Helene Hanff nació un 15 de abril de
1916 en Filadelfia, Pensilvania (EEUU). Sus padres, Miriam y Arthur
eran de orígenes humildes y no pudieron financiarle una costosa
educación, pero Helene gano una beca para estudiar en la Universidad
de Temple, estudios que solo pudo prolongar durante un año ya que
dicha beca no daba para mas. Resignada, Helene decidió estudiar por
si misma y convertirse en autodidacta, pero una vez mas tuvo que
abandonar sus estudios ya que su familia necesitaba urgentemente
dinero debido al golpe económico que supuso para ellos la crisis de
1929 (también conocida como La Gran Depresión) por lo que Helene
tuvo que ponerse a trabajar, pero sin dejar nunca de leer, formarse y
soñar con convertirse en dramaturga.
Fue en la década de 1940 cuando por
fin puedo dejar su Filadelfia natal tras ganar un concurso anual de
dramaturgia y mudarse a Nueva York para estudiar en la prestigiosa
Theatre Guild y probar fortuna primero escribiendo obras teatrales de
las que llego a escribir 20, ninguna de las cuales llego a producirse
pese a ser muchas de ellas admiradas por los principales productores
de Broadway, la propia Hanff llego a decir sobre sus obras que eran
textos “con encanto pero sin trama” ya que se consideraba muy
buena escribiendo diálogos, pero muy mala a la hora de encontrar una
trama donde encajarlos.
En fin, que la buena de Hanff se partía
el lomo escribiendo obras teatrales y no había manera de vivir de
ello y entretanto, Hanff, extravagante, maniática y apasionada por
la lectura decide ponerse en contacto mediante correo postal, ya que
en Nueva York (ni en los EEUU) encontraba nada de lo que buscaba, con
la librería Marks & Co de Londres y, mas concretamente con uno
de sus principales compradores de libros y vendedor llamado Frank
Doel, con el que acabaría entablando una amistad epistolar durante
diecisiete años.
Mientras se carteaba con Doel, Hanff
escribía y escribía y llegaron los años 50 y ahí fue cuando entro
en la industria televisiva para escribir guiones y malvivir de ello
debutando con con la Tv Movie No Man Is an Island (Albert McCleery,
1953) a la que siguieron títulos como The Web (1953) de la que
escribió tres episodios; Tv Movies como Aesop and Rhodope, The Hands
of Clara Schumann, The Ordeal of Thomas Jefferson, The Armour-Bearer,
Flight from Cathay, The Reluctant Redeemer o Lady in the Wings, todas
producidas en 1954 y dirigidas a las ordenes de Albert McCleery y
sobre todo la serie The Adventures of Ellery Queen, que tuvo cierto
éxito y de la que escribió 11 episodios. Pero poco a poco la
producción televisiva fue abandonando Nueva York para trasladarse a
Los Ángeles y Hanff decidió quedarse en la Gran Manzana aparcando
su trabajo como guionista y pasando a trabajar como publicista o como
colaboradora en revistas como New Yorker o Harper´s.
Y, ¿A que viene todo este sermón? Se
preguntara algún incauto (si lo hay) lector. Pues a que gracias a
todas las vicisitudes que rodean la vida de la escritora y mas
concretamente a la relación entre ella y Doel (y por extensión los
demás empleados de la librería londinense) podemos disfrutar hoy en
día de esta sencilla pero extraordinaria, fascinante y conmovedora
película sobre la amistad y el amor por los libros ya que tras la
muerte de Doel en 1968 Hanff escribió “84 Charing Cross Road”,
libro que contaba su relación con Doel y la librería Marks &
Co. durante casi veinte años y que diecisiete años después de su
escritura fue adaptado a la gran pantalla.
La producción de la película
podríamos decir que fue un capricho del productor y director Mel
Brooks, el cual compro los derechos de la novela como regalo de
cumpleaños para su mujer, la actriz Ann Bancroft.
Brooks venia de producir con su
productora Brooksflims películas como Máxima Ansiedad (1977)
dirigida por el mismo; El hombre elefante (David Lynch, 1980), Mi año
favorito (Richard Benjamin, 1982), Frances (Graeme Clifford, 1982),
Soy o no soy (Alan Johnson, 1983), La mosca (David Cronenberg, 1986)
o Guerreros del sol (Alan Johnson, 1986) y en 1986, once años
después de que el libro fuese llevado a la pequeña pantalla
mediante una obra de teatro televisada llamada Play for Today: 84
Charing Cross Road, cuatro desde que la versión teatral dirigida
por James Roose-Evans se estrenase en Broadway y mientras estaba
metido de lleno en la preproducción de su película La loca historia
de las galaxias (1987) decidió que era hora de ponerse manos a la
obra y llevarla a la gran pantalla. Para ello se asocio con Geoffrey
Helman, productor ingles que había producido El león del desierto
(Moustapha Akkad, 1980), La mujer del teniente francés (Karel Reisz,
1981) o la fantástica e infravalorada Krull (Peter Yates, 1983).
