Bienvenidos.

martes, 10 de diciembre de 2019

Veredicto Final (Sidney Lumet, 1982)


Interesante drama jurídico de 1982 dirigido sobriamente por Sidney Lumet, director de infinidad de grandes películas como 12 Hombres sin piedad (1957), Piel de serpiente (1960), Punto límite (1964), Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Network (1976) y que justo antes de esta Veredicto final venia de marcarse dos peliculones que me encantan como El príncipe de la ciudad (1981), con uno de mis actores infravalorados favoritos, el grandísimo Treat Williams y La trampa de la muerte (1982).
La película que nos atañe está basada en la novela homónima de Barry Reed (el cual cedió sus derechos para adaptarla al cine por la módica suma de 150.000 dólares), tiene un guion del dramaturgo y escritor David Mamet, su segundo guion para cine tras el de El cartero siempre llama dos veces (Bob Rafelson, 1981) y que curiosamente pese a llamarse El Veredicto (el borrador final) carecía de veredicto y fue Sidney Lumet quien convenció a Mamet para que agregase un veredicto y la película pusiese tener un desenlace en el tercer acto. Está producida por David Brown y Richard D. Zanuck, productores ambos de entre otras Licencia para matar (Clint Eastwood, 1975), Tiburón (Steven Spielberg, 1975) o Cocoon (Ron Howard, 1985) y fue distribuida por la 20th Century Fox. Cuenta con una banda sonora compuesta por Johnny Mandel, creador de entre otras A quemarropa (John Boorman, 1967), M.A.S.H (Robert Altman, 1970) o La trampa de la muerte (1982) del propio Lumet.
La película se rodo entre Toronto, Boston y Nueva York. Conto con un presupuesto de 16 millones de dólares y recaudo a nivel mundial unos 54 aproximadamente, convirtiéndose en una película rentable, pero ajustadilla. Aun y con esas obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar (yéndose de vacío, eso sí) de ese año; Mejor película (se lo llevo Ghandi) mejor dirección para Sidney Lumet (gano Richard Attenborough por Ghandi), mejor actor a Paul Newman (fue para Ben Kingsley por, si, Ghandi), mejor actor de reparto a James Mason (adjudicado a Louis Gossett Jr. Por Oficial y Caballero) y mejor guion adaptado a David Mamet (se lo llevo Costa-Gavras por Desaparecido) siendo la única película de ese año nominada a “Mejor película” que no se lleva nada.
La trama nos presenta a Frank Galvin (Paul Newman), un abogado de cierta edad venido a menos, que pasa el tiempo bebiendo y haciendo pequeños trabajos en los que la ética y la moral no tienen cabida. Un antiguo socio, Mickey Morrissey (Jack Warden) le recuerda el caso de un error médico cometido en un hospital, que todavía no ha concluido. Galvin, a duras penas, realiza un gran esfuerzo para trabajar de nuevo de forma profesional y poco a poco se va interesando mas por el caso y por hacer justicia. A medida que prepara el caso recibe ofertas económicas para arreglar el asunto sin ir a juicio. Pero Galvin está dispuesto a jugárselo todo, para conseguir una importante indemnización para los familiares y para rehacerse como abogado. Sin embargo, la parte contraria, dirigida por el abogado Ed Concannon (James Mason), también está decidida a ganar el caso sea como sea y está decidida a conseguirlo utilizando incluso todo tipo de medios sucios para ello hasta el punto de incluso sobornar a una ayudante suyo, Laura Fischer (Charlotte Rampling). También el juez está en contra de Frank y todo finalmente dependerá del veredicto final.
En cuanto a las curiosidades, decir que en un principio estaba previsto que la película la dirigiese Arthur Hiller, que en ese momento era un pilar para la 20th Century Fox ya que venía de trabajar con ellos en Su otro amor (1982) y Autor, autor (1982), pero tras leer el guion escrito por David Mamet se bajo del barco por diferencias creativas (vamos, que le pareció una mierda de guion). Tras la negativa de Hiller se dejo de lado la contratación del director y se centraron en buscar un protagonista, el elegido fue Robert Redford, que venía de tener un gran éxito con Brubaker (Stuart Rosenberg, 1980), pero tras leer el guion de Mamet se sintió incomodo con el personaje principal y con el hecho de tener que interpretar a un alcohólico y contrato a otro escritor para hacer un nuevo borrador, pero finalmente al igual que Hiller abandono en proyecto para centrarse en la preparación de su mítico personaje en El mejor (Barry Levinson, 1984). En fin, que vuelta a la casilla de salida y de nuevo a buscar director y protagonista principal. Los meses pasaron y finalmente la Fox le ofreció la silla de director a Sidney Lumet, este leyó todos los borradores que había disponibles y decidió que la versión de Mamet era la que debía hacerse. Con el director ya ejerciendo era hora de buscar al actor que encarnaría a Frank Galvin, en la terna figuraron actores de renombre como; Roy Scheider, que era el favorito de Arthur Hiller, pero que ya estaba comprometido con la producción de Bajo sospecha (Robert Benton, 1982) y la preproducción de El trueno azul (John Badham, 1983), Dustin Hoffman, Jon Voight, Cary Grant, William Holden (con quien Lumet había trabajado en Network seis años atrás) e incluso Frank Sinatra, pero ninguno de ellos acepto por diversos motivos. Finalmente fue Paul Newman, que venía de rodar Ausencia de malicia (Sydney Pollack, 1981) y Distrito Apache (Daniel Petrie, 1981) en quien recayó un papel que le reporto una candidatura al Oscar y la inclusión en la lista de “100 años… 100 héroes y villanos” del American Film Institute.
Para interpretar a Laura Fischer se le ofreció el papel a Julie Christie, que salía del rodaje de Memorias de una superviviente (David Gladwell, 1981) y que rechazo el papel porque ya se había comprometido para rodar El retorno del soldado (Alan Bridges, 1982) y Les quarantièmes rugissants (Christian de Chalonge, 1982) así que finalmente la productora se decanto por Charlotte Rampling, que acababa de rodar Recuerdos (1980) a las órdenes de Woody Allen y no tenia proyecto a la vista.
Para el papel del infatigable compañero y mentor de Frank, Mickey, se contrato a Jack Warden, actor clásico y de amplísima trayectoria tanto en televisión como en cine que ha participado en películas como 12 Hombres sin piedad (1957) del propio Lumet, Torpedo (Robert Wise, 1958), La taberna del irlandés (John Ford, 1963), Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976) o más recientemente en ese pequeña joyita que es Equipo a la fuerza (Howard Deutch, 2000) y que según IMDB fue su última película hasta su fallecimiento seis años después a la edad de 85 años en Nueva York.
Y para finalizar, el antagonista, villano (o como queráis llamarlo) de la función, el pérfido y desalmado Ed Concannon, interpretado de manera magistral (le valió una nominación al Oscar, como ya hemos dicho anteriormente) por James Mason.
Decir que la película fue clasificada (en junio de 2008) por el American Film Institute como la cuarta mejor película del género “Courtroom Drama” y para rematar la faena un pequeño huevo de pascua; entre los personajes en la sala del tribunal durante el dramático discurso de clausura se encuentra un joven Bruce Willis. Ea. 7/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario