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jueves, 19 de diciembre de 2019

Su Juego Favorito (Howard Hawks, 1964)


Comedia romántica de 1964 dirigida por Howard Hawks, director de auténticos peliculones como El sueño eterno (1946), ¡Hatari! (1962) o una de mis películas favoritas de todos los tiempos; Rio Bravo (1959) y que dio a Hollywood algunas de sus comedias más memorables (de hecho esta película estaba destinada a ser un homenaje/nueva versión de su clásico La fiera de mi niña (1938) queriendo Hawks incluso (sin éxito) que Katharine Hepburn y Cary Grant protagonizasen la película), pero que para 1963 posiblemente sus mejores días habían quedado atrás. Aun así Su juego favorito (Man´s favorite sport? En el original) tiene algunos destellos del viejo Hawks, buenas dosis de comedia física y muchos diálogos acertados y divertidos. Quizás se le podría achacar su carencia de un ritmo ágil ya que a veces se estanca y estira demasiado algunas escenas y su excesiva duración de 120 minutos y eso que originalmente estaba previsto que durase 145, pero tras unos tests con publico los productores insistieron en cortarle 20 minutos ya que les pareció demasiado tiempo para una comedia romántica.
¿Y, de que va la peli? Os preguntareis, pues la trama nos presenta a Roger Willoughby (Rock Hudson) un vendedor simpático y eficiente de aparejos de pesca de unos grandes almacenes de San Francisco. Sus clientes le creen un auténtico experto, ya que ha escrito un manual de instrucciones sobre la pesca con caña que es de gran ayuda a los aficionados. Abigail Page (Paula Prentiss), publicista de un concurso de pesca que se va a celebrar, y su amiga 'Easy' Mueller (Maria Perschy), hermana de uno de los dueños de los almacenes, acuerdan el conseguir que Roger intervenga en el concurso, pues su presencia será un gancho para el mismo. Pero aunque Roger se niega, ya que no tiene ni idea de pescar y además aborrece tocar cualquier tipo de pescado, sus jefes le obligan a participar.
La película fue producida por el propio Hawks junto a Paul Helmick, productor asociado que ya trabajo con Hawks en ¡Hatari! (1962) y que tras esta repetiría de nuevo con él en Peligro… Línea 7000 (1965), El Dorado (1967) y Rio Lobo (1970), a estos dos se les unió Rock Hudson en labores de productor ejecutivo y los tres produjeron la película bajo el amparo de Gibralter Productions y Laurel Productions. De la distribución se encargo Universal Pictures.
Del guion, basado en el relato “The Girl Who Almost Got Away” escrito por Pat Frank , se encargaron John Fenton Murray, guionista de Sabu and the Magic Ring (George Blair, 1957) o Jaguar (George Blair, 1956) y Steve McNeil, escritor especializado en series como Mr. Lucky (1960), Mis tres hijos (1963) o Bonanza (1960). De la música se hizo cargo Henry Mancini, compositor con infinidad de títulos en su haber de los que podría destacar (por apuntar algunos), ¡Hatari! (1962), Charada (Stanley Donen (1963), La pantera rosa (Blake Edwards, 1963) o Dos en la carretera (Stanley Donen, 1967) y de la fotografía se encargo Russell Harlan, experimentado camarógrafo con títulos en su trayectoria como Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957) o Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962).
La película se rodo íntegramente en California, entre los estudios Universal en Universal City y los Revue Studios de Los Ángeles y tuvo una recaudación en taquilla de 6 millones de dólares, convirtiéndose en la película numero 24 más taquillera de 1964.
Para los papeles principales Hawks tenía en mente (como decía antes) tanto a Katharine Hepburn como a Cary Grant. Hepburn, que hacia un par de años que había rodado Larga jornada hacia la noche (Sidney Lumet, 1962) y que no volvería a trabajar hasta cinco años más tarde en Adivina quién viene esta noche (Stanley Kramer, 1967) pasó del proyecto y se dedico a sus labores. Por el contrario Cary Grant si que acepto la propuesta llegando incluso a rechazar su papel en Charada (Stanley Donen, 1963), pero luego cambio de opinión ya que con 58 años que tenia por aquel entonces no se veía como interés romántico de una Paula Prentiss (de la que hablaremos ahora luego) que tan solo tenía 26, así que finalmente rechazo el papel y volvió a la producción de Charada.
Finalmente los elegidos para los papeles principales fueron Rock Hudson, que venía de rodar Nido de águilas (Delmer Mann, 1963) y se luce en su papel de atractivo comercial de pesca bobalicón y Paula Prentiss, que acababa de rodar Contigo para siempre (Richard Thorpe, 1963) y salía de hacer un papel episódico en la serie de televisión 77 Sunset Strip (1958/1964) y a la que Howard Hawks quería a toda costa para el papel de la encantadora, metomentodo y excesiva Abigail Page, tanto la quería que incluso llego a considerar la idea de coproducir la película con la Metro-Goldwyn-Mayer con la que Prentiss tenía contrato en ese momento.
Para el papel de Isolde “Easy” Mueller se tanteo a Ursula Andress, que venía de petarlo con su salida del mar en bikini en Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, 1962), pero rechazo la oferta para rodar El ídolo de Acapulco (Richard Thorpe, 1963) junto a Elvis Presley y Cuatro tíos de Texas (Robert Aldrich, 1963), así que finalmente el papel recayó en las manos de Maria Perschy, que venía de la famosa serie Hospital General.
Es verdad que la película en ciertas fases se estanca y adolece de ritmo, pero a mí me sigue gustando tal y como esta y me parece divertidísima y muy vitalista, la trama va cociéndose poco a poco y los enredos amorosos cuando aparecen ya no paran. A eso hay que añadirle el uso del technicolor, el gran diseño de producción, la magnífica ambientación con ese lago y esas cabañas de fantasía (apetece instalarse ahí durante un largo tiempo) y sobretodo la gran labor del dúo protagonista, con un Rock Hudson entrañablemente tontaina y una Paula Prentiss extraordinariamente y cargantemente (en el buen sentido) cómica y absolutamente y adorablemente bella. 7/10

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Viva Las Vegas (George Sidney, 1964)


En marzo de 1963, el presidente de MGM, Robert O´Brien, anuncio que Viva Las Vegas, protagonizada por Elvis Presley, sería una de las 20 películas que se realizarían en el estudio durante 1964. En mayo de ese mismo año, Ann-Margret, que hasta ese momento tan solo contaba con tres películas en su haber; Un gánster para un milagro (Frank Capra, 1961), State Fair (José Ferrer, 1962) y Un beso para Birdie (George Sidney, 1963) y un episódico poniendo voz en la serie de animación de televisión Los Picapiedra, firmo como protagonista con un salario de 15.000 dólares por semana durante diez semanas.
El encargado de dirigir esta agradable e insustancial comedia musical a mayor gloria de Elvis Presley (fue premiado con el Laurel Award de 1965 a la mejor interpretación masculina en un musical) fue George Sidney, director de las clásicas Levando Anclas (1945), Los tres mosqueteros (1948) o Scaramouche (1952), con producción de Jack Cummings (bajo su productora Jack Cummings Productions), afamado productor de Los hermanos Marx en el Oeste (1940) y Siete novias para siete hermanos (1954) junto al propio director George Sidney, distribuida por Metro-Goldwyn-Mayer y escrita por Sally Benson, reconocida guionista de entre otras; La sombra de una duda (Alfred Hitchcock, 1943), Ana y el rey de Siam (John Cromwell, 1946) o Hablan las campanas (Henry Koster, 1949) bajo las supervisión del propio Sidney que más tarde diría sobre el guion; “fue uno de esos casos en los que no teníamos guion y teníamos que cumplir un compromiso. Originalmente era algo sobre una árabe o algo así… Pero finalmente lo cambiamos y escribimos el guion en unos once días… Cambiamos todo y decidimos hacerlo en Las Vegas”.
Finalmente la trama quedo tal que así; Lucky Jackson (Elvis Presley) es un corredor de automóviles que desesperadamente busca dinero para adquirir un nuevo motor para participar en el Grand Prix de Las Vegas y aquí se encuentra a otro corredor llamado Elmo Mancini (Cesara Danova), que además de ser su competidor en la pista también se hará su rival por ganar el afecto de una hermosa instructora de natación para niños llamada Rusty (Ann-Margret). Rusty a pesar del afecto y amor que siente por Lucky rehúsa aceptarlo seriamente por el riesgo peligroso que entraña la vida de un corredor automovilístico, pero finalmente Rusty cambiara de opinión y ayudara a Lucky a conseguir su cometido, todo esto, por supuesto, entre bailes, movimientos de pelvis y bonitas tonadillas interpretadas por Elvis.
De la fotografía se encargo Joseph F. Biroc, camarógrafo con más de 160 títulos en su haber y que venía de rodar Adán también tenía su manzana (David Swift, 1963) y Arroyo comanche (Frank McDonald, 1963) y que según informes de la MGM se pasó tres pueblos a la hora de rodar las escenas de baile de Ann-Margret, dedicando un tiempo y esfuerzo desmedido empleando diferentes ángulos de cámara, múltiples cámaras para cada escena y varias repeticiones de cada una de las escenas y los bailes de Margret.
Para dichos bailes se contrato al coreógrafo (y actor, escritor, director y productor) David Winters, que formaba parte del elenco original de West Side Story (Robert Wise, 1961) y que venía recomendado por la propia Ann-Margret se quien era profesor de danza en ese momento.
La película fue rodada casi en su totalidad utilizando diferentes localizaciones de Las Vegas como; Mount Charleston (las escenas de la carrera de coches), la presa Hoover, Railroad Pass, el Sands Hotel, el Tropicana Hotel & Casino o Lake Mead, para el resto de interiores se utilizaron los Estudios de la Metro-Goldwyn-Mayer de Culver City (California), tuvo un presupuesto de casi 1 millón de dólares y recaudo unos 9 aproximadamente.
A pesar de que las criticas no fueron muy benevolentes con la película (el crítico de The New York Times escribió: “Viva Las Vegas, el nuevo vehículo de Elvis Presley, es tan agradable y sin importancia como pelar un plátano” y Variety añadió: “Mas allá de varios números musicales llamativos y una secuencia electrizante de carreras, la producción es bastante trillada y pesada”), con el paso del tiempo se ha convertido en una de las películas más populares e icónicas de Elvis Presley, llegando a ser reconocida por el American Film Institute en sus listas de “100 años de AFI… 100 canciones” en 2004 y “Las mejores películas musicales de AFI” en 2006.
Para mí, que Elvis como actor (y por ende sus películas) ni fú ni fá, lo que más destaca sin lugar a dudas de esta Viva Las Vegas es la magnética presencia de la bellísima y adorable Ann-Margret, que para mí se come a Elvis, a la película y a quien se ponga por delante. Según las malas lenguas y los tabloides de la época, durante el rodaje de la película saltaron tales chispas entre Elvis y Margret que según dicen propicio un agrio y tenso enfrentamiento entre la propia Margret y Priscilla Beaulieu, novia de Elvis en aquel momento (se casaron en 1967). Esto hay que ponerlo en cuarentena, pero las palabras de Magret en sus memorias, en las que se refiere a Elvis como su “alma gemela” pueden tomarse como una pista para lo que realmente paso durante el rodaje.
En definitiva, un producto ligero, simplón (pero no por ello aburrido), con muchos temas musicales, mucho baile y mucho derroche de carisma y alegría por parte de Ann-Margret que no va a cambiar la vida de nadie, pero que se deja ver con una ligera sonrisa en la boca. Ah, sí, también sale Elvis… ya ni me acordaba de él. ¡Ann, ann… ains, quien pudiese bailar junto a ti! 5/10

