Título Original: The Quiet Man
Título Traducido: El Hombre Tranquilo
Año: 1952
Duración: 129 Minutos
País: Estados Unidos
Director: John Ford
Guion: Frank S. Nugent, John Ford
Música: Victor Young, Richard Farrelly
Fotografía: Winton C. Hoch, Archie Stout
Reparto: John Wayne, Maureen O´Hara, Barry Fitzgerald, Ward Bond, Victor McLaglen, Jack MacGowran, Arthur Shields, Mildred Natwick.
Productora: Republic Pictures
Género: Comedia Romántica
Sinopsis: Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su
Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más
llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy
temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las
costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la
oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen).
Película dirigida en 1952 por John Ford, autor
de clasicazos imperecederos como La diligencia (1939), Las uvas de la ira
(1940), Pasión de los fuertes (1946), Mogambo (1953) o El hombre que mato a
Liberty Valance (1962) entre muchísimas otras y que nos cuenta de manera
costumbrista una idílica visión de Irlanda a modo de fabula romántica. La película
está producida por Republic Pictures, productora independiente centrada en la
Serie B que puso la pasta ya que las grandes compañías de Hollywood no estaban
por la labor de soltar dinero en una producción que veían demasiado costosa
-Ford se empeño en rodar en Irlanda cuando en esa época casi todo el cine se hacía
en estudio- para la poca pretensión de un guion demasiado personal y que
se salía de las habituales -el western- producciones de Ford y Wayne.
Cuenta
con un guion de Frank S. Nugent basado en una historia de Maurice Walsh, una
banda sonora compuesta por Victor Young, fotografía de Winton C. Hoch y un
reparto compuesto por John Wayne, Maureen O´Hara, Barry Fitzgerald, War Bond,
Victor McLaglen y Mildred Natwick en sus principales papeles. Estuvo nominada a
siete Oscar: Película, guion, actor de reparto (Victor McLaglen), dirección artística,
sonido, director y fotografía y se llevo dos estatuillas; Mejor director (John
Ford) y mejor fotografía (Winton C. Hoch).
Sean Thornton (John Wayne) es un
"hombre tranquilo y pacífico" que ya con sus treinta y tantos años
regresa a la localidad de Innisfree, en su Irlanda natal, de donde saliera con
12 años hacia Estados Unidos. Pronto se dará cuenta de que la vida entre los
habitantes de Innisfree no va a ser tan idílica como él espera, ya que el
temperamento irlandés y las reglas que rigen en esa sociedad son desconocidos
para él. Al llegar, decide comprar su casa natal y los terrenos que la rodean,
pero choca con los intereses del rudo Will Danaher, un matón corpulento y
temido en el pueblo que también ansia apropiarse de la casa y que anota en una
libreta a todo aquel que le vaya en contra. Adicionalmente, Sean Thornton se
fija en una hermosa pero borrascosa mujer campesina llamada Mary Kate, quien
resulta ser hermana de Will Danaher. Pero su relación con Mary Kate Danaher (Maureen
O'Hara), el hermano de ésta, Will Danaher (Victor McLaglen) y el pintoresco
Michaleen Flynn (Barry Fitzgerald) será bastante especial. Thornton intenta
cortejarla y se encuentra con la oposición de Danaher quien lo amenaza,
Thornton intenta ser caballeroso y no caer en rencillas pero su actitud es
interpretada como cobardía. Finalmente conquista a Mary Kate pero su
hermano no solo le niega la dote de la novia, contraviniendo la costumbre, sino
que le propina un feroz puñetazo que lo tira al suelo en la ceremonia de
casamiento. Thornton no responde a la agresión y su flamante señora le pierde
el respeto y le abandona. Thornton no ha querido responder pues en su pasado
había matado a un boxeador llamado Jonhy Galleano en un asalto de boxeo y se
había prometido nunca más volver a pelear. Finalmente ante los desaires de la mujer
a quien ama, Thornton decide coger el toro por los cuernos y busca a su esposa
en un tren que está a punto de partir a Dublín, la saca a empujones y la
arrastra de malas maneras de vuelta al pueblo. Donaher acepta el reto de
Thornton y se trenzan en una pelea que recorre todo el pueblo donde Thornton
lleva cierta ventaja. Finalmente después de haberse dado de hostias terminan siendo amigos y se gana no solo el respeto de su esposa sino el
de todo el pueblo.
Tenemos aquí un peliculón de John Ford que encierra muchas más
cosas de las que parece a simple vista, de primeras podría parecer una comedia romántica
costumbrista, pero ante todo es un canto de amor de Ford a la Irlanda de sus
ancestros -su mejor película, según el mismo-, pero una Irlanda idealizada, a
la que a él le gustaría volver, porque si vamos mas allá del propio guion de la
película es fácil darse cuenta de que esa Irlanda que se nos muestra es inverosímil
y ficticia a más no poder. La película está ambientada en los años treinta pero
al verla cualquiera diría que en los treinta, si. Pero de 1800 más que de 1900.
Es la vida utópica en el campo, aquella que todos los que vivimos en la gran
ciudad anhelamos, pero que de real no tiene nada. Aquí todo es perfecto, desde
los verdes paisajes, pasando por los azules ríos, las gentes amables y la vida
dedicada únicamente al placer de la bebida sin pausa y las peleas sin daños físicos.
Todo muy onírico y atrayente, si. Pero más falso -en el buen sentido- que las
tetas de Pamela Anderson. Hay muchas críticas por internet que tachan a la película
de misógina y cierto es que con una mentalidad políticamente correcta como la
que sufrimos estos días bien se la podría tachar tanto de misógina como de
machista, pero si vamos mas allá de lo que se muestra en pantalla y leemos
entre líneas se puede ver claramente que de machista no tiene nada, vale que el
personaje de John Wayne se pasa siete pueblos con el de Maureen O´Hara y que se
oyen frasecitas -¡esa vara!- que tienen tela, pero realmente es el personaje de
Maureen O´Hara el que lleva los pantalones en casa, es ella la que obliga al
personaje de Wayne a hacer todo lo que hace y dejar atrás viejas promesas para
liarse a palos con el hermano de ella por el bien del matrimonio y de la
respetabilidad local, ya que Inisfree es un pueblo chapado a la antigua, con
sus costumbres ancestrales y su peculiar forma de ver y entender las relaciones
y o te amoldas o te conviertes en un paria y hazmerreir. En fin, tampoco
entrare mucho en temas morales y tal porque paso, prefiero hablar de la película
en si como experiencia cinéfila. Y, como tal es una maravilla, bucólica a más
no poder, llena de encanto y magia, con un humor sutil pero de lo más
agradecido y que te tiene con la sonrisa durante todo el metraje y para colmo
el lado romántico de la trama está muy bien desarrollado con escenas míticas
-ese beso bajo la lluvia- y unos actores en estado de gracia. Sencilla -que no simple- pero grandiosa película.
9/10