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miércoles, 30 de octubre de 2019

The Dead Don´t Die (Jim Jarmusch, 2019)


Jim Jarmusch sigue con sus películas al margen de modas y tres años después de Paterson se sumerge en el universo zombi (por lo visto fue Tilda Swinton quien durante el rodaje de Sólo los amantes sobreviven (2013) quien le dio la idea sobre hacer una película de zombis) para perpetrar una divertimento sin pretensiones junto a su camarilla de sospechosos habituales y que pese a que me temía lo peor me ha parecido una película prescindiblemente encantadora y lacónica, sobretodo en su primer tercio, tras la aparición de los zombis se me viene todo un poco abajo y empiezo a ver clichés mil veces vistos en el genero.
Su trama es simple como un botijo o como el Simple Jack de Ben Stiller en Tropic Thunder (2008); Debido al cambio en el eje de la Tierra y nosequé chorradas mas los muertos vuelven a la vida y en la pequeña localidad de Centerville en los Estados Unidos un variopinto grupo de personajes tendrá que hacerles frente.
La película (que abrió el festival de Cannes de este año) está producida por Animal Kingdom (productora de su anterior Paterson e It Follows -David Robert Mitchell, 2014- entre otras) junto a la productora sueca Film i Väst, considerada como el mayor centro de producción de cine y series de Escandinavia y que entre otras películas ha producido Atómica (David Leitch, 2017), La casa de Jack (Lars Von Trier, 2018), La caza (Thomas Vinterberg, 2012) o Thelma (Joachim Trier, 2017) y distribuida por Focus Features en EEUU y Universal Pictures en el resto del mundo. Fue rodada casi enteramente en la localidad de Fleischmanns (Nueva York) y a fecha de hoy lleva recaudados 14 millones de dólares a nivel mundial (No he podido encontrar cifras sobre su presupuesto) siendo la primera de sus películas tras más de 35 años de carrera en tener un estreno como Dios manda en más de 600 salas a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Está protagonizada por Bill Murray (en su tercera colaboración con el director tras Coffe and Cigarrettes y Flores rotas), Adam Driver, Chloë Sevigny, Steve Buscemi, Danny Glover, Tom Waits, Tilda Swinton, Carol Kane (en un papel originalmente escrito para Bruce Campbell pero que este rechazo por estar hasta los cojones de tanta sesión de maquillaje y prótesis a lo largo de su carrera), Caleb Landry Jones, Rosie Pérez, Iggy Pop (Según Jarmusch, Iggy Pop le pregunto sobre el trasfondo de su personaje y este le dijo que interpretaba a un motorista que moría en un accidente de tráfico en 1973 tras un concierto de Blue Öyster Cult, lo cual tiene su aquel ya que en ese año Pop giro junto a los Blue Öyster y Kiss) y Selena Gómez (su personaje conduce un Pontiac LeMans, el mismo modelo que utilizaban los personajes de Judith O´Dea y Russell Streiner en Night of the living dead (1968) de George A. Romero) y para rematar el apartado actoral decir como curiosidad que Daniel Craig iba a tener un papel en la película, pero debido a problemas de agenda su calendario de rodaje interfería con el de Adam Driver, así que Jarmusch prescindió de su personaje antes del rodaje. En resumidas cuentas, una película no recomendada para todo el mundo (no creo que guste a los talifans del genero de zombis) intrascendente, ligera y que no aporta nada al género de la comedia ni al de zombis, pero que tiene unos primeros 40 minutos absolutamente brillantes (por lo menos para mí) gracias principalmente a las interpretaciones de Bill Murray y Adam Driver, a la atmosfera logradísima de ese pequeño pueblo de la América profunda y a una estupenda fotografía. Ojala en vez de una película de zombis hubiese sido una película costumbrista sobre la vida de los habitantes de Centerville y sus pequeños quehaceres diarios. Por cierto, genial el tema principal de la película “The dead don´t die”, interpretado por Sturgill Simpson. 5/10

domingo, 27 de octubre de 2019

American Beauty (Sam Mendes, 1999)