martes, 17 de diciembre de 2019

55 Días en Pekin (Nicholas Ray, 1963)


Aquí hay mucha tela que cortar, así que empecemos; 55 días en Pekín es una aventura-bélico-dramático-histórica basada en el libro homónimo de Noel Gerson que narra los hechos conocidos como “Levantamiento de los bóxers”, un movimiento iniciado en noviembre de 1899 y finalizado el 7 de septiembre de 1901, surgido en China contra la influencia foránea en el comercio, la política, la religión y la tecnología de los últimos años del siglo XIX en el que cerca de 230 extranjeros, miles de chinos cristianos, un número desconocido (entre 50.000 y 100.000) de rebeldes, sus simpatizantes y otros chinos murieron durante las revueltas y su posterior represión.
La película fue producida por Samuel Bronston, famoso productor del Hollywood clásico y que tras pegarse el leñazo con esta película (tuvo un presupuesto de unos 17 millones de dólares y tan solo logro recaudar unos 10) y la posterior La caída del imperio romano (Anthony Manm,1964) debido al alto coste de sus producciones (y sus pocos ingresos en taquilla) llegando incluso a comprar los Estudios Chamartín de Las Rozas (Madrid) en 1959 para rodar sus desmesuradas y épicas producciones, tuvo que declararse en bancarrota debiendo 5.6 millones de dólares a Pierre S. de Pont (presidente de DuPont Corportation y de General Motors) y otros 6.5 millones a la Paramount.
Para dirigirla, Bronston contrato los servicios de Nicholas Ray, director de las icónicas Johnny Guitar (1954), Rebelde sin causa (1955), Chicago, años 30 (1958 o Rey de Reyes (1961) y que por aquel entonces era un individuo torturado por la muerte de James Dean (al que dirigió en Rebelde sin causa), por su alcoholismo y ludopatía y que no las tenía todas consigo ya que pensaba que embarcarse en un proyecto de tal magnitud sería el fin para él. Y, lo cierto es que no se equivocaba ya que durante el rodaje tuvo un ataque al corazón y la película tuvo que ser finalizada tanto por Andrew Marton, que fue acreditado como director de la segunda unidad tras haber desempeñado ese papel en películas como Ben-Hur (William Wyler, 1959) y Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963), por Guy Green, director de Comando de la muerte (1958), S.O.S, Pacifico (1959) o Luz en la ciudad (1962) y al que nunca acreditaron e incluso el propio Charlton Heston que arrimo el hombro ejerciendo labores de director.
Para el guion se contrato a Philip Yordan, que venía de trabajar en Rey de Reyes (también con Ray) y El Cid (Anthony Mann, 1961), Bernard Gordon, que venía de hacer lo propio en La semilla del espacio (Steve Sekely, 1963) y al director y escritor Robert Hamer para que escribiese diálogos adicionales.
De la banda sonora se encargó Dimitri Tiomkin, compositor de películas como Solo los ángeles tienen alas (Howard Hawks, 1939), Duelo al sol (King Vidor, 1946), Crimen perfecto (Alfred Hitchcock, 1954) o Rio Bravo (Howard Hawks, 1959) y que por 55 días en Pekín estuvo nominado a dos Oscar; Mejor banda sonora, que se lo arrebato John Addison por Tom Jones, y mejor canción (“So Little Time” compuesta junto a Paul Francis Webster); que se lo llevaron Jimmy Van Heusen y Sammy Cahn por Papa´s delicated condition.
La película fue filmada entre Valencia y los estudios construidos por Samuel Bronston en Las Rozas (donde se construyo el set más grande hasta la fecha para representar el Pekín de la época y que costó la friolera de 900.000 dólares), de los que hay que decir que tras el fracaso comercial de esta y su siguiente La caída del imperio romano, se vendieron los terrenos y se construyó un complejo residencial.
Para el rodaje, con multitud de extras (unos cuatro mil, mas o menos), se necesitaban más chinos de los que habían en aquellos momentos por Madrid y sus alrededores, así que la producción busco chinos por toda Europa y se trajo a todos los que pudo de diversas lavanderías y restaurantes (llegando incluso a cerrar muchos de ellos en el verano de 1962) para poder rodar las escenas masivas.
De la fotografía se iba a encargar Aldo Tonti, experimentado cámara que había trabajado en infinidad de proyectos como por ejemplo; Las noches de Cabiria (Federico Fellini, 1957) o Barrabás (Richard Fleischer, 1961), pero cuando vio los sets construidos en los estudios de Bronston, afirmo que le sería imposible fotografiarlos de la manera que Nicholas Ray quería, así que declino la oferta y el elegido finalmente fue Jack Hildyard, que venía de trabajar a las ordenes de Norman Panama en Dos frescos en órbita (1962) y que tras 55 días en Pekín, trabajo a las ordenes de Joseph L. Mankiewicz (sin acreditar) en Cleopatra (1963).
La película fue filmada en Technicolor y Technirama e implico el uso horizontal de película de 35mm, lo que resulto en un formato de película impresa de 70mm siendo su relación de aspecto 2.20:1, con la imagen final vista a a2.35:1 en impresiones de 35mm.
Para los papeles principales se contrato a Charlton Heston, que venía de petarlo con Ben-Hur, El Cid y Aventura en Roma (Melville Shavelson, 1962) y que interpretaría a el Mayor Matt Lewis, personaje basado libremente en el oficial a cargo de la guardia marina de la Legación de los Estados Unidos, luego capitán y más tarde general, John Twiggs Myers (1871-1952) que estuvo a la vanguardia de algunos de los combates más duros de las legaciones sitiadas en Pekín durante las revueltas.
A Ava Gardner, que llevaba tres años sin trabajar desde que rodó El ángel vestido (Nunnally Johnson, 1960) como la baronesa Natalie Ivanoff en un papel para el que Bronston quería a Deborah Kerr a toda costa y para el que Heston sugirió a Jeanne Moreau o Melina Mercouri. Sin embargo, el director Nicholas Ray insistió en que fuese Gardner la elegida, cosa que no alegro demasiado a Heston y que propicio una mala relación entre ambos durante el rodaje llegando incluso a declarar Heston que la relación laboral entre él y Gardner era pésima ya que según afirmaba este, Garden se comportaba de manera poco profesional, apareciendo incluso borracha por el set, maldiciendo al director, exigiendo constantemente reescrituras y arruinando días de rodaje por su mal carácter.
El trío protagonista se cerraría con la contratación de David Niven, que venía de rodar Al final de la noche (Anthony Asquith, 1962) y La ciudad prisionera (Joseph Anthony, 1962) y que se metería en la piel del embajador británico Sir Arthur Robertson.
La película fue estrenada por Allied Artists el 29 de mayo de 1963 y recibió críticas bastante tibias, principalmente debido a sus inexactitudes históricas. Sin embargo, la película fue elogiada por la critica por las actuaciones de su elenco, la dirección de Ray, la excelsa banda sonora de Dimitri Tiomkin, por sus espectaculares secuencias de acción y por su diseño de producción y pese a ser un estrepitoso fracaso en la taquilla, con el paso del tiempo se convirtió en una película de culto.
A mí no es que sea una película que me enamore, pero se deja ver perfectamente y es bastante entretenida. La única pega que le pongo es que para su excesiva duración (dos horas y media) cuenta demasiado poco sobre el trasfondo político, el contexto historico que propició el levantamiento y el drama que alli se vivió y se centra casi exclusivamente en la acción. Pero bueno, gracias a la gran labor del trío protagonista (aunque Gardner esta poco aprovechada a mi modo de ver) y a su grandísimo diseño de producción, es una película que vale la pena ver, aunque sea solo una vez. 5/10

sábado, 14 de diciembre de 2019

Escuadrón 633 (Walter Grauman, 1964)


