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viernes, 30 de diciembre de 2016

High Season (1987)


Título Original: High Season
Título Traducido: Temporada Alta
Año: 1987
Duración: 104 Minutos
País: Reino Unido
Director: Clare Peploe
Guión: Clare Peploe, Mark Peploe
Música: Jason Osborn
Fotografía: Chris Menges
Reparto: Jacqueline Bisset, James Fox, Irene Papas, Kenneth Branagh, Sebastian Shaw, Robert Stephens, Ruby Baker, Paris Tselios, Lesley Manville.
Productora: Channel Four Films / British Screen Productions
Género: Comedia
Sinopsis: En la isla griega de Rodas se producen los encuentros entre un grupo de británicos enamorados del paraje. Entre ellos figuran una fotógrafa, su exmarido, su hija y un crítico de arte amigo de la familia.

Sé que nunca encontrare a una Jacqueline Bisset que me vuelva tan loco como cuando la vi por primera vez emergiendo de las profundidades con su camiseta mojada y sus pezones dando las largas en The Deep (Peter Yates, 1977), pero aun así de tanto en tanto me pongo alguna película suya para recordar esa mirada, esa elegancia y sobre todo esa belleza que me hace querer ser donante de esperma las 24 horas seguidas. 
Así es como llegue anoche a esta High Season (Clare Peploe, 1987) que no había visto aun. La trama -escrita conjuntamente por Clare y Mark Peploe- nos presenta a Katherine Shaw (Jacqueline Bisset), una fotógrafa inglesa que vive junto a su hija de 13 años Chloe (Ruby Baker) en Lindos, un pequeño pueblo de la isla Griega de Rodas, allí se ha dedicado a documentar las maravillas de la isla y sobre todo su luz para editar un libro titulado "La luz de Grecia" pero las ventas no están yendo demasiado bien y corre peligro de tener que vender su maravillosa y luminosa casa y dejar su paraíso particular, así que junto a un amigo historiador intentara vender una antigua vasija griega de manera ilegal para salir de sus problemas financieros. A su alrededor pululan una serie de personajes como su marido Patrick (James Fox) con el que tiene un tira y afloja continuo, un historiador del arte que guarda un gran secreto y gran amigo suyo llamado Basil Sharp (Sebastian Shaw), un vendedor local con delirios de grandeza que quiere construir un monumento a los turistas llamado Yanni (Paris Tselios), la madre de este, Penélope (Irene Papas), una mujer en duelo continuo desde la muerte de su marido y que está en contra del turismo y por lo tanto de las ocurrencias de su hijo a las que considera una ofensa a la historia familiar y nacional y un matrimonio ingles de supuestos turistas formado por Rick (Kenneth Branagh) y su mujer Carol (Lesley Manville). 
Todos ellos cruzaran sus caminos durante unos breves días del verano dando como resultado una comedia - Concha de Plata en el Festival de San Sebastian de 1987- Buenrrollista con algunos -escasos- toques dramáticos, una mini trama de espionaje y ciertas inflexiones existenciales que me ha dejado bastante buen sabor de boca. Si hay algo que destaque sobre el resto, además de la Bisset, son los maravillosos escenarios naturales y esa luz mediterránea, perfectamente retratada por Chris Menges, que lo impregna todo. Pero la película no se queda ahí, pese a que pudiese parecer algo nimia por su tono amable y desenfadado, si rascas en la superficie se pueden encontrar cositas interesantes como las contradicciones que se producen entre diferentes sectores de una determinada comunidad ante el crecimiento turístico o el contraste cultural entre la población nativa y los turistas. En fin, no estamos ante una gran película ni ante una comedia descacharrante, pero si ante una más que entretenida película con aires de documental turístico que me ha parecido que tiene cierto encanto y que se deja ver con agrado. No me ha cambiado la vida ni es una película a la que vaya a regresar con asiduidad, pero sí que la recordare con simpatía. Además, sale Jacqueline Bisset joder, y solo por eso es de obligado visionado. ¡Qué mujer!

