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martes, 30 de noviembre de 2021

La Carta Final (David Hugh Jones, 1987)

 


Helene Hanff nació un 15 de abril de 1916 en Filadelfia, Pensilvania (EEUU). Sus padres, Miriam y Arthur eran de orígenes humildes y no pudieron financiarle una costosa educación, pero Helene gano una beca para estudiar en la Universidad de Temple, estudios que solo pudo prolongar durante un año ya que dicha beca no daba para mas. Resignada, Helene decidió estudiar por si misma y convertirse en autodidacta, pero una vez mas tuvo que abandonar sus estudios ya que su familia necesitaba urgentemente dinero debido al golpe económico que supuso para ellos la crisis de 1929 (también conocida como La Gran Depresión) por lo que Helene tuvo que ponerse a trabajar, pero sin dejar nunca de leer, formarse y soñar con convertirse en dramaturga.
Fue en la década de 1940 cuando por fin puedo dejar su Filadelfia natal tras ganar un concurso anual de dramaturgia y mudarse a Nueva York para estudiar en la prestigiosa Theatre Guild y probar fortuna primero escribiendo obras teatrales de las que llego a escribir 20, ninguna de las cuales llego a producirse pese a ser muchas de ellas admiradas por los principales productores de Broadway, la propia Hanff llego a decir sobre sus obras que eran textos “con encanto pero sin trama” ya que se consideraba muy buena escribiendo diálogos, pero muy mala a la hora de encontrar una trama donde encajarlos.
En fin, que la buena de Hanff se partía el lomo escribiendo obras teatrales y no había manera de vivir de ello y entretanto, Hanff, extravagante, maniática y apasionada por la lectura decide ponerse en contacto mediante correo postal, ya que en Nueva York (ni en los EEUU) encontraba nada de lo que buscaba, con la librería Marks & Co de Londres y, mas concretamente con uno de sus principales compradores de libros y vendedor llamado Frank Doel, con el que acabaría entablando una amistad epistolar durante diecisiete años.
Mientras se carteaba con Doel, Hanff escribía y escribía y llegaron los años 50 y ahí fue cuando entro en la industria televisiva para escribir guiones y malvivir de ello debutando con con la Tv Movie No Man Is an Island (Albert McCleery, 1953) a la que siguieron títulos como The Web (1953) de la que escribió tres episodios; Tv Movies como Aesop and Rhodope, The Hands of Clara Schumann, The Ordeal of Thomas Jefferson, The Armour-Bearer, Flight from Cathay, The Reluctant Redeemer o Lady in the Wings, todas producidas en 1954 y dirigidas a las ordenes de Albert McCleery y sobre todo la serie The Adventures of Ellery Queen, que tuvo cierto éxito y de la que escribió 11 episodios. Pero poco a poco la producción televisiva fue abandonando Nueva York para trasladarse a Los Ángeles y Hanff decidió quedarse en la Gran Manzana aparcando su trabajo como guionista y pasando a trabajar como publicista o como colaboradora en revistas como New Yorker o Harper´s.
Y, ¿A que viene todo este sermón? Se preguntara algún incauto (si lo hay) lector. Pues a que gracias a todas las vicisitudes que rodean la vida de la escritora y mas concretamente a la relación entre ella y Doel (y por extensión los demás empleados de la librería londinense) podemos disfrutar hoy en día de esta sencilla pero extraordinaria, fascinante y conmovedora película sobre la amistad y el amor por los libros ya que tras la muerte de Doel en 1968 Hanff escribió “84 Charing Cross Road”, libro que contaba su relación con Doel y la librería Marks & Co. durante casi veinte años y que diecisiete años después de su escritura fue adaptado a la gran pantalla.
La producción de la película podríamos decir que fue un capricho del productor y director Mel Brooks, el cual compro los derechos de la novela como regalo de cumpleaños para su mujer, la actriz Ann Bancroft.
Brooks venia de producir con su productora Brooksflims películas como Máxima Ansiedad (1977) dirigida por el mismo; El hombre elefante (David Lynch, 1980), Mi año favorito (Richard Benjamin, 1982), Frances (Graeme Clifford, 1982), Soy o no soy (Alan Johnson, 1983), La mosca (David Cronenberg, 1986) o Guerreros del sol (Alan Johnson, 1986) y en 1986, once años después de que el libro fuese llevado a la pequeña pantalla mediante una obra de teatro televisada llamada Play for Today: 84 Charing Cross Road, cuatro desde que la versión teatral dirigida por James Roose-Evans se estrenase en Broadway y mientras estaba metido de lleno en la preproducción de su película La loca historia de las galaxias (1987) decidió que era hora de ponerse manos a la obra y llevarla a la gran pantalla. Para ello se asocio con Geoffrey Helman, productor ingles que había producido El león del desierto (Moustapha Akkad, 1980), La mujer del teniente francés (Karel Reisz, 1981) o la fantástica e infravalorada Krull (Peter Yates, 1983).