A un oficial canadiense y a un joven de la resistencia noruega se les encarga la misión de volar un importante depósito de combustible alemán, estratégicamente oculto en un fiordo casi inaccesible, por lo que tendrán que utilizar los llamados aviones "Mosquito".
Escuadrón 663, basada en una novela de Frederick Smith (que publico mas novelas sobre este escuadrón, pero que no fueron llevadas al cine) estaba originalmente pensada para ser un proyecto para el director John Sturges, autor de obras del calibre de Fort Bravo (1953), Conspiración de silencio (1955), Duelo de titanes (1957) o Los siete magníficos (1960). Sturges trabajo sobre un guion de Rod Serling, escritor con mucho renombre en la época gracias a la serie de televisión, La dimensión desconocida (1959/1964) y se le ofreció el papel principal a Jack Lord, el primer Felix Leiter en Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, 1962) y actor en multitud de series de televisión desde los años 50. Pero finalmente Sturges decidió apearse del proyecto para centrarse en la preparación y dirección de la mítica Los siete magníficos (1960), así que fue el productor Walter Mirisch, productor de entre otras West Side Story (Jerome Robbins, Robert Wise, 1961), La gran evasión (John Sturges, 1963) o La pantera rosa (Blake Edwards, 1963) quien se hizo cargo del proyecto tras leer el libro homónimo escrito en 1956 por el antiguo oficial de la Royal Air Force Frederick E. Smith y quedar fascinado. Mirisch contrato a los también productores Cecil F. Ford (Los cañones de Navarone, 1961), (Superman II, 1980), (El puente sobre el rio Kwai, 1957), Lewis J. Rachmil (Escuadrón Mosquito, 1969), (Footloose, 1984) para aunar fuerzas y entre los tres convencieron a la United Artists para que se hiciese cargo de la distribución de la película.
La novela y la película siguen la misma trama básica, pero se cambiaron detalles para la película. Algunas escenas se reorganizaron y la historia se condenso cortando en gran parte la trama personal de muchos de los personajes, centrándose más en la segunda mitad de la novela enfocada en la misión. Así mismo, en la novela el personaje de Roy Grenville era británico y paso a llamarse Grant para la película. Cliff Robertson, actor estadounidense, fue el elegido para interpretar a Grant debido a su fama internacional (gracias a su participación en series como; Caravana, Los intocables, Playhouse 90, Outlaws, Encrucijada o La dimensión desconocida) y porque pensaron que un personaje principal estadounidense mejoraría los resultado en taquilla a nivel mundial. Además, Robertson era un piloto experimentado y dueño de un avión Supermarine Spitfire y estaba muy interesado en hacer la película para representar en pantalla grande la realidad de un combate aéreo en tiempos de guerra e incluso pidió personalmente poder pilotar los aviones durante sus escenas, cosa que se le denegó por parte de la seguradora. Al finalizar el rodaje, Robertson quiso comprar uno de los mosquitos, pero no se le permitió, así que más tarde se compro un Spitfire Mk IX.
Mirisch llevo la producción de la película al Reino Unido para aprovecharse de las exenciones fiscales, conocidas como “El plan Eady”, lo cual contribuyo para que la película recuperase todo su coste (1,300,000 dólares) en la taquilla Británica. Tras el éxito de esta producción, Mirisch intento repetir la fórmula creando Oakmount Productions, con la que produjo un buen número de películas similares ambientadas durante la Segunda Guerra Mundial y contratando a “estrellas” (normalmente actores televisivos con bajos salarios) norteamericanas para protagonizarlas. Así surgieron a rebufo de esta Escuadrón 633 películas como Misión Suicida (Paul Wendkos, 1968), Escuadrón Mosquito (Boris Sagal, 1969), Submarino X-1 (William A. Graham, 1968), La incursión de mil aviones (Boris Sagal, 1969), Hell Boats (Paul Wendkos, 1970) o The last escape (Walter Grauman, 1970). Para la dirección, Mirisch eligió a Walter Grauman, director de amplia trayectoria televisiva tanto en series como en Tv Movies y que dirigió episodios para series como; Man Without a gun (1957/1959), Perry Mason (1957/1966), Los intocables (1959/1963), La ciudad desnuda (1958/1963), La dimensión desconocida (1959/1964), Colombo (1971/2003), Las calles de San Francisco (1972/1977) o Se ha escrito un crimen (1984/1996) y que gracias a su experiencia como piloto de bombarderos B-25 durante la Segunda Guerra Mundial consiguió dotar de gran realismo y épica a las escenas de aviación.
Del guion (o más bien de los primeros borradores) se hizo cargo James Clavell, que venía de escribir La gran evasión (John Sturges, 1963), pero cuando Cliff Robertson (a la postre, estrella de la película) leyó el borrador no quedo convencido y al expresarle sus reparos a Mirisch este contrato los servicios del guionista Howard Koch, que había escrito El sargento York (Howard Hawks, 1941) o Casablanca (Michael Curtiz, 1942) para reescribir la película y de paso aplacar las dudas de Robertson.
De la música se encargo Ron Goodwin (El pueblo de los malditos, 1960), (Conspiración para matar, 1962), (Operación Crossbow, 1965), (La trampa, 1966), (El desafío de las águilas, 1968), (Fuerza 10 de Navarone, 1978) y fue tal el éxito de la banda sonora que su melodía se utilizo en campañas publicitarias de televisión, para un anuncio de una compañía de seguros y se adapto para el juego de ordenador 1942. Para secundar a Robertson se contrataron los servicios de George Chakiris actor reconocido por films como; ¡Viva Las Vegas! (Roy Rowland, 1956), West Side Story (Robert Wise, 1961) o Patrulla de rescate (Michael Anderson, 1964) para interpretar a Erik Bergman, uno de los miembros de la resistencia Noruega, a la bellísima actriz austriaca Maria Perschy, que había participado en Su juego favorito (Howard Hawks, 1964) o Cargamento blanco (Helmuth Ashley, 1964) para interpretar a Hilde, hermana de Erik e interés romántico del personaje de Cliff Robertson. Y para interpretar al vicealmirante y jefe de la misión se contrataron los servicios de Harry Andrews, actor consagrado en películas como; Helena de Troya (Robert Wise, 1956), Moby Dick (John Huston, 1956), El discípulo del diablo (Guy Hamilton, 1959) o 55 días en Pekín (Nicholas Ray, 1963).
El rodaje tuvo lugar en las Highlands escocesas cerca de la localidad de Glencoe y la mayoría de las escenas del ataque final fueron filmadas entre Loch Morar y Loch Nevis, Las escenas que transcurren en la base del comando se rodaron entre el aeropuerto de Staverton, el de Gloucestershire y en Churchdown Hill. Así mismo el pub en el que los personajes pasan su tiempo libre entre los entrenamientos para la misión, llamado The Black Swan en la película, realmente era el pub The Three Compasses en Aldenham, Watford y que todavía existe a día de hoy.
Para las escenas de aéreas se utilizaron aviones auténticos de época en lugar de maquetas o efectos especiales. En parte, esto se debió a que Escuadrón 633 fue la primera película sobre combates aéreos filmada en color en formato panorámico de Panavisión, una elección que dificulto el uso de imágenes de archivo (una medida muy común y rentable en películas anteriores). Sin embargo algunas secuencias aéreas (el ataque final) se crearon mediante maquetas.
La película presenta ocho aviones De Havilland Mosquitos, cinco en condiciones de aeronavegabilidad y otros que podían ser grabados en las pistas o como atrezo. Los Mosquitos utilizados en la película fueron; Un RS709 (ahora en exhibición en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Wright-Patterson AFB en Dayton, Ohio), un RS712 - volado (propiedad de Kermit Weeks, en exhibición en el EAA AirVenture Museum, Oshkosh, Wisconsin), un RS715 (solo se utilizo la sección de cabina), un RS718, un TA639 (actualmente en exhibición en el Museo RAF de Cosford, Shropshire), un TA719 (ahora en exhibición en el Imperial War Museum Duxford), un TJ118 (solo la sección de cabina), un TV959 (ahora en el Flying Heritage & Combat Armor Museum, Everett, Washington) y un TW117 (actualmente en exhibición en el Museo Noruego de Aviación, Bodø, Noruega). No había aviones alemanes del tipo correcto disponibles; en consecuencia, los aviones Nord Pingouin (variantes francesas construidas con licencia del Messerschmitt Bf 108 Taifun) se utilizaron para representar el Messerschmitt Bf 109. Aunque la película hizo un amplio uso de aviones reales, se necesitaban efectos especiales para crear las escenas de ataque finales. El técnico de efectos especiales ganador del Oscar Tom Howard usó miniaturas, proyección frontal y posterior y pinturas mate para hacer que las secuencias funcionasen.
La película se estreno a nivel mundial el 4 de junio de 1964 en el Leicester Square Theatre en el West End de Londres y pese a que los críticos pusieron a caer de un burro la actuación de George Chakiris y de la trillada trama, las escenas aéreas se consideraron espectaculares, así como también se valoro con entusiasmo el buen hacer de Ron Goodwin con la música. Tras su estreno en televisión para la BBC1, la película caló hondo en la cultura popular británica y empezó a considerarse un clásico que acabo por convertirse en una película casi obligada de ver durante las navidades.
Al final de la película, no está claro si Grant sobrevive a la misión o no. Sin embargo, en el libro sobrevive, aunque es tomado como prisionero de guerra.
Y para finalizar, dos datos; Escuadrón 633 aparece en la lista de “Las 100 mejores películas de guerra” votada por el público del Reino Unido y George Lucas declaró que la escena del escuadrón volando a través del fiordo mientras esquiva el fuego enemigo inspiro la secuencia de la “trinchera” en Star Wars: A new hope. 6/10

martes, 10 de diciembre de 2019

Veredicto Final (Sidney Lumet, 1982)


Interesante drama jurídico de 1982 dirigido sobriamente por Sidney Lumet, director de infinidad de grandes películas como 12 Hombres sin piedad (1957), Piel de serpiente (1960), Punto límite (1964), Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Network (1976) y que justo antes de esta Veredicto final venia de marcarse dos peliculones que me encantan como El príncipe de la ciudad (1981), con uno de mis actores infravalorados favoritos, el grandísimo Treat Williams y La trampa de la muerte (1982).
La película que nos atañe está basada en la novela homónima de Barry Reed (el cual cedió sus derechos para adaptarla al cine por la módica suma de 150.000 dólares), tiene un guion del dramaturgo y escritor David Mamet, su segundo guion para cine tras el de El cartero siempre llama dos veces (Bob Rafelson, 1981) y que curiosamente pese a llamarse El Veredicto (el borrador final) carecía de veredicto y fue Sidney Lumet quien convenció a Mamet para que agregase un veredicto y la película pusiese tener un desenlace en el tercer acto. Está producida por David Brown y Richard D. Zanuck, productores ambos de entre otras Licencia para matar (Clint Eastwood, 1975), Tiburón (Steven Spielberg, 1975) o Cocoon (Ron Howard, 1985) y fue distribuida por la 20th Century Fox. Cuenta con una banda sonora compuesta por Johnny Mandel, creador de entre otras A quemarropa (John Boorman, 1967), M.A.S.H (Robert Altman, 1970) o La trampa de la muerte (1982) del propio Lumet.
La película se rodo entre Toronto, Boston y Nueva York. Conto con un presupuesto de 16 millones de dólares y recaudo a nivel mundial unos 54 aproximadamente, convirtiéndose en una película rentable, pero ajustadilla. Aun y con esas obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar (yéndose de vacío, eso sí) de ese año; Mejor película (se lo llevo Ghandi) mejor dirección para Sidney Lumet (gano Richard Attenborough por Ghandi), mejor actor a Paul Newman (fue para Ben Kingsley por, si, Ghandi), mejor actor de reparto a James Mason (adjudicado a Louis Gossett Jr. Por Oficial y Caballero) y mejor guion adaptado a David Mamet (se lo llevo Costa-Gavras por Desaparecido) siendo la única película de ese año nominada a “Mejor película” que no se lleva nada.
La trama nos presenta a Frank Galvin (Paul Newman), un abogado de cierta edad venido a menos, que pasa el tiempo bebiendo y haciendo pequeños trabajos en los que la ética y la moral no tienen cabida. Un antiguo socio, Mickey Morrissey (Jack Warden) le recuerda el caso de un error médico cometido en un hospital, que todavía no ha concluido. Galvin, a duras penas, realiza un gran esfuerzo para trabajar de nuevo de forma profesional y poco a poco se va interesando mas por el caso y por hacer justicia. A medida que prepara el caso recibe ofertas económicas para arreglar el asunto sin ir a juicio. Pero Galvin está dispuesto a jugárselo todo, para conseguir una importante indemnización para los familiares y para rehacerse como abogado. Sin embargo, la parte contraria, dirigida por el abogado Ed Concannon (James Mason), también está decidida a ganar el caso sea como sea y está decidida a conseguirlo utilizando incluso todo tipo de medios sucios para ello hasta el punto de incluso sobornar a una ayudante suyo, Laura Fischer (Charlotte Rampling). También el juez está en contra de Frank y todo finalmente dependerá del veredicto final.
En cuanto a las curiosidades, decir que en un principio estaba previsto que la película la dirigiese Arthur Hiller, que en ese momento era un pilar para la 20th Century Fox ya que venía de trabajar con ellos en Su otro amor (1982) y Autor, autor (1982), pero tras leer el guion escrito por David Mamet se bajo del barco por diferencias creativas (vamos, que le pareció una mierda de guion). Tras la negativa de Hiller se dejo de lado la contratación del director y se centraron en buscar un protagonista, el elegido fue Robert Redford, que venía de tener un gran éxito con Brubaker (Stuart Rosenberg, 1980), pero tras leer el guion de Mamet se sintió incomodo con el personaje principal y con el hecho de tener que interpretar a un alcohólico y contrato a otro escritor para hacer un nuevo borrador, pero finalmente al igual que Hiller abandono en proyecto para centrarse en la preparación de su mítico personaje en El mejor (Barry Levinson, 1984). En fin, que vuelta a la casilla de salida y de nuevo a buscar director y protagonista principal. Los meses pasaron y finalmente la Fox le ofreció la silla de director a Sidney Lumet, este leyó todos los borradores que había disponibles y decidió que la versión de Mamet era la que debía hacerse. Con el director ya ejerciendo era hora de buscar al actor que encarnaría a Frank Galvin, en la terna figuraron actores de renombre como; Roy Scheider, que era el favorito de Arthur Hiller, pero que ya estaba comprometido con la producción de Bajo sospecha (Robert Benton, 1982) y la preproducción de El trueno azul (John Badham, 1983), Dustin Hoffman, Jon Voight, Cary Grant, William Holden (con quien Lumet había trabajado en Network seis años atrás) e incluso Frank Sinatra, pero ninguno de ellos acepto por diversos motivos. Finalmente fue Paul Newman, que venía de rodar Ausencia de malicia (Sydney Pollack, 1981) y Distrito Apache (Daniel Petrie, 1981) en quien recayó un papel que le reporto una candidatura al Oscar y la inclusión en la lista de “100 años… 100 héroes y villanos” del American Film Institute.
Para interpretar a Laura Fischer se le ofreció el papel a Julie Christie, que salía del rodaje de Memorias de una superviviente (David Gladwell, 1981) y que rechazo el papel porque ya se había comprometido para rodar El retorno del soldado (Alan Bridges, 1982) y Les quarantièmes rugissants (Christian de Chalonge, 1982) así que finalmente la productora se decanto por Charlotte Rampling, que acababa de rodar Recuerdos (1980) a las órdenes de Woody Allen y no tenia proyecto a la vista.
Para el papel del infatigable compañero y mentor de Frank, Mickey, se contrato a Jack Warden, actor clásico y de amplísima trayectoria tanto en televisión como en cine que ha participado en películas como 12 Hombres sin piedad (1957) del propio Lumet, Torpedo (Robert Wise, 1958), La taberna del irlandés (John Ford, 1963), Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976) o más recientemente en ese pequeña joyita que es Equipo a la fuerza (Howard Deutch, 2000) y que según IMDB fue su última película hasta su fallecimiento seis años después a la edad de 85 años en Nueva York.
Y para finalizar, el antagonista, villano (o como queráis llamarlo) de la función, el pérfido y desalmado Ed Concannon, interpretado de manera magistral (le valió una nominación al Oscar, como ya hemos dicho anteriormente) por James Mason.
Decir que la película fue clasificada (en junio de 2008) por el American Film Institute como la cuarta mejor película del género “Courtroom Drama” y para rematar la faena un pequeño huevo de pascua; entre los personajes en la sala del tribunal durante el dramático discurso de clausura se encuentra un joven Bruce Willis. Ea. 7/10

