard Benjamin, 1988), Allison Lyon Segan, productora de Speed (Jan de Bont, 1994) y Broken Arrow: Alarma nuclear (John Woo, 1996) y el propio Christian Slater, que se estrenaba como productor con esta película y la también rodada en 1998 Very Bad Things (Peter Berg, 1998), todo bajo la distribución de Paramount Pictures en Estados Unidos y de Sogepaq Distribución en España.
Para construir los sets de rodaje, que contaban, ademas de con inmensos tanques de agua, con el fondo escénico pintado mas grande jamas utilizado (hasta la fecha) en una película, se contrato a Ronald R. Reiss, encargado de los sets en películas como En tierra peligrosa (Steven Seagal, 1994), Twister (Jan de Bont, 1996) o Mensajero del futuro (Kevin Costner, 1997).
Para hacerse cargo de la banda sonora, los productores querían contratar al gran Jerry Goldsmith, pero no podían pagar su salario y mientras buscaban sustituto apareció en escena Christopher Young, que había participado como compositor en muchas de las películas con las que he crecido y que he visto una y otra vez como Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (Jack Sholder, 1985), Bat 21 (Peter Markle, 1988), Rapid Fire (Dwight H. Little, 1992), Species (Roger Donaldson, 1995) o Asesinato en la Casa Blanca (Dwight H. Little, 1997) y que presiono mucho a los productores para conseguir el trabajo que finalmente consiguió, dejando una partitura muy parecida a lo que podría haber entregado Goldsmith pero sin su grandeza, este hecho se nota bastante en el brillante “Main Title” que tiene muchas similitudes al estilo de Goldsmith en Deep Rising: El misterio de las profundidades (Stephen Sommers, 1998).
En cuanto al rodaje, tuvo lugar entre el 26 de agosto de 1996 y el 9 de enero de 1997 y se filmo principalmente en Huntingburg (que también es donde tiene lugar la trama), Indiana, localidad que cuenta con dos grandes embalses cerca de la ciudad, en los estudios Palmdale en California y para el resto de exteriores la producción se desplazo hasta Etobicoke en Toronto, Canadá.
El presupuesto de la película fue de 70 millones de dolares y tan solo logro recaudar a nivel mundial la paupérrima cifra de casi 20 millones, convirtiéndose en un fracaso mayúsculo (pese a que mas tarde las ventas en VHS y DVD minimizaran las perdidas) y haciendo que la incipiente carrera de Salomon como director de cine parase en seco y acabase con sus huesos en la dirección de series y Tv Movies de tres al cuarto.
La elección del reparto se dejo en manos de Risa Bramon Garcia, directora de casting que había trabajado en Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987), Wall Street (Oliver Stone, 1987), Sneakers (Phil Alden Robinson, 1992), Amor a quemarropa (Tony Scott, 1993), Speed (Jan de Bont, 1994) o El pacificador (Mimi Leder, 1997) y Randi Hiller, que venia de colaborar con Risa en El pacificador y que luego trabajaría en productos como The Haunting (Jan de Bont, 1999), Terminator 3: La rebelión de las maquinas (Jonathan Mostow, 2003), Crash (Paul Haggis, 2004), Inmersión letal (John Stockwell, 2005), 16 Calles (Richard Donner, 2006), Iron Man (Jon Favreau, 2008), Capitan América: El primer vengador (Joe Johnston, 2011) o Los Vengadores (Joss Whedon, 2012) que eligieron para los papeles principales a Christian Slater y Morgan Freeman. Slater, actor al que le tengo un gran aprecio ya que me ha hecho pasar ratos cojonudos durante mi tierna juventud, estaba ante su segundo intento por convertirse en una estrella del cine de acción tras su paso por Broken Arrow de John Woo, pero tras el fracaso comercial de Hard Rain no fructífero y su carrera empezó a decaer poco a poco hasta su relativo resurgir gracias a la serie de Mr. Robot (2015-2019) y Freeman venia de haberlo petado con Sin perdón (Clint Eastwood, 1992), Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994) y Seven (David Fincher, 1995) y ahora ya andaba con sus papeles comerciales y alimenticios en plan “el tipo mas listo en la habitación” en películas como Reacción en cadena (Andrew Davis, 1996) o El coleccionista de amantes (Gary Fleder, 1997) y pese a que a el no le gusto nada el resultado de la película “¿Alguno de ustedes vio la película? No, simplemente no” llego a decir en una entrevista años después, yo tengo que decir que a mi si, y mucho y que el dúo formado por Slater y Freeman me funciona a las mil maravillas.
Otra a la que no le gusto mucho trabajar en la película fue Minnie Driver, que interpreta a Karen, restauradora de vidrieras de la iglesia del pueblo que se vera envuelta en todo el percal por ayudar al pobre Tom. Driver, que pese a ser una tía que por norma general nunca me ha gustado, en esta película lo hace y mucho, incluso la veo bastante mas atractiva de lo que me atrevería a reconocer. En fin, Driver estaba por esos años metiendo poco a poco el morrito en Hollywood gracias a películas como Goldeneye (Martin Campbell, 1995), Sleepers (Barry Levinson, 1996) o El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997) pero mas allá de eso y de ser recordada por prestarle su voz a la Jane del Tarzan (Chris Buck & Kevin Lima, 1999) de Disney su carrera tampoco llego a despegar del todo y ahora esta perdida entre Tv Movies y series de televisión. Y, para encarnar al sheriff Collins y a la postre villano de la película se contrato al pirado de Randy Quaid, que venia de hacer el payaso en Independence Day (Roland Emmerich, 1996) y que aquí gracias a estar mas contenido y serio esta mas convincente como avaro hijo de puta.
Me gusta Slater, me gusta Freeman, me atrae Driver, me encanta que la trama sea sencilla y no necesite de grandes villanos y complejas y megalomanas escenas de acción con planes de dominación mundial, me apasiona que todo ocurra en un pequeño pueblo y con pocos personajes y me chifla que llueva a mares y ver como poco a poco el agua va teniendo mas y mas presencia en la película. En definitiva, no es ninguna obra maestra, ni falta que le hace. Simplemente es una buena y entretenida película de acción. Punto. 7/10