A Brooks y Helman se unieron como productores asociados Randy Auerbach, que se estrenaba como productor con esta película pero que previamente había trabajado como asistente de Brooks en El hombre elefante, La loca historia del mundo, Mi año favorito y La mosca y Jo Lustig, que tras trabajar como consultor en un especial de televisión sobre Mel Brooks llamado An audience with Mel Brooks (Alasdair Macmillan, 1983) se unió a la troupe de Brooks pero debió salir escaldado de la experiencia ya que tras esta película dejo el negocio del cine para centrarse en la producción de documentales musicales para la televisión. Con la producción viento en popa y a toda vela era el momento de elegir un guionista que adaptase tanto la novela de Hanff como la obra teatral de Roose-Evans y el elegido fue un ingles de pura cepa como Hugh Whitemore, guionista curtido en mil batallas televisivas y cuyo reconocimiento llego años después gracias a Jane Eyre (Franco Zeffirelli, 1996) y sobre todo gracias al exquisito díptico televisivo sobre Winston Churchill que formaban Amenaza de tormenta (Richard Loncraine, 2002) y Hacia la tormenta (Thaddeus O´Sullivan, 2009) y que había sido el encargado de escribir el libreto en Play For Today: 84 Charing Cross Road, la versión teatral televisada de 1975.
Con el libreto finiquitado había que encontrar un director ya que Mel Brooks estaba ocupado con La loca historia de las galaxias y es sabido que a el lo que le gusta dirigir son películas de corte humorístico y que los dramas se los encarga a directores que por alguna razón le llamen la atención como fue el caso de David Lynch con El hombre elefante o David Cronenberg con La mosca, así que entre los productores escogieron para sentarse en la silla de director a, como no, otro ingles, David Hugh Jones, curtido también en la televisión británica y que fue elegido por su buen hacer en la película El riesgo de la traición (1983) que adaptaba la obra teatral del dramaturgo Harold Pinter Betrayal sobre las relaciones entre una mujer casada y un agente literario (Quizá este dato también tuvo que ver con su elección) y que aquí desempeña una correcta y clásica labor de dirección sin aspavientos ni virguerias innecesarias.
Para hacerse cargo de la sobria fotografía principal se contrató a Brian West, director de fotografía que había trabajado en películas como Billy dos sombreros (Ted Kotcheff, 1974), Tres forajidos y un pistolero (Richard Fleischer, 1974) o Quien la sigue la consigue (Richard Lester, 1984) pero que por aquellos tiempos andaba liado entre Tv Movies como Reflejos de la noche (Dick Lowry, 1985) o Lejos de las tinieblas (Jud Taylor, 1985) y series televisivas como Misterio (1984) o la divertida Remington Steele (1984).
De componer la música para la película se encargaría Geroge Fenton, que venia de componer la banda sonora de la película de culto En compañía de lobos (Neil Jordan, 1984) y que mas adelante nos dejaría grandes trabajos como Grita libertad (Richard Attenborough, 1987), Las amistades peligrosas (Stephen Frears, 1988), Memphis Belle (Michael Caton-Jones, 1990), El rey pescador (Terry Gilliam, 1991), Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993) o la olvidada pero muy interesante Prisioneros del cielo (Phil Joanou, 1996) y que aquí se marca una banda sonora con mucho piano y viento, de corte clásico, uniforme en su sonoridad y sencilla pero emotiva que empasta perfectamente con las imágenes gracias a deliciosos (y cortos) temas como “Fan Fare”, “Book of Love Poems”, “Dear Speed”, “Pilgrimage-Helene and Frank”, “Love Between Friends” o “Helen´s First Letter”.