domingo, 8 de diciembre de 2019

Seven Men From Now (Budd Boetticher, 1956)


Tras escuchar en el clásico y mitiquisimo programa de radio Cowboys de Medianoche a Eduardo Torres Dulce hablar sobre esta 7 Men From Now como una de las películas de su vida, me picó la curiosidad y decidí darle un vistazo a ver qué tal estaba y he de decir que pese a que no la incluiría en una lista de mis westerns favoritos, me ha parecido una buena muestra del genero, con un protagonista con un carisma a prueba de balas, unas localizaciones naturales la mar de sugestivas, un férreo guion (que nos cuenta la historia de Un antiguo sheriff (Randolph Scott), que atormentado por el asesinato de su mujer a manos de siete atracadores durante un robo a la Wells Fargo, decide vengarse de todos y cada uno de los culpables.) y una historia que te va atrapando poco a poco. Vamos, que si no la habéis visto, recomendada queda.
La película se estreno en 1956 y estaba prevista que fuese un vehículo de lucimiento para John Wayne, de hecho está producida, además de por Andrew V. McLaglen, Robert E. Morrison y la Warner Bros (que también ejerció como distribuidora) por Batjac Productions, que es la productora independiente cofundada por Wayne en 1952 para producir y protagonizar sus propias películas y está dirigida con aplomo por Budd Boetticher, director entre otras muchas de Cimarrón Kid (1952), Horizontes del Oeste (1952), El desertor de El Álamo (1953) o Al este de Sumatra (1953).
Cuenta con un guion escrito por el debutante Burt Kennedy, que mas tarde volvería a trabajar con Boetticher tanto en Los cautivos (1957) como en Cabalgar en solitario (1959), la banda sonora corrió a cargo del Polaco Henry Vars, compositor de innumerables bandas sonoras durante los años 30, 40 y 50 y que cuenta entre sus trabajos con joyitas como Los sobornados (Fritz Lang, 1953) y Caravana al Oeste (Francis D. Lyon, 1959) y para rematar este apartado técnico decir que la fotografía principal de la película tuvo lugar entre Owens River, Lone Pine, Alabama Hills, Olancha Dunes y Calabasas, todas ellas localizaciones de California (EEUU).
John Wayne tenía la intención de interpretar la película, pero cuando la preproducción ya estaba en marcha recibió una llamada de John Ford para pedirle que se subiese al carro de su nueva película Centauros del desierto (1956), Wayne no se lo pensó dos veces y acepto el papel, pero como ya había arrancado la preproducción de Tras la pista de los asesinos no podía detener la película o perdería dinero, así que decidieron buscar un nuevo protagonista, papel que fue ofrecido a Gary Cooper, pero que este rechazo debido a problemas de agenda. En ese momento Wayne estuvo a punto de tirar la toalla pero se entero de que los representantes de Robert Mitchum estaban interesados en comprar la historia como vehículo para su estrella, por lo que decidió pasarle el proyecto a Warner Bros, que es cuando esta entro como productora y distribuidora, pero mira tú por dónde que Mitchum finalmente también se apeo del proyecto porque ya andaba enfrascado con las preproducciones de Bandido (Richard Fleischer, 1956) e Intriga Extranjera (Sheldon Reynolds, 1956). Caídos Cooper y Mitchum se pensó en ofrecerle en papel tanto a Joel McCrea como a Robert Preston, pero finalmente el elegido a petición del propio Wayne fue Randolph Scott, que venía arrastrando proyectos de escaso éxito y que gracias a esta película fue relanzado de nuevo a la fama (según sus propias palabras esta película revivió su muerta carrera) lo que propicio que tanto él como el director de la película Budd Boetticher colaborasen a partir de esta en seis películas más durante los siguientes cuatro años; Decision at Sundown (1957), The Tall T (1957), Buchanan Rides Alone (1958), Westbound (1959), Ride Lonesome (1959) y Comanche Station (1960). Tras estas colaboraciones, Scott trabajo en 1962 bajo las órdenes de Sam Peckinpah en Duelo en alta sierra y se retiro hasta que finalmente el 2 de marzo de 1987 falleció a los 89 años de edad en Beverly Hills, California.
Para interpretar el papel femenino de la película John Wayne le ofreció el papel personalmente a Gail Russell, su coprotagonista en El ángel y el pistolero (James Edward Grant, 1947) y La venganza del bergantín (Edward Ludwig, 1948) y lo hizo a pesar de ser advertido por sus colegas productores de que era demasiado mayor para el papel de veinteañera que interpretaría, además de que Russell llevaba cinco años sin participar en una película y en el momento del inicio del rodaje mantenía una turbia relación con el alcohol que acabaría con su vida el 27 de agosto de 1961 a la temprana edad de 36 años.
Y todo buen western que se precie debe tener un villano a la altura y este no podía ser menos. Para interpretarlo tenemos al mítico y grandioso Lee Marvin, actor que ha salido en tantas películas que voy a obviar su filmografía, así que como colofón final decir que esta película es una autentica rareza, o más bien dicho, fue una rareza ya que durante décadas apenas se pudo ver, tan solo de vez en cuando se mostraba en festivales hasta que finalmente se lanzo en DVD casi 50 años después de su estreno, restaurada y como una edición especial para coleccionistas. De ahí paso a la red y de la red a mi televisor. Fin. 6/10

viernes, 6 de diciembre de 2019

Red Rock West (John Dahl, 1993)



Cuatro años después de su interesantísimo debut cinematográfico con La muerte golpea dos veces (1989), el director John Dahl nos volvía a ofrecer una trama con venganzas, intentos de asesinato, la obligada Femme fatale y giros de guion variados típicos del genero con esta Red Rock West. Sencilla y con un diseño de producción austero, pero muy entretenido vehículo neonoir, que sin llegar a la altura de su siguiente y grandiosa película (¡Ay, Linda Fiorentino, ay!) La última seducción (1994) dejaba muy buen regusto de boca.
La película, producida por Propaganda Films y PolyGram Filmed Pictures contó con un presupuesto de 8 millones de dólares y su recaudación a nivel mundial fue de unos irrisorios y escasos 2,5 millones, a los que si les quitas el porcentaje para los exhibidores te da como resultado una birria que te da para pipas y poco más. Columbia Tri-Star se había hecho con los derechos de distribución para el mercado americano de la película por un montante de 2.5 millones de dólares, dejando la distribución internacional a cargo de Manifesto Films, empresa subsidiaria de PolyGram, pero tras un nefasto test screen tras el que incluso Peter Graves, consultor independiente que trabajaba para el departamento de marketing de PolyGram no sabía cómo cojones vender la película ya que según sus propias palabras; “la película no entraba en ningún target vendible ya que a estas alturas de la película (nunca mejor dicho) nadie quería ver un western neonoir” tanto Propaganda, como PolyGram y Columbia se pusieron a temblar ante la debacle que se les avecinaba. Uno de los productores propuso mandar la película al festival de Sundance, pero los responsables del estudio le dijeron que ni de coña, ya que la película no era festivalera y los críticos la arrastrarían por el suelo. Finalmente Columbia decidió vender los derechos a la televisión por cable, más concretamente a la HBO y estos la emitieron durante el otoño de 1993 la friolera de siete veces para ver si la gente la veía a la fuerza y podían sacar algo de ella, pero nada, que no había manera de que arrancase la cosa.
Pese a ser un fracaso de taquilla en los Estados Unidos, la película se estreno con cierto éxito en Alemania, Francia e Inglaterra durante el verano de 1993. Piers Handling, director del Festival Internacional de Cine de Toronto vio la película en Paris y decidió emitirla en su festival en septiembre de ese año. Bill Banning, propietario del Roxie Cinema de San Francisco se intereso por la película tras verla en Toronto e intento hacerse con los derechos, pero al haberse estrenado ya en HBO y estar preparada su salida en video fue un proceso bastante arduo encontrar al propietario de dichos derechos, así que no fue hasta Enero de 1994 cuando por fin Banning pudo estrenar la película en su cine y tras un pequeño pero considerable éxito de taquilla la película se proyecto en ocho cines mas de San Francisco y de ahí paso a estrenarse en Los Ángeles y Nueva York. La película fue un fracaso de taquilla para el estudio, pero seguramente sin esta maniobra, tanto por parte de Piers Handling y luego de Bill Banning, la película, además de ser un sonoro fracaso, no habría recaudado ni un solo céntimo más allá de su venta a HBO.
La película contó con un guion del propio John Dahl, que ya había ejercido de escritor previamente para Nigel Dick en su película de 1987, Precio a tu cabeza y en su debut cinematográfico, La muerte golpea dos veces y que para esta Red Rock West colaboro en la escritura su hermano Rick, que tras esta aventura en el mundo cinematográfico tan solo volvió a participar como guionista en un capítulo de la serie Terror en estado puro de 2009 y en una película de Serie B llamada The Midnight Game (2013). Para la banda sonora se contrataron los servicios de William Olvis, que mas allá de trabajar en infinidad de Tv Movies solo cabe destacar su participación en La muerte golpea dos veces y su colaboración con la canción Soul of the Land en la banda sonora de la magnífica película dirigida por Andrew Davis e interpretada por Gene Hackman, Tommy Lee Jones y Joanna Cassidy, A la caza del lobo rojo de 1989. Fue rodada íntegramente en Arizona pese a que toda la trama se sitúa en el estado de Wyoming y para los papeles principales se contrato a Dennis Hopper, para el que Dahl pensó el papel del sheriff corrupto Wayne, pero Hopper acepto trabajar en la película con la condición de interpretar al asesino a suelo Lyle, cosa que no gusto a los productores pero que decidieron aceptar. Antes de contratar a Nicolas Cage como protagonista, Dennis Hopper le sugirió a John Dahl a Kris Kristofferson para el papel ya que eran buenos amigos desde los tiempos de The last movie (Robert Altman, 1971) y últimamente andaba arrastrándose en papeles para Tv Movies, pero Kristofferson declino el trabajo sin tan siquiera haber leído el guion ya que según el tenia unos horarios muy apretados. Al final el elegido fue Nicolas Cage, que venía de trabajar en películas como Corazón Salvaje (David Lynch, 1990), en la infravalorada y divertidisima Pájaros de fuego (David Green, 1990) o en la entretenida pero olvidada Atrapen al ladrón ¿Al blanco o al negro? (E. Max Frye, 1993) junto por aquel entonces un desconocido (pero a punto de petarlo) Samuel L. Jackson y que acepto el papel única y exclusivamente por la insistencia de su famoso tío Francis Ford Coppola, declarado admirador de la primera película de Dahl, La muerte golpea dos veces.
Para el papel de Femme Fatale y coprotagonista del film se eligió a la guapísima Lara Flynn Boyle, que venía de participar en películas como Poltergeist III (Gary Sherman, 1988), El Principiante (Clint Eastwood, 1990), El imperio del mal (Michael Karbelnikoff, 1991) o Wayne´s World 2: ¡Que desparrame! (Penelope Spheeris, 1992) y que más tarde me enamoraría perdidamente tanto en Afterglow (Alan Rudolph, 1997) como en Happiness (Todd Solondz, 1998). Y, finalmente pero no menos importante se contrataron los servicios del mítico J.T. Walsh para interpretar al codicioso hijo de puta de Wayne. Walsh, un secundario de autentico lujo (y especialista en este tipo de papeles) y de los que ya no hay había trabajado en infinidad de proyectos previamente entre los que yo destacaría; Good Morning, Vietnam (Barry Levinson, 1987), Conexión Tequila (Robert Towne, 1988), Los timadores (Stephen Frears, 1990), La casa Rusia (Fred Schepisi, 1990), Llamaradas (Ron Howard, 1991), Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992) o En el corazón de la jungla (Luis Llosa, 1993).
En resumen, si te va el cine negro y más concretamente el neonoir americano, las películas con pocos (pero carismáticos) personajes y las historias que suceden en pequeños pueblos alejados de las carreteras estatales, dale una oportunidad porque, sin ser una grandísima película, si que te hará pasar un entretenido rato. 6/10