Me acabo de comer con patatas la entretenida pero jodidamente sobrevalorada American Beauty, debut cinematográfico del ahora renombrado y afamado Sam Mendes, director de entre otras Camino a la perdición (2002), Revolutionary Road (2008) y el díptico de 007 interpretado por Daniel Craig, Skyfall (2012) y Spectre (2015), pero que por esos días tan solo se dedicaba a rodar telefilmes, musicales y alguna que otra obra de teatro hasta que se le abrieron las puertas del paraíso con la oferta para dirigir esta película tras las negativas de Terry Gilliam, director de Brazil (1985), Doce monos (1995) o El rey pescador (1991), Mike Nichols, que había dirigido películas como El graduado (1967), Armas de mujer (1988) o A propósito de Henry (1991) y David Lynch, que por aquel entonces contaba en su haber con películas como El hombre elefante (1980), Terciopelo azul (1986), de la que bebe mucho esta American Beauty y Carretera perdida (1997) entre otras.
El germen de la película es cosa del guionista Alan Ball, por aquel entonces un desconocido pero que a raíz de este guion y la creación de la maravillosa serie A dos metros bajo tierra (2001) y de la no tan maravillosa True Blood (2008) paso a ser mundialmente conocido a la vez que su cuenta corriente crecía exponencialmente.
En fin, que Ball escribió el guion –tras inspirarse viendo una bolsa de plástico flotando por el aire mientras estaba sentado en un banco en la plaza del World Trade Center- con la intención de convertirlo en una obra teatral, en parte inspirada en el circo mediático que se inicio en torno al juicio de Amy Fisher (apodada como La Lolita de Long Island, es una mujer estadounidense que alcanzó la fama en 1992, cuando, a los 17 años, disparó e hirió de gravedad a Mary Jo Buttafuoco, mujer de su amante Joey Buttafuoco. Inicialmente, fue acusada de intento de asesinato en primer grado, pero se declaró culpable de asalto con agravado en primer grado, cumpliendo siete años de prisión. Tras obtener la libertad condicional en 1999, Fisher se convirtió en periodista y escritora, llegando a tener una carrera como actriz pornográfica entre 2007 y 2012), pero tras darle vueltas al asunto y darse cuenta de que no funcionaria sobre las tablas, decidió adaptar el guion para cine dándole un tono mas cínico influenciado por su experiencia como escritor de sitcoms. Tras enseñarle el borrador a los productores Dan Jenkins y Bruce Cohen todo lo escrito se fue a la mierda y volviendo al punto de partida (aquella bolsa flotante) empezó de cero y creo el guion definitivo de American Beauty tal y como lo conocemos y vimos en la pantalla grande, a saber; Lester Burnham (Kevin Spacey), un cuarentón en crisis, cansado de su trabajo y de su mujer Carolyn (Annette Bening), despierta de su letargo cuando conoce a la atractiva amiga (Mena Suvari) de su hija (Thora Birch), a la que intentará impresionar a toda costa. Además, la trama relata la vida de esta disfuncional familia y su relación con sus vecinos, la familia Fitts, compuesta por un ex-marine (Chris Copper), su hijo (Wes Bentley) y camello en su tiempo libre y su depresiva esposa (Allison Janney) amen de abarcar temas como la importancia dada por las sociedades occidentales modernas a la apariencia y el éxito económico, y como estos menoscaban las relaciones interpersonales, deformándolas y generando en ocasiones una necesidad de escapar, así como la satisfacción personal, el amor paternal, la belleza, el materialismo, la auto liberación y la redención, todo eso si, a modo de sátira.
Bueno, nos habíamos quedado en Dan Jenkins y Bruce Cohen, estos productores lograron que el estudio DreamWorks (propiedad de Steven Spielberg y que tras leer el guion dijo; “vamos a hacer esta película y no le vamos a cambiar ni una coma al guion”) comprase el guion por 250.000 dólares, cifra que supero la oferta de otras productoras también interesadas en el. DreamWorks financio la producción fijando un presupuesto de 15 millones de dólares, un montante barato ya que la recaudación llego a los 130 millones en los Estados Unidos y a un total de 356 millones a nivel mundial.
