Policíaco ochentero dirigido por Peter
Masterson, que debuto cuatro años antes con el drama Regreso a
Bountiful (1985) y que tiene en su haber películas como Luna llena
en agua azul (1988), Sangre roja (1989) o el interesante thriller de
acción Arctic blue (1993) con el gran Rutger Hauer. Del guion,
basado en una historia de Spencer Eastman, se encargaron en propio
Eastman, escritor de En pie de guerra (Franc Roddam, 1988) o Kansas,
dos hombres, dos caminos (David Stevens, 1988) y Anthony Palmer,
guionista de La mujer mas deseada (Robert Ginty, 1994) con la
tremenda Bo Derek y actor ocasional en películas como 52 vive o
muere (John Frankenheimer, 1986) o La tierra de nadie (Peter Werner,
1987). De soltar la pasta se hicieron cargo Moshe Diamant, productor
de pepinazos de Jean-Claude Van Damme como Blanco humano (John Woo,
1993) y Timecop (Peter Hyams, 1994), Eduard Sarlui, que se encargo de
producir basurillas divertidas como El guerrero del mundo perdido
(David Worth, 1983), La venganza de un soldado (David Worth, 1986) o
la tonteria aquella con Charlie Sheen y la guapa y olvidada Kristy
Swanson llamada Con la poli en los talones (Adam Rifkin, 1994) bajo
su sello Sarlui/Diamant y con el apoyo financiero de Epic
Productions, productora de películas como Atrapado por su pasado
(Brian De Palma, 1993), la pajillera Orquídea salvaje (Zalman King,
1989) con el sucio Mickey Rourke y la tremenda Carré Otis, la cutre
pero divertida Dos chalados y un fiambre (Emilio Estevez, 1990), el
actioner de Dolph Lundgren Fuga mortal (Vic Armstrong, 1993) con la
explosiva Kristian Alfonso o la basura infecta Ator y la espada de
Graal (Joe D´Amato, 1990).
De la música de la película se
encargó el italiano Pino Donaggio, compositor de bandas sonoras como
Vestida para matar (Brian De Palma, 1980), Doble cuerpo (Brian De
Palma, 1984) o La semilla de Chucky (Don Mancini, 2004) y para la
fotografía se contrato a Fred Murphy, director de fotografía de las
interesantes Homicidio en primer grado (Marc Rocco, 1995), El ultimo
escalón (David Koepp, 1999) o Mothman, la ultima profecía (Mark
Pellington, 2002). El rodaje tuvo lugar entre Galveston y Houston
(Texas) y su recaudación en taquilla fue de 300.000 dolares,
convirtiéndose en un estrepitoso fracaso comercial.
La trama nos presenta a un detective de
policía llamado Mike Seaver, que va tras la pista de un asesino en
serie que se dedica a matar mujeres los días que el equipo local de
baseball tiene partido. Punto. A partir de ahí, poco mas, la trama
principal se solapa con una secundaria sobre la relación de Seaver
con su prometida Roxy y la mala relación con su suegra. Poco a poco
Seaver ira desentramando las motivaciones del asesino y averiguara
que sus asesinatos coinciden con los éxitos del pitcher del equipo,
cosa que le hará sospechar y dar con el asesino. Tampoco hay mucho
mas que contar. Realmente el guion es bastante chapucero y flojo. Si
por algo se deja ver la película es por la presencia de Scheider y
por la ambientación ochentera típica de los policíacos de la
época; Los coches patrulla, los detectives trajeados y por encima de
la ley, etc... Se puede ver, si. Pero como quien ve llover.
Para el papel protagonista se contrato
a Roy Scheider, 14 años después del éxito de Tiburón (Steven
Spielberg, 1975) y tras películas como Carga maldita (William
Friedkin, 1977), El trueno azul (John Badham, 1983) o 2010: Odisea
dos (Peter Hyams, 1984) sus mejores años ya habían pasado de largo
y aquí estaba en una fase de arrastre de la que logro salir
ligeramente unos años después con la televisiva SeaQuest
(1993-1995). De los secundarios (que pintan mas bien poco) se
hicieron cargo Karen Young, que curiosamente también venia de la
franquicia del escualo en Tiburón, la venganza (Joseph Sargent,
1987) y que algunos recordareis por haberla visto en 9 semanas y
media (Adrian Lyne, 1986) o Daylight (Rob Cohen, 1996) junto a
Sylvester Stallone y que aquí daría vida a Roxy, la prometida (en
peligro, como no) de Seaver. Carlin Glyn, vista en Los tres días del
cóndor (Sydney Pollack, 1975) se mete en la piel de Alma, la suegra
coñazo de Seaver. Rex Linn, secundario de lujo visto en películas
como Máximo riesgo (Renny Harlin, 1993), Wyatt Earp (Lawrence
Kasdan, 1994) o Mensajero del futuro (Kevin Costner, 1997) interpreta
a Epps, el ex jugador de baseball y serial killer en horas de asueto
y para rematar el cast, dos caras ultra conocidas en breves papeles;
Paul Gleason, conocido por Entre pillos anda el juego (John Landis,
1983), El club de los cinco (John Hughes, 1985) o La jungla de
cristal (John McTiernan, 1988) da vida a Broussard y Lane Smith, el
mayor Bates de Amanecer Rojo (John Milius, 1984) o el entrenador
hijoputa de Somos los mejores (Stephen Herek, 1992) que se mete en la
piel de Witty.
Poco mas puedo decir sobre esta
película. Si os va el genero puede que paséis un rato entretenido
sin mas, pero no esperéis mucho. Tiene un guion demasiado flojo y
como he dicho antes, solo se sustenta (por lo menos para mi) por la
presencia de Roy Scheider, la ambientación y el efecto nostalgia.
Vosotros veréis. 4/10