martes, 3 de diciembre de 2019

Orca: The Killer Whale (Michael Anderson, 1977)


Tras ver Tiburón (Steven Spielberg, 1975), el famoso productor Dino De Laurentiis llamo a su colaborador Luciano Vincenzoni y mientras deglutía un ampuloso plato de espaguetis con albóndigas le espeto; “búscame un animal más duro y temible que el tiburón blanco” y así fue como arranco la preproducción de esta entretenida película producida por el propio De Laurentiis con su productora junto a Famous Films y dirigida por Michael Anderson, director clásico con un sinfín de títulos en su haber entre los que destacan (por poner algún ejemplo) La vuelta al mundo en 80 días (1956), Las sandalias del pescador (1968) o La fuga de Logan (1976) y que con esta Orca se sumo al carro de películas que surgieron a rebufo del éxito en taquilla de Tiburón, películas como; Piraña (1978), Tentáculos (1977), Voracidad (1979), Barracuda (1978), Tintorera (1977), Playa sangrienta (1980), Piraña II: Los vampiros del mar (1981), Humanoides del abismo (1980), La isla de los hombres peces (1979), El devorador del océano (1984), Mako, el tiburón de la muerte (1976) o las secuelas del film de Spielberg, Tiburón 2 (1978), Tiburón 3 (1983) o Tiburón, la venganza (1987).
La trama nos presenta al capitán Nolan (Richard Harris), un pescador ajado por el paso del tiempo y algo cascarrabias que ha vivido toda su existencia obsesionado con la idea de cazar un peligroso ejemplar de orca para venderla al mejor postor y agenciarse un buen botín con el que vivir de las rentas. En una de sus expediciones se encuentra con un grupo de esas gigantescas criaturas y decide cazarlas con la ayuda de su tripulación. Consigue capturar a una hembra embarazada que lucha desesperadamente por liberarse, pero, al acercarse demasiado a la hélice del barco, queda mortalmente herida y pierde al ballenato que esperaba. Aunque el macho se ve obligado a observar impotente la tragedia, desde ese momento la venganza será el único objetivo de su vida. Para lidiar con tamaño percal Nolan contara con la ayuda de Rachel Bedford (Charlotte Rampling), una bióloga, dedicada al estudio de los cetáceos y amante de la vida submarina y que tras fracasar en su intento por que Nolan y su tripulación dejen en paz a la orca decidirá ayudarle en su empeño de acabar con ella viendo los destrozos que el macho orca está perpetrando en el pueblo de Southport. Hay que decir que Nolan no sale en su busca por voluntad propia, ya que si por el fuese no volvería a adentrarse en el mar mientras dicha orca rondase cerca, pero viendo los continuos ataques de la orca al pueblo y a los barcos pesqueros de la zona, los lugareños obligan a Nolan a que salga en su busca ya que temen que se les joda todo el chiringuito de la pesca mientras la orca siga viva y jodiendo al personal.
Del guion se encargó el propio Luciano Vincenzoni, que se había pasado meses junto a su hermano por las costas de Nueva Inglaterra y Terra Nova buscando animales salvajes con los que nutrir el ansia fílmica (y monetaria) de De Laurentiis. Vincenzoni, que ya había trabajado en labores de guionista en películas como La muerte tenía un precio (Sergio Leone, 1965) o El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966) y que más adelante trabajo en Ejecutor (John Irvin, 1986) y Malena (Giuseppe Tornatore, 2000) unió fuerzas junto al también guionista Sergio Donati que venía de trabajar en películas como ¡Agáchate, maldito! (Sergio Leone, 1971), Hasta que llego su hora (Sergio Leone, 1968) y que más tarde volvería a unir fuerzas con Vincenzoni en Ejecutor.
En los papeles protagonistas encontramos a Richard Harris, que venía de hacer La venganza de un hombre llamado Caballo (Irvin Kershner, 1976), El puente de Casandra (George P. Cosmatos, 1976) y Gulliver (Peter R. Hunt, 1977) y que según se cuenta, en esta Orca hizo el mismo todas sus escenas de riesgo estando a punto de irse al mas allá en un par de ocasiones y que rechazo trabajar con Ingmar Bergman en El huevo de la serpiente (1977) para protagonizar esta película (decisión de la cual según el mismo aun se arrepiente). También tenemos a Bo Derek en un pequeño papel haciendo su debut cinematográfico pese a que previamente había rodado a manos de su pajillero marido la película Fantasies, pero que no se estreno hasta 1981.
Como partenaire femenina de Harris tenemos a la atractiva Charlotte Rampling, que venía de armarla unos años atrás en El portero de noche (Liliana Cavani, 1974) y de enamorarme con su sensual y pérfida Velma de Adiós, muñeca (Dirk Richards, 1975) y como secundarios tenemos a un Robert Carradine recién salido de Cannonball (Paul Bartel, 1976) a Will Sampson que venía de petarlo con El fuera de la ley (Clint Eastwood, 1976) y a Peter Hooten que era un habitual de la televisión y tras Orca solo cabe destacar su participación en Aquel maldito tren blindado (Enzo G. Castellari, 1978).
La película se rodo entre Malta (donde se construyo el set polar a modo de ártico), la península de Labrador en Canadá y el Marine World de Redwood City en California. Las Orcas reales (y entrenadas) que salen en la película fueron filmadas en el Marineland of the Pacific y el Marine World Africa, también se utilizaron replicas de las Orcas de goma y de animatrónica, se dice que estas eran tan reales a la vista que un grupo de activistas pro derechos de los animales atacaron los camiones de producción donde las llevaban pensando que estas eran reales.
Para la banda sonora se contrataron los servicios del mitico Ennio Morricone, que nos brindo una partitura realmente emotiva y exquisita con un leit motiv de esos que se te quedan marcados en el cerebro durante días.
Para terminar decir que la película tuvo un presupuesto de 6 millones de dólares y entre EEUU y Canada recaudo alrededor de 14.
A ver, ni estamos ante Tiburón, ni ante una obra maestra, pero a mi humilde parecer es una película bastante apreciable, con una interesante trama, unos personajes carismáticos y bien desarrollados, una logradísima ambientación y sobre todo con un punto distinto a lo visto en este tipo de películas, aquí la orca del título no es la amenaza o antagonista de los personajes principales, más bien es la autentica protagonista que cual Charles Bronson marino va en busca de quienes acabaron con la vida de su pareja e hijo, toda una película de venganzas con una aproximación nada convencional en el género que hará las delicias de todos lo que como yo améis las tramas marinas con rudos pescadores, pueblecitos costeros y barcos a la deriva. 6/10

miércoles, 30 de octubre de 2019

The Dead Don´t Die (Jim Jarmusch, 2019)


Jim Jarmusch sigue con sus películas al margen de modas y tres años después de Paterson se sumerge en el universo zombi (por lo visto fue Tilda Swinton quien durante el rodaje de Sólo los amantes sobreviven (2013) quien le dio la idea sobre hacer una película de zombis) para perpetrar una divertimento sin pretensiones junto a su camarilla de sospechosos habituales y que pese a que me temía lo peor me ha parecido una película prescindiblemente encantadora y lacónica, sobretodo en su primer tercio, tras la aparición de los zombis se me viene todo un poco abajo y empiezo a ver clichés mil veces vistos en el genero.
Su trama es simple como un botijo o como el Simple Jack de Ben Stiller en Tropic Thunder (2008); Debido al cambio en el eje de la Tierra y nosequé chorradas mas los muertos vuelven a la vida y en la pequeña localidad de Centerville en los Estados Unidos un variopinto grupo de personajes tendrá que hacerles frente.
La película (que abrió el festival de Cannes de este año) está producida por Animal Kingdom (productora de su anterior Paterson e It Follows -David Robert Mitchell, 2014- entre otras) junto a la productora sueca Film i Väst, considerada como el mayor centro de producción de cine y series de Escandinavia y que entre otras películas ha producido Atómica (David Leitch, 2017), La casa de Jack (Lars Von Trier, 2018), La caza (Thomas Vinterberg, 2012) o Thelma (Joachim Trier, 2017) y distribuida por Focus Features en EEUU y Universal Pictures en el resto del mundo. Fue rodada casi enteramente en la localidad de Fleischmanns (Nueva York) y a fecha de hoy lleva recaudados 14 millones de dólares a nivel mundial (No he podido encontrar cifras sobre su presupuesto) siendo la primera de sus películas tras más de 35 años de carrera en tener un estreno como Dios manda en más de 600 salas a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Está protagonizada por Bill Murray (en su tercera colaboración con el director tras Coffe and Cigarrettes y Flores rotas), Adam Driver, Chloë Sevigny, Steve Buscemi, Danny Glover, Tom Waits, Tilda Swinton, Carol Kane (en un papel originalmente escrito para Bruce Campbell pero que este rechazo por estar hasta los cojones de tanta sesión de maquillaje y prótesis a lo largo de su carrera), Caleb Landry Jones, Rosie Pérez, Iggy Pop (Según Jarmusch, Iggy Pop le pregunto sobre el trasfondo de su personaje y este le dijo que interpretaba a un motorista que moría en un accidente de tráfico en 1973 tras un concierto de Blue Öyster Cult, lo cual tiene su aquel ya que en ese año Pop giro junto a los Blue Öyster y Kiss) y Selena Gómez (su personaje conduce un Pontiac LeMans, el mismo modelo que utilizaban los personajes de Judith O´Dea y Russell Streiner en Night of the living dead (1968) de George A. Romero) y para rematar el apartado actoral decir como curiosidad que Daniel Craig iba a tener un papel en la película, pero debido a problemas de agenda su calendario de rodaje interfería con el de Adam Driver, así que Jarmusch prescindió de su personaje antes del rodaje. En resumidas cuentas, una película no recomendada para todo el mundo (no creo que guste a los talifans del genero de zombis) intrascendente, ligera y que no aporta nada al género de la comedia ni al de zombis, pero que tiene unos primeros 40 minutos absolutamente brillantes (por lo menos para mí) gracias principalmente a las interpretaciones de Bill Murray y Adam Driver, a la atmosfera logradísima de ese pequeño pueblo de la América profunda y a una estupenda fotografía. Ojala en vez de una película de zombis hubiese sido una película costumbrista sobre la vida de los habitantes de Centerville y sus pequeños quehaceres diarios. Por cierto, genial el tema principal de la película “The dead don´t die”, interpretado por Sturgill Simpson. 5/10

domingo, 27 de octubre de 2019

American Beauty (Sam Mendes, 1999)