6 / 10 


 

sábado, 24 de diciembre de 2016

martes, 20 de diciembre de 2016

The Missing Picture (2013)


Título Original: The Missing Picture
Título Traducido: La Imagen Perdida
Año: 2013
Duración: 90 Minutos
País: Camboya
Director: Rithy Panh
Guión: Rithy Panh
Música: Marc Marder
Productora: Coproducción Camboya-Francia; Catherine Dussart Productions (CDP) / Arte France / Bophana Production
Género: Documental
Sinopsis: Durante el régimen comunista de Pol Pot en Camboya (1975-1979), miles de personas fueron despojadas de sus tierras y forzadas a trabajar en campos agrícolas. La dictadura de los jemeres rojos ejecutó y torturó a cualquiera que le pareciera sospechoso de sedición. Los familiares del director Rithy Panh, quien escapó en su adolescencia de su país, fueron desapareciendo uno a uno. Para contar la historia de esta época, Panh buscó imágenes de este periodo atroz, pero no encontró nada. Entonces creó imágenes ausentes usando figuras de plastilina y dioramas. Con una belleza inusual, la narración retrata una pesadilla histórica, el trauma y la memoria de una sociedad.

El Genocidio camboyano fue obra del régimen maoísta de los Jemeres Rojos, partido político que gobernó la llamada Kampuchea Democrática entre 1975 y 1979, con una concepción extremista de la revolución. Bajo la dirección del hijo de perra de Pol Pot y su abanico, el régimen se propuso la creación de una utopía socialista agraria basada en los ideales del maoísmo y el estalinismo. Su política se caracterizo por la ruralización forzada de los habitantes de los núcleos urbanos, torturas, ejecuciones masivas, trabajos forzados generalizados y malnutrición, costando la vida de aproximadamente un cuarto de la población del país. El genocidio finalizo con la invasión vietnamita. 
Pol Pot y sus seguidores gobernaron Camboya durante menos de cuatro años, de abril de 1975 a enero de 1979, y su único legado fue matar entre un quinto y un tercio de sus compatriotas. Camboya fue un «Comunismo Tardío» radical, es decir, instauró primero un régimen comunista cuando ya se veía que ese modelo no cumplía lo que prometía. Paradójicamente, también fue el primer país en abandonarlo. Su sueño era «menos una utopía que una ucronía». Por otro lado, el sistema polpotista tenía mucho más que ver con el maoísmo que con la dictadura soviética. La ideología juega un papel fundamental en todo genocidio, y el camboyano no es la excepción. El deseo del KR era el regreso forzado de su país a un pasado mítico que supuestamente existía antes que llegara la influencia corruptora del extranjero. Se volvería a una sociedad agraria y a medida que intentaron eso causaron el genocidio.  Este intento de purificación de tipo racial, social y político condujo a la purga de líderes políticos y militares del antiguo régimen, grandes industriales, periodistas, estudiantes, médicos, abogados, vietnamitas y chinos étnicos.  El 15 de Julio de 1979, después del derrocamiento de los Jemeres Rojos, el nuevo gobierno aprobó el Decreto de Ley no. 1, por el cual se permitía el juicio de Pol Pot y Leng Sary por el delito de genocidio. Se les dio de defensor al abogado estadounidense Hope Stevens, Fueron juzgados en ausencia y condenados por genocidio.
Pues bien, todo esto de aquí arriba es lo que nos cuenta el aclamado director de documentales Camboyano Rithy Pahn -Bophana, une tragédie cambodgienne (1996), S-21, la machine de mort Khmére rouge (2003)- de primera mano ya que el ascenso de los Jemeres le pillo con apenas 11 años en los que paso de tener una vida libre y plena a vivir esclavizado bajo el régimen de Pol Pot y sus secuaces. Durante los cuatro años que Pahn paso privado de libertad tanto sus padres como hermanos murieron y el pasó por un calvario trabajando de sol a sol y sobreviviendo a duras penas picando piedra para construir arrozales o sacando arena a manta pala para hacer pantanos. Así durante cuatro años en los que apenas comía, dormía a duras penas y veía como la gente moría a su alrededor. Pasados los años se dio cuenta de que apenas existían imágenes de aquella época y sucesos, todas las imágenes que habían eran las producidas por los propios Jemeres Rojos en los que todo parecía ideal y perfecto, así que se pregunto por las imágenes perdidas -de ahí el título del documental-, aquellas que mostraban la realidad del día a día bajo una dictadura, con muertes, hambrunas, torturas y ejecuciones. Viendo que no existían decidió hacerlas el mismo, así que saco a relucir todos sus recuerdos y ya que no existían imágenes las "fabricó" el mismo haciendo unos muñecos de madera en algunas ocasiones y de arcilla en otras y representando situaciones que vivió durante esa época para darlas a conocer a la opinión publica. Puede chocar de primeras esta forma tan sui generis de contar las cosas, pero una vez metido en materia esta todo tan bien hecho que te metes de lleno en ello y los muñecos dejan de ser eso, muñecos, para pasar a convertirse en personas gracias al detallismo y la voz en off del propio director que te va contando todo lo que le sucedió durante esos cuatro años. Resumiendo, un documental muy bien hecho, con una alta carga emotiva y de obligada visión para conocer más profundamente el genocidio camboyano ya que está un poco olvidado y es bastante desconocido por no haber sucedido en el "primer mundo".