A Brooks y Helman se unieron como
productores asociados Randy Auerbach, que se estrenaba como productor
con esta película pero que previamente había trabajado como
asistente de Brooks en El hombre elefante, La loca historia del
mundo, Mi año favorito y La mosca y Jo Lustig, que tras trabajar
como consultor en un especial de televisión sobre Mel Brooks llamado
An audience with Mel Brooks (Alasdair Macmillan, 1983) se unió a la
troupe de Brooks pero debió salir escaldado de la experiencia ya que
tras esta película dejo el negocio del cine para centrarse en la
producción de documentales musicales para la televisión. Con la
producción viento en popa y a toda vela era el momento de elegir un
guionista que adaptase tanto la novela de Hanff como la obra teatral
de Roose-Evans y el elegido fue un ingles de pura cepa como Hugh
Whitemore, guionista curtido en mil batallas televisivas y cuyo
reconocimiento llego años después gracias a Jane Eyre (Franco
Zeffirelli, 1996) y sobre todo gracias al exquisito díptico
televisivo sobre Winston Churchill que formaban Amenaza de tormenta
(Richard Loncraine, 2002) y Hacia la tormenta (Thaddeus O´Sullivan,
2009) y que había sido el encargado de escribir el libreto en Play
For Today: 84 Charing Cross Road, la versión teatral televisada de
1975.
Con el libreto finiquitado había que
encontrar un director ya que Mel Brooks estaba ocupado con La loca
historia de las galaxias y es sabido que a el lo que le gusta dirigir
son películas de corte humorístico y que los dramas se los encarga
a directores que por alguna razón le llamen la atención como fue el
caso de David Lynch con El hombre elefante o David Cronenberg con La
mosca, así que entre los productores escogieron para sentarse en la
silla de director a, como no, otro ingles, David Hugh Jones, curtido
también en la televisión británica y que fue elegido por su buen
hacer en la película El riesgo de la traición (1983) que adaptaba
la obra teatral del dramaturgo Harold Pinter Betrayal sobre las
relaciones entre una mujer casada y un agente literario (Quizá este
dato también tuvo que ver con su elección) y que aquí desempeña
una correcta y clásica labor de dirección sin aspavientos ni
virguerias innecesarias.
Para hacerse cargo de la sobria
fotografía principal se contrató a Brian West, director de
fotografía que había trabajado en películas como Billy dos
sombreros (Ted Kotcheff, 1974), Tres forajidos y un pistolero
(Richard Fleischer, 1974) o Quien la sigue la consigue (Richard
Lester, 1984) pero que por aquellos tiempos andaba liado entre Tv
Movies como Reflejos de la noche (Dick Lowry, 1985) o Lejos de las
tinieblas (Jud Taylor, 1985) y series televisivas como Misterio
(1984) o la divertida Remington Steele (1984).
De componer la música para la película
se encargaría Geroge Fenton, que venia de componer la banda sonora
de la película de culto En compañía de lobos (Neil Jordan, 1984) y
que mas adelante nos dejaría grandes trabajos como Grita libertad
(Richard Attenborough, 1987), Las amistades peligrosas (Stephen
Frears, 1988), Memphis Belle (Michael Caton-Jones, 1990), El rey
pescador (Terry Gilliam, 1991), Atrapado en el tiempo (Harold Ramis,
1993) o la olvidada pero muy interesante Prisioneros del cielo (Phil
Joanou, 1996) y que aquí se marca una banda sonora con mucho piano y
viento, de corte clásico, uniforme en su sonoridad y sencilla pero
emotiva que empasta perfectamente con las imágenes gracias a
deliciosos (y cortos) temas como “Fan Fare”, “Book of Love
Poems”, “Dear Speed”, “Pilgrimage-Helene and Frank”, “Love
Between Friends” o “Helen´s First Letter”.
Finiquitados los aspectos mas técnicos
de la producción, era hora de ponerse en marcha para encontrar a los
interpretes adecuados para cada rol. El papel de Helene, como era de
suponer, ya tenia dueña, Anne Bancroft, por quien su esposo Mel
había puesto en pie la película y que venia de ofrecer muy buenas
interpretaciones en Buscando a Greta (Sidney Lumet, 1984), Agnes de
Dios (Norman Jewison, 1985), película por la que obtuvo su quinta y
ultima nominación a los Oscar y Buenas noches, madre (Tom Moore,
1986) interpretaría a la maniática escritora de una manera tan
convincente que fue premiada con el BAFTA a mejor interpretación
femenina del año. Para encontrar al resto del reparto se decidió
por parte de los productores que no habría un director de casting,
sino que habría un departamento de casting que se desdoblaría para
buscar los interpretes adecuados para los personajes que vivían a un
lado y otro del Atlántico y los elegidos para este cometido fueron
Judy Courtney, que se había estrenado en la labor tres años antes
con la película Go Tell It on The Mountain (Stan Lathan, 1984),
venia de trabajar en el departamento de casting de Poltergeist II: El
otro lado (Brian Gibson, 1986) y de elegir a Karl Malden para el
papel del currela Jack Galvin en el drama Billy Galvin (John Gray,
1986) que se haría cargo del casting americano junto a su socia D.L.