Para interpretar a Lester Burnham, Sam Mendes tuvo en mente desde un principio a Kevin Spacey, que llevaba cuatro años petándolo gracias a películas como Sospechosos Habituales (Bryan Singer, 1995), Seven (David Fincher, 1995), L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) o Negociador (F. Gary Gray, 1998), pero los ejecutivos de DreamWorks querían contar con un actor más conocido y antes que a Spacey le ofrecieron el papel tanto a Tom Hanks como a Kevin Costner, Jeff Daniels, Bruce Willis, John Travolta e incluso se pensó seriamente en Chevy Chase, que declino la oferta por “su política de hacer solo películas familiares”, del mismo modo, el estudio sugirió varias actrices para encarnar a Carolyn, entre ellas Holly Hunter y Helen Hunt, pero finalmente Mendes se impuso y le ofreció el papel a Annette Bening. Así mismo el papel que finalmente cayó en manos de Thora Birch, iba a ser en un principio para Jessica Biel, pero debido a problemas de agenda con el rodaje de su serie Siete en el paraíso (1996) tuvo que declinar la oferta. Para interpretar a la “obsesión” de Lester Burnham, Angela, antes de ofrecerle el papel a Mena Suvari se le ofreció a Kirsten Dunst (que lo rechazo según las malas lenguas por no querer besar a Kevin Spacey), también Sarah Michelle Gellar rechazo el papel por compromisos con la serie Buffy la cazavampiros (1997), al igual que Katie Holmes y Brittany Murphy que también rechazaron el papel por diversos motivos. Las que no rechazaron el papel pero no fueron seleccionadas tras el casting fueron Kate Hudson, Majandra Delfino y Tiffani Thiessen (Si, la Kelly Kapowski de la mítica Salvados por la campana) y para rematar el elenco actoral se contrato a Chris Cooper para interpretar al vecino, ex-marine y homosexual reprimido y a Wes Bentley, en un papel para el que se presentaron Jake Gyllenhaal y Seth Green para interpretar a Ricky Fitts, vecino, camello y love interest de Thora Birch, que tras hacerse con el papel tuvo que ver cómo tanto sus padres como un representante del sindicato la seguían a sol y sombra por el plato ya que por aquel entonces tan solo tenía 17 años y dependía del beneplácito de sus progenitores para rodar determinadas escenas (como la de su topless, por ejemplo). Con el elenco ya elegido la fotografía principal de la película se llevo a cabo entre diciembre de 1998 y febrero de 1999 entre Sacramento (tomas aéreas) y Los Angeles (Hamburguesería, salón de tiro y casa de los Burnham), Torrance (instituto de Jane, Angela y Ricky) y los estudios de la Warner Brothers en Burbank (California). Una labor, la de director de fotografía que recayó en Conrad L. Hall (tras la negativa de Frederick Elmes por no gustarle el guion) que venía recomendado por el mismísimo Tom Cruise que venía de trabajar como productor con él en la película Sin Limites (Robert Towne, 1998).
La película fue incluida en la lista de “Las 1001 películas que tienes que ver antes de morir” del crítico Steven Schneider y estuvo nominada a siete Oscar de la academia, ganando cinco de ellos; Mejor actor para Kevin Spacey, que se impuso a Russell Crowe (El dilema), Richard Farnsworth (Una historia verdadera), Sean Penn (Acordes y desacuerdos) y Denzel Washington (Huracán Carter). Mejor película (primer Oscar en dicha categoría para DreamWorks) tras imponerse a Las reglas de la casa de la sidra, La milla verde, El dilema y El sexto sentido. Mejor director para Sam Mendes que se enfrentaba a Spike Jonze (Como ser John Malkovich), Lasse Hallström (Las normas de la casa de la sidra), Michael Mann (El dilema) y M. Night Shyamalan (El sexto sentido). Mejor guion original para Alan Ball frente a Charlie Kaufman (Como ser John Malkovich), Paul Thomas Anderson (Magnolia), M. Night Shyamalan (El sexto sentido) y Mike Leigh (Topsy-Turvy) y Oscar a mejor fotografía para Conrad L. Hall tras imponerse a Robert Richardson (Mientras nieva sobre los cedros), Emmanuel Lubezki (Sleepy Hollow), Roger Pratt (The end of the affair) y Dante Spinotti (El dilema). Annette Bening perdió su Oscar a manos de Hilary Swank por Boys don´t cry, Thomas Newman hizo lo propio y perdió en el apartado de mejor banda sonora frente a John Corigliano por El violín rojo y Tariq Anwar y Christopher Greenbury perdieron el suyo a mejor montaje frente a Zach Staenberg por Matrix. Y, para finalizar, una curiosidad, el cuerpo que sale en el poster de la película no es el de Mena Suvari, sino una mezcla entre la modelo Chloe Hunter (que presta su estomago) y el de la por aquel entonces desconocida Christina Hendricks de la que usaron su mano.
En fin, que la película se deja ver, pero con el paso del tiempo se le notan más las costuras y para mi esta tremendamente sobrevalorada. Rasca mucho y en diversos ámbitos, pero se queda en la superficie. 5/10