Me acabo de comer con patatas la entretenida pero jodidamente sobrevalorada American Beauty, debut cinematográfico del ahora renombrado y afamado Sam Mendes, director de entre otras Camino a la perdición (2002), Revolutionary Road (2008) y el díptico de 007 interpretado por Daniel Craig, Skyfall (2012) y Spectre (2015), pero que por esos días tan solo se dedicaba a rodar telefilmes, musicales y alguna que otra obra de teatro hasta que se le abrieron las puertas del paraíso con la oferta para dirigir esta película tras las negativas de Terry Gilliam, director de Brazil (1985), Doce monos (1995) o El rey pescador (1991), Mike Nichols, que había dirigido películas como El graduado (1967), Armas de mujer (1988) o A propósito de Henry (1991) y David Lynch, que por aquel entonces contaba en su haber con películas como El hombre elefante (1980), Terciopelo azul (1986), de la que bebe mucho esta American Beauty y Carretera perdida (1997) entre otras.
El germen de la película es cosa del guionista Alan Ball, por aquel entonces un desconocido pero que a raíz de este guion y la creación de la maravillosa serie A dos metros bajo tierra (2001) y de la no tan maravillosa True Blood (2008) paso a ser mundialmente conocido a la vez que su cuenta corriente crecía exponencialmente.
En fin, que Ball escribió el guion –tras inspirarse viendo una bolsa de plástico flotando por el aire mientras estaba sentado en un banco en la plaza del World Trade Center- con la intención de convertirlo en una obra teatral, en parte inspirada en el circo mediático que se inicio en torno al juicio de Amy Fisher (apodada como La Lolita de Long Island, es una mujer estadounidense que alcanzó la fama en 1992, cuando, a los 17 años, disparó e hirió de gravedad a Mary Jo Buttafuoco, mujer de su amante Joey Buttafuoco. Inicialmente, fue acusada de intento de asesinato en primer grado, pero se declaró culpable de asalto con agravado en primer grado, cumpliendo siete años de prisión. Tras obtener la libertad condicional en 1999, Fisher se convirtió en periodista y escritora, llegando a tener una carrera como actriz pornográfica entre 2007 y 2012), pero tras darle vueltas al asunto y darse cuenta de que no funcionaria sobre las tablas, decidió adaptar el guion para cine dándole un tono mas cínico influenciado por su experiencia como escritor de sitcoms. Tras enseñarle el borrador a los productores Dan Jenkins y Bruce Cohen todo lo escrito se fue a la mierda y volviendo al punto de partida (aquella bolsa flotante) empezó de cero y creo el guion definitivo de American Beauty tal y como lo conocemos y vimos en la pantalla grande, a saber; Lester Burnham (Kevin Spacey), un cuarentón en crisis, cansado de su trabajo y de su mujer Carolyn (Annette Bening), despierta de su letargo cuando conoce a la atractiva amiga (Mena Suvari) de su hija (Thora Birch), a la que intentará impresionar a toda costa. Además, la trama relata la vida de esta disfuncional familia y su relación con sus vecinos, la familia Fitts, compuesta por un ex-marine (Chris Copper), su hijo (Wes Bentley) y camello en su tiempo libre y su depresiva esposa (Allison Janney) amen de abarcar temas como la importancia dada por las sociedades occidentales modernas a la apariencia y el éxito económico, y como estos menoscaban las relaciones interpersonales, deformándolas y generando en ocasiones una necesidad de escapar, así como la satisfacción personal, el amor paternal, la belleza, el materialismo, la auto liberación y la redención, todo eso si, a modo de sátira.
Bueno, nos habíamos quedado en Dan Jenkins y Bruce Cohen, estos productores lograron que el estudio DreamWorks (propiedad de Steven Spielberg y que tras leer el guion dijo; “vamos a hacer esta película y no le vamos a cambiar ni una coma al guion”) comprase el guion por 250.000 dólares, cifra que supero la oferta de otras productoras también interesadas en el. DreamWorks financio la producción fijando un presupuesto de 15 millones de dólares, un montante barato ya que la recaudación llego a los 130 millones en los Estados Unidos y a un total de 356 millones a nivel mundial.
Para interpretar a Lester Burnham, Sam Mendes tuvo en mente desde un principio a Kevin Spacey, que llevaba cuatro años petándolo gracias a películas como Sospechosos Habituales (Bryan Singer, 1995), Seven (David Fincher, 1995), L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) o Negociador (F. Gary Gray, 1998), pero los ejecutivos de DreamWorks querían contar con un actor más conocido y antes que a Spacey le ofrecieron el papel tanto a Tom Hanks como a Kevin Costner, Jeff Daniels, Bruce Willis, John Travolta e incluso se pensó seriamente en Chevy Chase, que declino la oferta por “su política de hacer solo películas familiares”, del mismo modo, el estudio sugirió varias actrices para encarnar a Carolyn, entre ellas Holly Hunter y Helen Hunt, pero finalmente Mendes se impuso y le ofreció el papel a Annette Bening. Así mismo el papel que finalmente cayó en manos de Thora Birch, iba a ser en un principio para Jessica Biel, pero debido a problemas de agenda con el rodaje de su serie Siete en el paraíso (1996) tuvo que declinar la oferta. Para interpretar a la “obsesión” de Lester Burnham, Angela, antes de ofrecerle el papel a Mena Suvari se le ofreció a Kirsten Dunst (que lo rechazo según las malas lenguas por no querer besar a Kevin Spacey), también Sarah Michelle Gellar rechazo el papel por compromisos con la serie Buffy la cazavampiros (1997), al igual que Katie Holmes y Brittany Murphy que también rechazaron el papel por diversos motivos. Las que no rechazaron el papel pero no fueron seleccionadas tras el casting fueron Kate Hudson, Majandra Delfino y Tiffani Thiessen (Si, la Kelly Kapowski de la mítica Salvados por la campana) y para rematar el elenco actoral se contrato a Chris Cooper para interpretar al vecino, ex-marine y homosexual reprimido y a Wes Bentley, en un papel para el que se presentaron Jake Gyllenhaal y Seth Green para interpretar a Ricky Fitts, vecino, camello y love interest de Thora Birch, que tras hacerse con el papel tuvo que ver cómo tanto sus padres como un representante del sindicato la seguían a sol y sombra por el plato ya que por aquel entonces tan solo tenía 17 años y dependía del beneplácito de sus progenitores para rodar determinadas escenas (como la de su topless, por ejemplo). Con el elenco ya elegido la fotografía principal de la película se llevo a cabo entre diciembre de 1998 y febrero de 1999 entre Sacramento (tomas aéreas) y Los Angeles (Hamburguesería, salón de tiro y casa de los Burnham), Torrance (instituto de Jane, Angela y Ricky) y los estudios de la Warner Brothers en Burbank (California). Una labor, la de director de fotografía que recayó en Conrad L. Hall (tras la negativa de Frederick Elmes por no gustarle el guion) que venía recomendado por el mismísimo Tom Cruise que venía de trabajar como productor con él en la película Sin Limites (Robert Towne, 1998).
La película fue incluida en la lista de “Las 1001 películas que tienes que ver antes de morir” del crítico Steven Schneider y estuvo nominada a siete Oscar de la academia, ganando cinco de ellos; Mejor actor para Kevin Spacey, que se impuso a Russell Crowe (El dilema), Richard Farnsworth (Una historia verdadera), Sean Penn (Acordes y desacuerdos) y Denzel Washington (Huracán Carter). Mejor película (primer Oscar en dicha categoría para DreamWorks) tras imponerse a Las reglas de la casa de la sidra, La milla verde, El dilema y El sexto sentido. Mejor director para Sam Mendes que se enfrentaba a Spike Jonze (Como ser John Malkovich), Lasse Hallström (Las normas de la casa de la sidra), Michael Mann (El dilema) y M. Night Shyamalan (El sexto sentido). Mejor guion original para Alan Ball frente a Charlie Kaufman (Como ser John Malkovich), Paul Thomas Anderson (Magnolia), M. Night Shyamalan (El sexto sentido) y Mike Leigh (Topsy-Turvy) y Oscar a mejor fotografía para Conrad L. Hall tras imponerse a Robert Richardson (Mientras nieva sobre los cedros), Emmanuel Lubezki (Sleepy Hollow), Roger Pratt (The end of the affair) y Dante Spinotti (El dilema). Annette Bening perdió su Oscar a manos de Hilary Swank por Boys don´t cry, Thomas Newman hizo lo propio y perdió en el apartado de mejor banda sonora frente a John Corigliano por El violín rojo y Tariq Anwar y Christopher Greenbury perdieron el suyo a mejor montaje frente a Zach Staenberg por Matrix. Y, para finalizar, una curiosidad, el cuerpo que sale en el poster de la película no es el de Mena Suvari, sino una mezcla entre la modelo Chloe Hunter (que presta su estomago) y el de la por aquel entonces desconocida Christina Hendricks de la que usaron su mano.
En fin, que la película se deja ver, pero con el paso del tiempo se le notan más las costuras y para mi esta tremendamente sobrevalorada. Rasca mucho y en diversos ámbitos, pero se queda en la superficie. 5/10