8/10

 
 

sábado, 17 de diciembre de 2016

Suicide Squad (2016)


Título Original: Suicide Squad
Título Traducido: Escuadrón Suicida
Año: 2016
Duración: 123 Minutos
País: Estados Unidos
Director: David Ayer
Guión: David Ayer
Música: Steven Price
Fotografía: Roman Vasynov
Reparto: Will Smith, Margot Robbie, Viola Davis, Jay Hernandez, Cara Delevingne, Joel Kinnaman, Jai Courtney, Jared Leto, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Karen Fukuhara, Scott Eastwood, Ben Affleck.
Productora: Warner Bros Pictures / DC Comics
Género: Superhéroes
Sinopsis: Mientras el gobierno de EE.UU no tiene claro cómo responder a una visita alienígena a la Tierra con intenciones malignas, Amanda 'El Muro' Waller (Viola Davis), la líder de la agencia secreta A.R.G.U.S., ofrece una curiosa solución: reclutar a los villanos más crueles, con habilidades letales e incluso mágicas, para que trabajen para ellos. Sin demasiadas opciones a dar una negativa, los ocho supervillanos más peligrosos del mundo acceden a colaborar con el Ejecutivo en peligrosas misiones secretas, casi suicidas, para así lograr limpiar su expediente.

Vaya por delante que las películas de superhéroes más allá de ser un mero entretenimiento pirotécnico me parecen bastante aburridas, predecibles, sosas y prescindibles. Podría hablar sobre todo el mal que están haciendo a la industria del cine, pero ni es el momento ni tengo ganas. En fin, que no soy fan. Aun así, cuando me entere de que iban a hacer una con supervillanos pensé que por lo menos sería algo diferente, además el director, David Ayer dijo que tenía pensado hacer algo irreverente y cafre con lo que mi hype subió bastante en comparación a las ultimas películas Marvel que ni fú ni fá. No soy un experto en Marvel ni en DC así que lo que diga al respecto no tiene ningún crédito. Por lo poco que se el Escuadrón Suicida (también conocido como Task Force X) fue creado para los comics por Robert Kanigher y Ross Andru a principios de los 60 con la intención de salirse un poco de la norma y crear un grupo de supervillanos ya que los superhéroes con mallas y colorines ya copaban demasiado mercado. 
Y con esas llegamos a 2016 y el estreno de su versión cinematográfica dirigida, como ya he dicho antes por David Ayer, que tenia trabajos previos bastante interesantes como Sin Tregua (2012) o Sabotage (2014) lo que hacía presagiar algo por lo menos diferente a lo visto hasta ahora en las películas de superhéroes. Pero tras verla constato que no hay nada nuevo bajo el sol, no sé si a Ayer le ha salido un churro mierdero o los mandamases de Warner han metido tijera y mano en la producción -que es lo más probable- porque del dicho al hecho hay un trecho y de todo lo que se dijo en preproducción no ha quedado nada. Se suponía que iba a ser una película oscura, gamberra y tocapelotas y al final es más de lo mismo pero peor. En fin, que me enrollo. Vamos al argumento. Tras la supuesta muerte de Superman en Batman V. Superman: El Amanecer de la Justicia (2016), la agente de inteligencia Amanda Waller (Viola Davis) no se fía un pelo de tanto "Metahumano" suelto así que decide crear una fuerza de choque para combatir a posibles amenazas y no tiene mejor idea que reclutar a lo peor de lo peor de cada casa; Un asesino a sueldo llamado Deadshot (Will Smith), a la loca del coño de Harley Quinn (Margot Robbie), el piroquinetico y ex-pandillero Diablo (Jay Hernández), un chorizo con predilección por los unicornios rosas llamado Capitán Boomerang (Jay Courtney), un adefesio con aspecto de cocodrilo llamado Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), un tipo que no se que hace, Slipknot (Adam Beach) y una arqueóloga llamada June Moon (Cara Delevingne) que ha sido poseída por una bruja, todos ellos al mando de Rick Flag (Joel Kinnaman), un Seal de operaciones especiales que tiene por guardaespaldas a una experta con la Katana llamada ídem. Como era de esperar la propia solución acaba convirtiéndose en la amenaza y el guion se va a tomar por saco. 
Bueno, antes de ver la película ya había oído pésimas criticas y todo el asunto me olía bastante mal, aun así decidí verla más que nada por la siempre fascinante presencia de Margot Robbie -El lobo de Wall Street (2013), Focus (2015)-, pero ni por esas. A los cinco minutos ya me estaba preguntando ¿qué cojones me quieren contar con esta mierda? El guion hace aguas desde el inicio, la presentación de personajes esta deslavazada y da mucho más importancia a unos (Deadshot y Harley Quinn) que a otros (Todos los demás), la presencia del Joker es irrisoria -por lo visto Jared Leto la lio parda en las redes sociales por este asunto- y para colmo lo que se supone que son una banda de hijos de puta al más puro estilo Doce del Patíbulo (Robert Aldrich, 1967) acaba convertido en una reunión de colegas con buen corazón, chistes malos, diálogos sin puta gracia ni enjundia y un batiburrillo de escenas de acción que a nadie le importan un jodido carajo porque no se han esforzado en crearnos una empatía previa ni ningún arco dramático mínimamente interesante para que algo nos importe o congeniemos con alguno de los personajes más allá del culo de Margot Robbie que luce la mar de bien y claro, todo acaba sumido en un caos narrativo del que David Ayer no sabe como cojones salir. En fin, pese a que no esperaba gran cosa sí que esperaba un poco más de lo que me he encontrado, que es una película olvidable y prescindible que únicamente se salva por la magnética presencia de Margot Robbie -¡sí, soy un pesado!-. Aun así ya hay rumores de una continuación -la película costo 175.000.000 y lleva recaudados 750.000.000- y una más que probable película en solitario sobre Harley Quinn. 