Newton y Marilyn Johnson, directora de casting en películas como
Sweeney (David Wickes, 1977), su secuela Sweeney 2 (Tom Clegg, 1978)
o McVicar, el enemigo publico numero 1 (Tom Clegg, 1980) que se haría
cargo del casting ingles. Por la parte americana del elenco y por no
extenderme mucho en roles secundarios, se contrató a Mercedes Ruehl,
vista por aquel entonces en películas como The Warriors (Walter
Hill, 1979), Se acabó el pastel (Mike Nichols, 1986) o Días de
radio (Woody Allen, 1987), que años mas tarde ganaría el Oscar a
mejor actriz de reparto por su papel de Anne en El rey pescador
(Terry Gilliam, 1991) y que aquí daría vida a Kay, amiga de Helene
y, por el lado británico del reparto tenemos a Anthony Hopkins, que
por aquel entonces ya era un actor con peso en la industria, que
había sido nominado dos veces a los BAFTA cinematográficos por The
lion in winter (Anthony Harvey, 1968) y por su actuación vocal en
Magic (Richard Attenborough, 1978), que ya sabia lo que era trabajar
en una producción de Mel Brooks (el hombre elefante), que venia de
participar en Motín a bordo (Roger Donaldson, 1984) y The good
father (Mike Newell, 1985), que lo petaría a nivel mundial con su
Hannibal Lecter de El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991)
cuatro años después y que aquí se encargaría de interpretar, de
manera convincente y perfecta, al comprador y vendedor de libros
usados Frank Doel; para interpretar a sus compañeros de trabajo de
Marks & Co. Se ficho a Maurice Denham, actor que empezó su
carrera en la década de los años 30 visto (en este caso oído) en
Rebelión en la granja (Joy Batchelor & John Halas, 1954) en la
que ponía voz a todos los animales, las bélicas ¡Hundid el
Bismarck! (Lewis Gilbert, 1960), Operación Crossbow (Michael
Anderson, 1965) y Los héroes de Telemark (Anthony Mann, 1965), La
condesa Drácula (Peter Sasdy, 1971) junto a la atractiva Ingrid
Pitt, Chacal (Fred Zinnemann, 1973) o Julia (Fred Zinnemann, 1977) y
que aquí se metería en la piel de George Martin, el trabajador mas
mayor de la librería; Wendy Morgan, que apenas tenia tres títulos
cinematográficos en su haber; Yanquis (John Schlesinger, 1979), El
nacimiento de los Beatles (Richard Marquand, 1979) y El espejo roto
(Guy Hamilton, 1980) se hizo con el papel de Megan Wells; Ian
McNeice, visto en Top Secret! (Jim Abrahams, Daviz Zucker, Jerry
Zucker, 1984) y siempre recordado por mi por sus papeles en La casa
Rusia (Fred Schepisi, 1990) y Escape de Absolom (Martin Campbell,
1994) interpretaría a Bill Humphries y, para rematar el apartado
actoral nombrar a Judi Dench, que por aquel entonces ya tenia tras de
si una larga carrera de casi treinta años con papeles importantes
como los de Cuatro de la madrugada (Anthony Simmons, 1965), Un pasado
en sombras (David Hare, 1985) o Una habitación con vistas (James
Ivory, 1985) que le acababa de dar su primer premio BAFTA como actriz
de reparto, premio al que también optaría por su interpretación de
Nora Doel, esposa de Frank pese a tener un papel no muy extenso y con
apenas diálogos.
El rodaje tuvo lugar entre el 24 de
marzo y el 18 de junio de 1986 en diversas localizaciones entre
Inglaterra y Manhattan, motivo por el que la producción se dividió
en dos equipos, entre las que destacan Glynde y Eastbourne en Sussex,
el Soho, Trafalgar Square, Hyde Park, Covent Garden y Lambeth en
Londres, Richmond y los Shepperton Studios en Surrey y Central Park y
St. Thomas Church en Manhattan y la película tuvo una recaudación
entre los Estados Unidos y Canadá de 1.083.486 dolares.
Y, para finalizar la reseña comentar
que Helene Hanff finalmente visito su querida librería de 84 Charing
Cross Road, pero para cuando sucedió su amigo Frank Doel ya había
muerto debido a una peritonitis y la librería ya había cerrado.
Hanff había pospuesto su viaje demasiado tiempo debido a problemas
financieros y a su renuencia a viajar y finalmente llego a Londres en
el verano de 1971. Hanff relató dicha visita en su libro de 1973 “La
duquesa de Bloomsbury Street” en el que describe sus visitas con
amigos y admiradores a varios lugares de interés literario e
histórico de Londres y el sur de Inglaterra. 7/10