lunes, 2 de septiembre de 2019

Sesión Doble


X-Men 2 (Bryan Singer, 2003)
Tres años después del estreno de la primera X-Men y tras amasar casi 300 millones de dólares a nivel mundial los mandamases de Marvel, Donner´s Production, 20th Century Fox y demás le dieron a Bryan Singer un cheque en blanco (110 millones de dólares de presupuesto, 37 más que la primera entrega y una recaudación mundial de 408) para que volviese en esta secuela ya que olían dinero como un buitre huele la carroña.
Con Singer volvía también todo el equipo técnico a excepción de Michael Kamen que se bajo del barco para dejar la banda sonora a cargo de John Ottman al cual Singer conocía ya que fue el artífice de su película de 1998 Verano de corrupción. En cuanto al plantel actoral repetían Hugh Jackman, que rechazo al termino del rodaje interpretar a Frank Castle en Th Punisher (Jonathan Hensleigh, 2004) porque prefirió participar en Van Helsing (Stephen Sommers, 2004), Patrick Stewart como el profesor Charles Xavier (Tuvieron que alquilar su famosa silla de ruedas ya que al finalizar la primera entrega había sido comprada por un abogado que trabajaba en el mismo bufete que el de Patrick Stewart), Halle Berry en el papel de Tormenta, la cual tiene más desarrollo debido a que Berry venía de ganar un Oscar por su papel en Monster´s Ball (Marc Forster, 2001) y supongo que exigió más enjundia para su Ororo Monroe, Ian McKellen como el carismático y robaescenas Magneto, Famke Janssen como Jean Grey, James Marsden volvía a enfundarse las gafas de Ciclope y de nuevo arrastraba junto a los guionistas al personaje por un lodazal, Anna Paquin se volvía a hacer las mechas para interpretar a Picara (otro personaje sin carisma ni nada que aportar), Rebecca Romjin regresaba como Mística y como en la primera película era de lo mejorcito de esta junto a los momentos entre Xavier/Stewart y Magneto/McKellen y también andaban por ahí mareando Pyro y El hombre de hielo, pero como en la primera parte, además de dar lastima no hacían otra cosa y como nuevas adquisiciones para esta secuela se unían Brian Cox como Stryker, malvado oficial de la película y un par de mutantes, uno por bando para mostrar alguna novedad, en el bando de Xavier tenemos a Alan Cumming como Rondador Nocturno (papel para el que sonó el cutre de Ethan Embry), que mas allá de la escena inicial tampoco hace nada, de hecho Cumming declino aparecer en la tercera entrega porque no le salía rentable tirarse horas en la sala de maquillaje para luego aparecer esporádicamente en la película, así que los productores decidieron que a Rondador no le molaba la violencia a la que estaban acostumbrados los X-Men y lo sacaron del grupo para no aparecer en la tercera parte y en el bando de Stryker tenemos a la atractiva Kelly Hu como Yuriko Oyama/Lady Deathstrike, puesta ahí para que Lobezno tenga a alguien con quien batirse en duelo y no acabe con el gordo grasiento de Stryker a las primeras de cambio. También estaba previsto el regreso de Tyler Mane (Dientes de sable) y Ray Park (Sapo), pero al final se desestimo la idea ya que ya habían demasiados mutantes en el guion Y así, todos juntos se fueron de nuevo a Canadá para ahorrar dinero y rodaron esta secuela que fue inscrita en el libro Guinness de los records como el estreno “más salvaje de la historia” ya que el 2 de mayo de 2003 se estreno simultáneamente en 3741 cines y que según el propio Singer es el “Imperio contraataca” de la saga mutante (sic.). A mí personalmente me ha parecido más de lo mismo, la primera era bastante sosilla y esta le va a la par, me siguen chirriando las escenas de acción (pese a que tiene buenos efectos especiales) y cuando se trata de profundizar en la psique de los personajes pues como que me da igual y ciertos diálogos me parecen un poco de vergüenza ajena. La trama ni fú ni fá, si en la primera Magneto quería convertir a ciertos jefazos de las Naciones Unidas en mutantes, aquí Stryker quiere utilizar a Cerebro para localizar a los portadores del gen X y acabar con ellos. Así que no me da la sensación de estar viendo una secuela en sí, sino más bien una segunda entrega que no estaba prevista y que más allá de los personajes no tiene ninguna relación con la primera. Vamos, que da igual el orden en que las veas que tampoco pasa nada. Entretenida sin más. 5/10
X-Men 3: The Last Stand (Brett Ratner, 2006)
Tres años después del estreno de X-Men 2 llegaba a las pantallas la tercera parte titulada “La decisión final”, esta vez sin Bryan Singer a los mandos que declino la oferta para rematar la trilogía según el “Porque no tenía plenamente X-Men 3 en mi mente”, además de por el pastizal que le puso en la mesa la Warner Bros para que perpetrase aquel bodrio llamado Superman Returns, claro.
Antes de su marcha del proyecto, Singer había escrito un tratamiento parcial de la historia con los guionistas de X-Men 2 Dan Harris y Michael Dougherty (que se piro también a Superman Returns) que estaba centrado en la resurrección de Jean Grey y que también introduciría en la franquicia a Emma Frost (que sería interpretada por Sigourney Weaver). Según dicho tratamiento, Frost sería una empática que manipularía las emociones de Jean Grey y esta, abrumada por sus poderes se suicidaría, pero su espíritu sobreviviría y se convertiría en una criatura semejante a Dios, criatura a la que Dougherty compara con “El niño de las estrellas” de 2001: Una odisea del Espacio (Stanley Kubrick, 1968).
El rodaje de la película (rodada íntegramente de nuevo en Canadá) comenzó en agosto de 2005, con un presupuesto de 210 millones de dólares (de los cuales 35 se fueron para recrear la escena del Golden Gate de San Francisco), convirtiéndose en la película más cara de la franquicia y la película más cara estrenada hasta la fecha, llegando a recaudar a nivel mundial aproximadamente 459 millones de dólares convirtiéndose en la séptima película más taquillera del 2006 y el mayor éxito financiero de la serie hasta que fue superada en 2014 con el estreno de X-Men: Días del futuro pasado (Bryan Singer, 2014).
Debido a que los contratos del elenco actoral solo eran para dos películas, se realizaron contratos nuevos, así por ejemplo Hugh Jackman se incluyo una clausula para tener poder de elección sobre quién sería el director de esta nueva película e intento que reclutasen para la labor a Darren Aronofsky con quien venía de trabajar en La fuente de la vida (2006), pero este declino la oferta, así como también la declinaron Joss Whedon, que quería centrarse en el proyecto de Wonder Woman, Rob Bowman, Alex Proyas, que rechazo el proyecto por sus disputas con el presidente de 20th Century Fox, Thomas Rothman durante la producción de I, Robot (2004) y Zack Snyder, que también rechazo debido a su compromiso con Warner Bros para rodar 300 (2006). Y así pasaron los días y los meses y llego febrero de 2005 y aun no había director contratado. Fox anuncio el 5 de mayo de 2006 como fecha de estreno y la filmación comenzaría en julio de 2005. Un mes más tarde, el estudio firmo con Matthew Vaugh para dirigir la película y este selecciono personalmente a Kelsey Grammer como Bestia, Dania Ramírez como Callisto y Vinnie Jones como Juggernaut, pero debido a problemas familiares y aduciendo que “no tenía tiempo para hacer la película que quería hacer” debido a los estrictos plazos impuestos por Fox tuvo que retirarse del proyecto, aunque cinco años después regresaría como director en X-Men: Primera generación (2011).
En esas apareció Brett Ratner, que ya fue uno de los directores considerados para dirigir la primera X-Men en 1996 y sustituyo a Vaugh según el estudio porque “era un director que trabajaba muy bien con plazos cortos, era rápido y daba buenos resultados en taquilla” como había demostrado en Hora Punta (1998).
Con Ratner en su silla de director, era hora de seleccionar al equipo técnico restante ya que John Ottman, que había compuesto la banda sonora en X-Men 2 se fue con Singer a rodar Superman Returns, al igual que el anteriormente nombrado Michael Dougherty. Los seleccionados fueron John Powell, que venía de crear la banda sonora de películas como Sr. y Sra. Smith (Doug Liman, 2005) y United 93 (Paul Greengrass, 2006) y para el trabajo de escritura se contrato a Zack Penn y Simon Kinberg, también salido de Sr. Y Sra. Smith y de XXX: Estado de la unión (Lee Tamahori, 2005).
En cuanto al elenco repiten el anteriormente mencionado Hugh Jackman como Lobezno, Patrick Stewart, que tras una temporada como actor de doblaje volvía a interpretar al profesor Xavier, Halle Berry, que en un principio no quería volver a la franquicia por problemas con Bryan Singer y al escaso desarrollo de su personaje, pero que tras la salida del director y el descalabro de Catwoman (Pitof, 2004) acepto regresar con la condición de que su personaje tuviese más peso convirtiéndose Tormenta en esta película en la líder de los X-Men en detrimento de Ciclope (James Marsden) ya que el papel de este último fue reducido debido a problemas de agenda ya que andaba enfrascado junto a Singer en el rodaje de Superman Returns. La presencia de Rebecca Romjin, al igual que la de Marsden también se vio afectada por problemas de agenda y su personaje también sufrió recortes. Anna Paquin como Picara y que al igual que en las anteriores no hace prácticamente nada, Kelsey Grammer llegaba a la franquicia para interpretar a Bestia, Shawn Ashmore (Hombre de hielo), Daniel Cudmore (Coloso) y Aaron Stanford (Pyro) vuelven a tener papeles residuales, Ian McKellen regresa con su carismático Magneto al igual que también regresa Famke Janssen como Jean Grey/Fenix. Como nuevas incorporaciones mutantes de relleno tenemos a Vinnie Jones como Juggernaut, Dania Ramírez como Callisto, Ben Foster como Angel, en un papel que inicialmente era para Mike Vogel , pero al que tuvo que renunciar debido a problemas de agenda con el rodaje de Poseidón (Wolfgang Petersen, 2006), Ken Leung como Kid Omega, Omahyra Mota como Arco voltaico, Meiling Melançon como Psylocke, Eric Dane como Madrox y Ellen Page como Kitty Pride en un papel para el que se presento a las audiciones Summer Glau y que Page declino en un principio pero fue convenida mas tarde para subirse al barco por Ratner que era fan incondicional suyo tras verla en Hard Candy (David Slade, 2005) y punto.
A ver, he leído muchas críticas de gente a la que esta película le parece la peor de la trilogía original porque se centra más en la pirotecnia y la acción que en desarrollar un guion profundo. A mí me parece lo contrario, tras haber revisionado las tres seguidas me quedo con esta ultima y de calle, su desarrollo dramático esta al mismo nivel que las dos anteriores (bastante bajo), pero esta sobresale de las otras dos debido a su acción constante, sus magníficos efectos especiales (mucho mas depurados que en las anteriores) y su clímax y batalla final, además de que es un autentico entretenimiento de principio a fin. No me explayare sobre su trama porque es una memez como en las otras dos, esta vez va sobre una cura del gen mutante y la elección que deben hacer los mutantes sobre si “curarse” o no, por medio aparece Magneto (¡cómo no!) y hace de las suyas, que realmente suele ser lo mejor de esta franquicia, las apariciones de Magneto y sus enfrentamientos con su viejo amigo Charles Xavier. En fin, que tras volver a ver las tres primeras películas de la saga me quedo con la sensación que tuve tras ver la segunda; mas que una saga parece que han ido haciendo según iban arrasando en taquilla, pero sin tener un plan preconcebido para una trilogía y eso es algo que lastra muchísimo a esta primera trilogía. Aun así, son películas entretenidas y que me han hecho pasar un buen par de noches. 6/10