3.5 / 10 


 

martes, 13 de diciembre de 2016

The Man Who Saved The World (2014)


Título Original: The Man Who Saved The World
Año: 2014
Duración: 110 Minutos
País: Dinamarca
Director: Peter Anthony
Música: Kristian Eidnes Andersen
Fotografía: Kim Hattesen, Anders Löfstedt
Productora: Statement Film / WG Film / Ego Media / Beofilm
Género: Documental / Guerra Fría
Sinopsis: Durante momentos cruciales, el 26 de septiembre de 1983, Stanislav Petrov tuvo el destino del mundo en sus manos. Cuando se encendió una alarma de alerta nuclear, Serpukhov-15, hacia Soviética centro, Stanislav fue responsable de reaccionar a un informe en el que cinco misiles nucleares estadounidenses se dirigían hacia la Unión Soviética. En lugar de tomar represalias, Stanislav siguió su instinto y fue en contra del protocolo, convenciendo a las fuerzas armadas que se trataba de una falsa alarma. Su decisión salvó al mundo de un posible holocausto nuclear devastador.

Hace treinta y tres años, el 26 de septiembre de 1983, el mundo se salvó de un posible desastre nuclear. En las primeras horas de la mañana, los sistemas de alerta temprana de la Unión Soviética detectaron un ataque con misiles desde EE.UU. Los reportes de la computadora sugerían que varios misiles nucleares habían sido lanzados. El protocolo para el ejército soviético habría sido tomar represalias con un ataque nuclear. Pero el oficial de guardia Stanislav Petrov -cuyo trabajo era registrar aparentes lanzamientos de misiles enemigos- decidió no informar a sus superiores y en su lugar los descartó como una falsa alarma. Esto fue una violación de sus tareas, una negligencia en el cumplimiento del deber. Lo más seguro habría sido pasar la responsabilidad, referirlo a un superior. Pero su decisión puede que salvase al mundo. "Tenía todos los datos (para sugerir que había un ataque con misiles en curso). Si hubiera enviado mi informe a la cadena de mando, nadie habría dicho nada en contra", explicó al servicio ruso de la BBC, 30 años después de ese turno de noche. 
Petrov -que se retiró con el rango de teniente coronel y ahora vive en un pequeño pueblo cerca de Moscú- era parte de un equipo bien entrenado que servía a una de las bases de alerta temprana de la Unión Soviética, no lejos de Moscú. Su entrenamiento era riguroso, sus instrucciones muy claras. Su trabajo consistía en registrar los ataques con misiles e informar de ellos a la cúpula militar y política soviética. En el clima político de 1983, un ataque en represalia habría sido casi seguro. Y, sin embargo, cuando llegó el momento, asegura que casi se congeló en su lugar. "La sirena aulló, pero me senté allí durante unos segundos, mirando a la pantalla roja, grande, retro iluminada con la palabra "lanzamiento" brillando en ella". El sistema le decía que el nivel de fiabilidad de dicha descripción era el "más alto". No podía haber ninguna duda. Estados Unidos había lanzado un misil. "Un minuto más tarde la sirena sonó de nuevo. El segundo misil había sido lanzado. Entonces la tercera y la cuarta y la quinta. Las computadoras cambiaron de alertas de "lanzamiento" a "ataque con misil"". Aunque la naturaleza de la alerta parecía muy clara, Petrov tenía algunas dudas. Además de especialistas de informática, como él, la Unión Soviética tenía otros expertos también observando las fuerzas de misiles de EE.UU. Un grupo de operadores de radar por satélite le dijo que no habían registrado ningún