Finiquitados los aspectos mas técnicos de la producción, era hora de ponerse en marcha para encontrar a los interpretes adecuados para cada rol. El papel de Helene, como era de suponer, ya tenia dueña, Anne Bancroft, por quien su esposo Mel había puesto en pie la película y que venia de ofrecer muy buenas interpretaciones en Buscando a Greta (Sidney Lumet, 1984), Agnes de Dios (Norman Jewison, 1985), película por la que obtuvo su quinta y ultima nominación a los Oscar y Buenas noches, madre (Tom Moore, 1986) interpretaría a la maniática escritora de una manera tan convincente que fue premiada con el BAFTA a mejor interpretación femenina del año. Para encontrar al resto del reparto se decidió por parte de los productores que no habría un director de casting, sino que habría un departamento de casting que se desdoblaría para buscar los interpretes adecuados para los personajes que vivían a un lado y otro del Atlántico y los elegidos para este cometido fueron Judy Courtney, que se había estrenado en la labor tres años antes con la película Go Tell It on The Mountain (Stan Lathan, 1984), venia de trabajar en el departamento de casting de Poltergeist II: El otro lado (Brian Gibson, 1986) y de elegir a Karl Malden para el papel del currela Jack Galvin en el drama Billy Galvin (John Gray, 1986) que se haría cargo del casting americano junto a su socia D.L. Newton y Marilyn Johnson, directora de casting en películas como Sweeney (David Wickes, 1977), su secuela Sweeney 2 (Tom Clegg, 1978) o McVicar, el enemigo publico numero 1 (Tom Clegg, 1980) que se haría cargo del casting ingles. Por la parte americana del elenco y por no extenderme mucho en roles secundarios, se contrató a Mercedes Ruehl, vista por aquel entonces en películas como The Warriors (Walter Hill, 1979), Se acabó el pastel (Mike Nichols, 1986) o Días de radio (Woody Allen, 1987), que años mas tarde ganaría el Oscar a mejor actriz de reparto por su papel de Anne en El rey pescador (Terry Gilliam, 1991) y que aquí daría vida a Kay, amiga de Helene y, por el lado británico del reparto tenemos a Anthony Hopkins, que por aquel entonces ya era un actor con peso en la industria, que había sido nominado dos veces a los BAFTA cinematográficos por The lion in winter (Anthony Harvey, 1968) y por su actuación vocal en Magic (Richard Attenborough, 1978), que ya sabia lo que era trabajar en una producción de Mel Brooks (el hombre elefante), que venia de participar en Motín a bordo (Roger Donaldson, 1984) y The good father (Mike Newell, 1985), que lo petaría a nivel mundial con su Hannibal Lecter de El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) cuatro años después y que aquí se encargaría de interpretar, de manera convincente y perfecta, al comprador y vendedor de libros usados Frank Doel; para interpretar a sus compañeros de trabajo de Marks & Co. Se ficho a Maurice Denham, actor que empezó su carrera en la década de los años 30 visto (en este caso oído) en Rebelión en la granja (Joy Batchelor & John Halas, 1954) en la que ponía voz a todos los animales, las bélicas ¡Hundid el Bismarck! (Lewis Gilbert, 1960), Operación Crossbow (Michael Anderson, 1965) y Los héroes de Telemark (Anthony Mann, 1965), La condesa Drácula (Peter Sasdy, 1971) junto a la atractiva Ingrid Pitt, Chacal (Fred Zinnemann, 1973) o Julia (Fred Zinnemann, 1977) y que aquí se metería en la piel de George Martin, el trabajador mas mayor de la librería; Wendy Morgan, que apenas tenia tres títulos cinematográficos en su haber; Yanquis (John Schlesinger, 1979), El nacimiento de los Beatles (Richard Marquand, 1979) y El espejo roto (Guy Hamilton, 1980) se hizo con el papel de Megan Wells; Ian McNeice, visto en Top Secret! (Jim Abrahams, Daviz Zucker, Jerry Zucker, 1984) y siempre recordado por mi por sus papeles en La casa Rusia (Fred Schepisi, 1990) y Escape de Absolom (Martin Campbell, 1994) interpretaría a Bill Humphries y, para rematar el apartado actoral nombrar a Judi Dench, que por aquel entonces ya tenia tras de si una larga carrera de casi treinta años con papeles importantes como los de Cuatro de la madrugada (Anthony Simmons, 1965), Un pasado en sombras (David Hare, 1985) o Una habitación con vistas (James Ivory, 1985) que le acababa de dar su primer premio BAFTA como actriz de reparto, premio al que también optaría por su interpretación de Nora Doel, esposa de Frank pese a tener un papel no muy extenso y con apenas diálogos.
El rodaje tuvo lugar entre el 24 de marzo y el 18 de junio de 1986 en diversas localizaciones entre Inglaterra y Manhattan, motivo por el que la producción se dividió en dos equipos, entre las que destacan Glynde y Eastbourne en Sussex, el Soho, Trafalgar Square, Hyde Park, Covent Garden y Lambeth en Londres, Richmond y los Shepperton Studios en Surrey y Central Park y St. Thomas Church en Manhattan y la película tuvo una recaudación entre los Estados Unidos y Canadá de 1.083.486 dolares.
Y, para finalizar la reseña comentar que Helene Hanff finalmente visito su querida librería de 84 Charing Cross Road, pero para cuando sucedió su amigo Frank Doel ya había muerto debido a una peritonitis y la librería ya había cerrado. Hanff había pospuesto su viaje demasiado tiempo debido a problemas financieros y a su renuencia a viajar y finalmente llego a Londres en el verano de 1971. Hanff relató dicha visita en su libro de 1973 “La duquesa de Bloomsbury Street” en el que describe sus visitas con amigos y admiradores a varios lugares de interés literario e histórico de Londres y el sur de Inglaterra. 7/10