viernes, 30 de agosto de 2019

Sesión Doble


X-Men (Bryan Singer, 2000)
Esta semana he estado leyendo el comic de La Patrulla X: La canción del verdugo y me ha entrado el mono mutante de nuevo, así que aprovechando que se estreno hace poco Fénix Oscura he decidido darle un revisionado a la saga cinematográfica, que dicho sea de paso en su momento no me entusiasmo.
Esta primera X-Men está dirigida por Bryan Singer, cuenta con un guion de David Hayter que adapta una historia escrita por Tom DeSanto y el propio Brian Singer basándose en los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby, la fotografía corre a cargo de Newton Thomas Sigel y de la banda sonora se encarga el gran Michael Kamen (Tras la negativa del aun mas grande John Williams por problemas de agenda). Esta producida por 20th Century Fox junto a Marvel Enterprises, Donner´s Company, Bad Hat Harry Productions, Springwood Productions y Genetic Productions, fue rodada prácticamente en sus totalidad en Toronto (Canadá) a excepción de alguna escena rodada entre Los Ángeles y Nueva York, conto con un presupuesto de 75 millones de dólares y su recaudación a nivel mundial fue de 297 millones y está protagonizada en sus principales papeles por Hugh Jackman, papel que le vino de rebote tras las negativas de Russell Crowe, Glen Danzing y Dougray Scott -quien incluso firmo para la secuela pero tuvo que abandonar por problemas de agenda con el rodaje de Misión Imposible 2- además de otros actores que se presentaron a las audiciones de Lobezno como Keanu Reeves, Gary Sinise, Mel Gibson, Aaron Eckhart, Jean-Claude Van Damme, Viggo Mortensen, Edward Norton y Bob Hoskins, el papel de Mística recayó en Rebecca Romjin-Stamos (También se pensó en Jeri Ryan), Patrick Stewart como el Profesor Charles Xavier (Papel en el que por lo visto estaba muy interesado Michael Jackson), James Marsden como Cíclope (Papel al que renunció el previsto Jim Caviezel para protagonizar Frequency), Halle Berry como Tormenta (Un papel que en primera instancia iba a ser para Angela Bassett y para el que se pensó también en Janet Jackson y Mariah Carey), Anna Paquin como Picara (Personaje para el que se considero a Drew Barrymore, Sarah Michelle Gellar, Jennifer Love Hewitt, Katie Holmes, Christina Ricci, Alicia Silverstone e incluso Natalie Portman que rechazo el papel), Famke Jansen como Jean Grey (Papel al que se presentaron Selma Blair, Lucy Lawless, Maria Bello y Helen Hunt y Peta Wilson que ambas rechazaron el papel) e Ian McKellen como Magneto, que acepto el papel tras las negativas de Christopher Lee y Terence Stamp y tras permitirle Brian Singer solapar el rodaje de la película con la filmación de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (Peter Jackson, 2001). Y ¿Cómo surgió este proyecto? Os preguntareis (si es que hay alguien que aun lee blogs hoy en día) pues muy fácil, los escritores y editores en jefe de Marvel Comics; Gerry Conway y Roy Thomas escribieron un primer guion para la película en 1984 cuando Orion Pictures obtuvo los derechos cinematográficos, pero el desarrollo se estancó cuando Orion comenzó a tener problemas financieros. Entre 1989 y 1990, Stan Lee y Chris Claremont entraron en negociaciones con Carolco Pictures para una adaptación fílmica de X-Men con James Cameron como productor y Kathryn Bigelow como directora. Un primer borrador del guion fue escrito por la propia Bigelow, con Bob Hoskins siendo considerado para el papel de Lobezno y Angela Bassett para el personaje de Tormenta, pero el acuerdo se vino abajo cuando Stan Lee despertó el interés de Cameron en una película de Spider-Man, Carolco entró en bancarrota, y los derechos de la película regresaron a Marvel. En diciembre de 1992, Marvel discutió la venta de la propiedad a Columbia Pictures en vano. Mientras tanto, Avi Arad produjo X-Men: la serie animada para Fox Kids. 20th Century Fox quedó impresionada por el éxito de la serie y la productora Lauren Shuler Donner compró los derechos cinematográficos para Fox en 1994 contratando a Andrew Kevin Walker para escribir el guion.
El borrador de Walker tenía al Profesor Xavier reclutando a Lobezno en los X-Men, que consistían en Cíclope, Jean Grey, Hombre de hielo, Bestia, y Ángel. La Hermandad de Mutantes, conformada por Magneto, Dientes de sable, Sapo, Juggernaut y Blob, intentando conquistar Nueva York, mientras Henry Peter Gyrich y Bolivar Trask atacaban a los X-Men con tres Centinelas de 8 pies de alto. El guion se centró en la rivalidad entre Lobezno y Cíclope, así como en las dudas de este último como líder de campo. Parte de la historia de fondo escrita para Magneto lo convirtió en la causa del Desastre de Chernóbil. El guion también presentaba al X-Copter y la Sala de peligro. Walker entregó su segundo borrador en junio de 1994. Laeta Kalogridis, John Logan, James Schamus y Joss Whedon fueron contratados para reescrituras posteriores. Uno de estos guiones mantuvo la idea de que Magneto convertía Manhattan en una "patria mutante", mientras que otro se enfocaba en un romance entre Lobezno y Tormenta. El guion de Whedon presentaba la Sala de Peligro, y concluía con Jean Grey vestida como Fénix. Michael Chabon escribió un tratamiento cinematográfico de seis páginas para Fox en 1996. El cual se centró principalmente en el desarrollo entre los personajes de Lobezno y Júbilo e incluía al Profesor X, Cíclope, Jean Grey, Nightcrawler, Bestia, Hombre de hielo, y Tormenta. Bajo el plan de Chabon, los villanos no habrían sido presentados hasta la segunda película.
Fox consideró a Brett Ratner como director (Ratner dirigiría X-Men: The Last Stand años después) y ofreció la dirección a Robert Rodríguez, pero éste la declinó. Tras el éxito comercial de Mortal Kombat en Estados Unidos, a Paul W. S. Anderson se le ofreció dirigir la película pero Anderson también rechazó la oferta, queriendo alejarse de dirigir otra película con clasificación PG-13 a favor de hacer una película de terror con calificación R; Horizonte Final (1997) Tras el lanzamiento de Sospechosos Habituales (1995), Bryan Singer estaba buscando hacer una película de ciencia ficción y Fox le ofreció Alien: Resurrección (Jean-Pierre Jeunet, 1997, pero el productor Tom DeSanto sintió que Singer era el más apropiado para dirigir X-Men. Para diciembre de 1996, Singer estaba en la posición dirigir la película, mientras Ed Solomon fue contratado para escribir el guion en abril de 1997, y mientras tanto Singer se centro en el rodaje de Verano de corrupción (1998). Fox entonces anunció que la Navidad de 1998 sería la fecha de estreno. A finales de 1997, el presupuesto se fijó en 60 millones de dólares. A finales de 1998, Singer y DeSanto enviaron un tratamiento fílmico a Fox, que creían que era "perfecto" porque tomó "en serio" los temas y las comparaciones entre Xavier y Magneto con Martin Luther King y Malcolm X. Fox, que había proyectado el presupuesto en 75 millones de dólares, rechazo el tratamiento que estimaron que costaría 5 millones de dólares más. Los personajes de Bestia, Nightcrawler, Pyro, y la Sala de peligro tuvieron que ser eliminados antes de que el estudio de luz verde al proyecto. El jefe de Fox, Bill Mechanic, argumentó que esto mejoraría la historia y Singer estuvo de acuerdo en eliminar la Sala de Peligro lo que le permitió concentrarse en otras escenas que él prefería. Elementos de Bestia, particularmente su experiencia médica, fueron transferidos al personaje de Jean Grey y Singer y DeSanto contrataron al guionista Christopher McQuarrie de Sospechosos Habituales y juntos hicieron otra reescritura. David Hayter al mismo tiempo reescribió el guion, recibiendo el crédito de guion en solitario del Gremio de escritores de América, mientras que Singer y DeSanto recibieron crédito por la historia. Y así es como se perpetro la historia tras la creación de una saga que puede gustar más o menos pero sin la que hoy en día se entendería ni existiría el boom de películas sobre superhéroes que nos invade.
A ver, hay que reconocerle su merito a la película, pero también es cierto que en mi memoria tenia mejor recuerdo de ella, no es que sea mala ni mucho menos pero como dijo el crítico Dennis Harvey en Variety “Parece más un flojo capitulo intermedio de una saga épica que un inicio propiamente dicho” y es que no le falta razón, no sé si será por su escasa duración, apenas llega a los 90 minutos sin créditos o porque, pero lo cierto es que tiene un guion bastante justito, apenas nos presenta a los personajes mas allá de Lobezno y un poco de Picara y se centra (de aquella manera) en un plan de Magneto para convertir a diferentes mandatarios mundiales en mutantes para que se pongan de su lado ya que los humanos no están muy por la labor de coexistir con los mutantes. Todo de manera muy simplista y yendo directamente a la acción (y una acción que tampoco es que sea ninguna maravilla porque apenas hay combates cuerpo a cuerpo y en los que hay se ven las costuras de unos actores que por aquel entonces no estaban acostumbrados a rodar escenas de acción) sin dejar apenas tiempo para crear una solida trama argumental que profundice más en la psique de los personajes o en el porqué de su existencia y sus problemas. Aun así, la película se deja ver, tiene unos logrados efectos especiales y no aburre en ningún momento. Se deja ver, si. Pero vista hoy en día se me queda muy corta en todos los aspectos y parece más un quiero y no puedo que una película en toda regla. Para mí, lo mejor de esta primera X-Men es sin duda Rebecca Romjin-Stamos y su interpretación de Mística, se agencia la película en cada plano en el que sale. 5/10
Supergrid (Lowell Dean, 2018)
Película post-apocalíptica de bajo presupuesto dirigida por Lowell Dean, director de las simpáticas WolfCop (2014) y su secuela Anoter WolfCop (2017), escrita por Justin Ludwig y T.R. McCauley que adaptan un argumento de este ultimo.
El argumento nos presenta un Noroeste de Estados Unidos y un Suroeste de Canadá por los cuales se extiende un virus mortal (además de terremotos y demás mierdas típicas del genero) debido a algún tipo de jodienda climática que está convirtiendo a la población en una especie de mutantes debido a los malos haceres (creí entender) de una malvada compañía llamada Sino-Gazam que es la que controla el percal. Pues bien, en este erial de muerte, polvo y destrucción vive Deke (Marshall Williams) que se ve obligado a trabajar para un capo mafioso llamado Lazlo (Jonathan Cherry) transportando mercancías por territorio infectado. Deke, durante su última misión perdió a su hermana y ahora, que debe hacer un último transporte para que lo dejen en paz deberá pedirle ayuda a su hermano Jesse (Leo Fafard), el cual no le tiene en muy alta estima desde la muerte de su hermana.
Bueno, pese a que me ha gustado me esperaba algo más. Tenía claro que estando la peña de WolfCop tras esto podía esperarme un despiporre independiente con mucho encanto, pero esta vez creo que se han querido tomar el asunto demasiado enserio y la jugada no les ha salido del todo bien. Estamos ante un homenaje al cine apocalíptico de Serie B de los años ochenta en toda regla, con vehículos acorazados, motos destartaladas, persecuciones a tiro limpio, vertederos, héroes de pocas palabras y mutantes vestidos con despojos y esto siempre suele funcionar, pero a mí me funciona cuando tiene voz propia y me dice algo que la diferencia (por poco que sea) de la ristra de películas de este estilo que poblaban los videoclubs en a finales de los ochenta. En fin, que si hubiese sido más alocada, violenta y hubiese utilizado la carta del gore más a menudo me hubiese gustado más, aun así, para una noche con ganas de juerga y con unas birras y unas pizzas funciona (si sabes a lo que te enfrentas) a las mil maravillas gracias a una buena ambientación, unas decentes interpretaciones y una trama y un ritmo que no se hacen nada aburridos y que en ningún momento decaen. 6/10