misil. Pero esas personas eran sólo un servicio de apoyo. El protocolo decía, muy claramente, que la decisión tenía que ser sobre la base de las lecturas de la computadora. Y esa decisión correspondía a él, el oficial de guardia. Si se equivocaba, las primeras explosiones nucleares habrían ocurrido minutos más tarde. "Veintitrés minutos más tarde me di cuenta de que no había pasado nada. Si hubiera habido un ataque real, entonces yo lo hubiera sabido. Fue un gran alivio", Pocos días después, Petrov recibió una reprimenda oficial por lo que pasó esa noche. No por lo que hizo, sino por los errores en la bitácora.   
Se mantuvo en silencio durante 10 años. "Pensé que era una vergüenza para el ejército soviético que nuestro sistema fallara de esa manera". Pero, tras el colapso de la Unión Soviética, la historia llegó a los medios. Petrov recibió varios premios internacionales. Pero él no piensa en sí mismo como un héroe. "Ese era mi trabajo”, “Pero ellos tuvieron la suerte de que fuera yo el del turno de la noche". Esta historia poco o nada conocida es la que nos cuenta el director y guionista Danés Peter Anthony en este su primer trabajo en el campo de los documentales. Pero pese a que pudiese parecer un documental centrado en la Guerra Fría y en el hecho en cuestión del posible lanzamiento de los misiles nucleares por ambas potencias al final es más un pretexto para darnos a conocer a Stanislav Petrov -todo un personaje-. Con la excusa de una invitación por parte de la ONU para que Petrov reciba una condecoración en la sede de Nueva York el director sigue a Petrov con sus cámaras y gracias a ello nos da a conocer a la persona que salvo al mundo de una más que probable aniquilación nuclear. En la época de los sucesos narrados Petrov perdió a su joven esposa debido al Cáncer. Eso, mas la reprimenda de sus superiores por su conducta durante la noche de los "Falsos Misiles" y una relación inexistente con su madre desde que era niño han hecho de Petrov un viejo cascarrabias, iracundo, desagradable e incluso violento en sus formas. Todo esto lo vamos conociendo gracias a la relación que se establece entre Petrov y Galiana Kalinina, la joven traductora Rusa que lo acompaña hasta los Estados Unidos, a la que saca de quicio en numerosas ocasiones. Durante su viaje acompañaremos a esta "pareja" hasta la ONU, pero también a sus encuentros con Robert De Niro y Matt Damon -al que Petrov confunde con el hijo de De Niro- y especialmente a un encuentro más privado con Kevin Costner, el actor favorito de Petrov. Bien, mas allá de la historia sobre los misiles -recreada con actores- lo que me ha parecido más interesante del documental ha sido precisamente el viaje físico e interior que emprenden tanto Petrov como su traductora, una joven que al principio no soporta al viejo loco y poco a poco se va dando cuenta de el porqué de su comportamiento y sobre todo de como gracias a él estamos vivos. En fin, un documental muy interesante que me ha gustado más por el personaje en sí que por los hechos que cuenta. Me han parecido cojonudos todos los momentos en los que Petrov se enfurece al hablar sobre los políticos y su predisposición a pulsar los gatillos nucleares, al tío se le ve que esta hasta los cojones y como él dice, tarde o temprano nos lanzaremos las bombas y nos iremos a tomar por culo, deberían hacerle caso cuando dice; "La mejor manera de acabar con tu enemigo es convirtiéndolo en tu amigo".

6 / 10