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viernes, 6 de diciembre de 2019

Red Rock West (John Dahl, 1993)



Cuatro años después de su interesantísimo debut cinematográfico con La muerte golpea dos veces (1989), el director John Dahl nos volvía a ofrecer una trama con venganzas, intentos de asesinato, la obligada Femme fatale y giros de guion variados típicos del genero con esta Red Rock West. Sencilla y con un diseño de producción austero, pero muy entretenido vehículo neonoir, que sin llegar a la altura de su siguiente y grandiosa película (¡Ay, Linda Fiorentino, ay!) La última seducción (1994) dejaba muy buen regusto de boca.
La película, producida por Propaganda Films y PolyGram Filmed Pictures contó con un presupuesto de 8 millones de dólares y su recaudación a nivel mundial fue de unos irrisorios y escasos 2,5 millones, a los que si les quitas el porcentaje para los exhibidores te da como resultado una birria que te da para pipas y poco más. Columbia Tri-Star se había hecho con los derechos de distribución para el mercado americano de la película por un montante de 2.5 millones de dólares, dejando la distribución internacional a cargo de Manifesto Films, empresa subsidiaria de PolyGram, pero tras un nefasto test screen tras el que incluso Peter Graves, consultor independiente que trabajaba para el departamento de marketing de PolyGram no sabía cómo cojones vender la película ya que según sus propias palabras; “la película no entraba en ningún target vendible ya que a estas alturas de la película (nunca mejor dicho) nadie quería ver un western neonoir” tanto Propaganda, como PolyGram y Columbia se pusieron a temblar ante la debacle que se les avecinaba. Uno de los productores propuso mandar la película al festival de Sundance, pero los responsables del estudio le dijeron que ni de coña, ya que la película no era festivalera y los críticos la arrastrarían por el suelo. Finalmente Columbia decidió vender los derechos a la televisión por cable, más concretamente a la HBO y estos la emitieron durante el otoño de 1993 la friolera de siete veces para ver si la gente la veía a la fuerza y podían sacar algo de ella, pero nada, que no había manera de que arrancase la cosa.
Pese a ser un fracaso de taquilla en los Estados Unidos, la película se estreno con cierto éxito en Alemania, Francia e Inglaterra durante el verano de 1993. Piers Handling, director del Festival Internacional de Cine de Toronto vio la película en Paris y decidió emitirla en su festival en septiembre de ese año. Bill Banning, propietario del Roxie Cinema de San Francisco se intereso por la película tras verla en Toronto e intento hacerse con los derechos, pero al haberse estrenado ya en HBO y estar preparada su salida en video fue un proceso bastante arduo encontrar al propietario de dichos derechos, así que no fue hasta Enero de 1994 cuando por fin Banning pudo estrenar la película en su cine y tras un pequeño pero considerable éxito de taquilla la película se proyecto en ocho cines mas de San Francisco y de ahí paso a estrenarse en Los Ángeles y Nueva York. La película fue un fracaso de taquilla para el estudio, pero seguramente sin esta maniobra, tanto por parte de Piers Handling y luego de Bill Banning, la película, además de ser un sonoro fracaso, no habría recaudado ni un solo céntimo más allá de su venta a HBO.
La película contó con un guion del propio John Dahl, que ya había ejercido de escritor previamente para Nigel Dick en su película de 1987, Precio a tu cabeza y en su debut cinematográfico, La muerte golpea dos veces y que para esta Red Rock West colaboro en la escritura su hermano Rick, que tras esta aventura en el mundo cinematográfico tan solo volvió a participar como guionista en un capítulo de la serie Terror en estado puro de 2009 y en una película de Serie B llamada The Midnight Game (2013). Para la banda sonora se contrataron los servicios de William Olvis, que mas allá de trabajar en infinidad de Tv Movies solo cabe destacar su participación en La muerte golpea dos veces y su colaboración con la canción Soul of the Land en la banda sonora de la magnífica película dirigida por Andrew Davis e interpretada por Gene Hackman, Tommy Lee Jones y Joanna Cassidy, A la caza del lobo rojo de 1989. Fue rodada íntegramente en Arizona pese a que toda la trama se sitúa en el estado de Wyoming y para los papeles principales se contrato a Dennis Hopper, para el que Dahl pensó el papel del sheriff corrupto Wayne, pero Hopper acepto trabajar en la película con la condición de interpretar al asesino a suelo Lyle, cosa que no gusto a los productores pero que decidieron aceptar. Antes de contratar a Nicolas Cage como protagonista, Dennis Hopper le sugirió a John Dahl a Kris Kristofferson para el papel ya que eran buenos amigos desde los tiempos de The last movie (Robert Altman, 1971) y últimamente andaba arrastrándose en papeles para Tv Movies, pero Kristofferson declino el trabajo sin tan siquiera haber leído el guion ya que según el tenia unos horarios muy apretados. Al final el elegido fue Nicolas Cage, que venía de trabajar en películas como Corazón Salvaje (David Lynch, 1990), en la infravalorada y divertidisima Pájaros de fuego (David Green, 1990) o en la entretenida pero olvidada Atrapen al ladrón ¿Al blanco o al negro? (E. Max Frye, 1993) junto por aquel entonces un desconocido (pero a punto de petarlo) Samuel L. Jackson y que acepto el papel única y exclusivamente por la insistencia de su famoso tío Francis Ford Coppola, declarado admirador de la primera película de Dahl, La muerte golpea dos veces.
Para el papel de Femme Fatale y coprotagonista del film se eligió a la guapísima Lara Flynn Boyle, que venía de participar en películas como Poltergeist III (Gary Sherman, 1988), El Principiante (Clint Eastwood, 1990), El imperio del mal (Michael Karbelnikoff, 1991) o Wayne´s World 2: ¡Que desparrame! (Penelope Spheeris, 1992) y que más tarde me enamoraría perdidamente tanto en Afterglow (Alan Rudolph, 1997) como en Happiness (Todd Solondz, 1998). Y, finalmente pero no menos importante se contrataron los servicios del mítico J.T. Walsh para interpretar al codicioso hijo de puta de Wayne. Walsh, un secundario de autentico lujo (y especialista en este tipo de papeles) y de los que ya no hay había trabajado en infinidad de proyectos previamente entre los que yo destacaría; Good Morning, Vietnam (Barry Levinson, 1987), Conexión Tequila (Robert Towne, 1988), Los timadores (Stephen Frears, 1990), La casa Rusia (Fred Schepisi, 1990), Llamaradas (Ron Howard, 1991), Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992) o En el corazón de la jungla (Luis Llosa, 1993).
En resumen, si te va el cine negro y más concretamente el neonoir americano, las películas con pocos (pero carismáticos) personajes y las historias que suceden en pequeños pueblos alejados de las carreteras estatales, dale una oportunidad porque, sin ser una grandísima película, si que te hará pasar un entretenido rato. 6/10

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