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domingo, 8 de diciembre de 2019

Seven Men From Now (Budd Boetticher, 1956)


Tras escuchar en el clásico y mitiquisimo programa de radio Cowboys de Medianoche a Eduardo Torres Dulce hablar sobre esta 7 Men From Now como una de las películas de su vida, me picó la curiosidad y decidí darle un vistazo a ver qué tal estaba y he de decir que pese a que no la incluiría en una lista de mis westerns favoritos, me ha parecido una buena muestra del genero, con un protagonista con un carisma a prueba de balas, unas localizaciones naturales la mar de sugestivas, un férreo guion (que nos cuenta la historia de Un antiguo sheriff (Randolph Scott), que atormentado por el asesinato de su mujer a manos de siete atracadores durante un robo a la Wells Fargo, decide vengarse de todos y cada uno de los culpables.) y una historia que te va atrapando poco a poco. Vamos, que si no la habéis visto, recomendada queda.
La película se estreno en 1956 y estaba prevista que fuese un vehículo de lucimiento para John Wayne, de hecho está producida, además de por Andrew V. McLaglen, Robert E. Morrison y la Warner Bros (que también ejerció como distribuidora) por Batjac Productions, que es la productora independiente cofundada por Wayne en 1952 para producir y protagonizar sus propias películas y está dirigida con aplomo por Budd Boetticher, director entre otras muchas de Cimarrón Kid (1952), Horizontes del Oeste (1952), El desertor de El Álamo (1953) o Al este de Sumatra (1953).
Cuenta con un guion escrito por el debutante Burt Kennedy, que mas tarde volvería a trabajar con Boetticher tanto en Los cautivos (1957) como en Cabalgar en solitario (1959), la banda sonora corrió a cargo del Polaco Henry Vars, compositor de innumerables bandas sonoras durante los años 30, 40 y 50 y que cuenta entre sus trabajos con joyitas como Los sobornados (Fritz Lang, 1953) y Caravana al Oeste (Francis D. Lyon, 1959) y para rematar este apartado técnico decir que la fotografía principal de la película tuvo lugar entre Owens River, Lone Pine, Alabama Hills, Olancha Dunes y Calabasas, todas ellas localizaciones de California (EEUU).
John Wayne tenía la intención de interpretar la película, pero cuando la preproducción ya estaba en marcha recibió una llamada de John Ford para pedirle que se subiese al carro de su nueva película Centauros del desierto (1956), Wayne no se lo pensó dos veces y acepto el papel, pero como ya había arrancado la preproducción de Tras la pista de los asesinos no podía detener la película o perdería dinero, así que decidieron buscar un nuevo protagonista, papel que fue ofrecido a Gary Cooper, pero que este rechazo debido a problemas de agenda. En ese momento Wayne estuvo a punto de tirar la toalla pero se entero de que los representantes de Robert Mitchum estaban interesados en comprar la historia como vehículo para su estrella, por lo que decidió pasarle el proyecto a Warner Bros, que es cuando esta entro como productora y distribuidora, pero mira tú por dónde que Mitchum finalmente también se apeo del proyecto porque ya andaba enfrascado con las preproducciones de Bandido (Richard Fleischer, 1956) e Intriga Extranjera (Sheldon Reynolds, 1956). Caídos Cooper y Mitchum se pensó en ofrecerle en papel tanto a Joel McCrea como a Robert Preston, pero finalmente el elegido a petición del propio Wayne fue Randolph Scott, que venía arrastrando proyectos de escaso éxito y que gracias a esta película fue relanzado de nuevo a la fama (según sus propias palabras esta película revivió su muerta carrera) lo que propicio que tanto él como el director de la película Budd Boetticher colaborasen a partir de esta en seis películas más durante los siguientes cuatro años; Decision at Sundown (1957), The Tall T (1957), Buchanan Rides Alone (1958), Westbound (1959), Ride Lonesome (1959) y Comanche Station (1960). Tras estas colaboraciones, Scott trabajo en 1962 bajo las órdenes de Sam Peckinpah en Duelo en alta sierra y se retiro hasta que finalmente el 2 de marzo de 1987 falleció a los 89 años de edad en Beverly Hills, California.
Para interpretar el papel femenino de la película John Wayne le ofreció el papel personalmente a Gail Russell, su coprotagonista en El ángel y el pistolero (James Edward Grant, 1947) y La venganza del bergantín (Edward Ludwig, 1948) y lo hizo a pesar de ser advertido por sus colegas productores de que era demasiado mayor para el papel de veinteañera que interpretaría, además de que Russell llevaba cinco años sin participar en una película y en el momento del inicio del rodaje mantenía una turbia relación con el alcohol que acabaría con su vida el 27 de agosto de 1961 a la temprana edad de 36 años.
Y todo buen western que se precie debe tener un villano a la altura y este no podía ser menos. Para interpretarlo tenemos al mítico y grandioso Lee Marvin, actor que ha salido en tantas películas que voy a obviar su filmografía, así que como colofón final decir que esta película es una autentica rareza, o más bien dicho, fue una rareza ya que durante décadas apenas se pudo ver, tan solo de vez en cuando se mostraba en festivales hasta que finalmente se lanzo en DVD casi 50 años después de su estreno, restaurada y como una edición especial para coleccionistas. De ahí paso a la red y de la red a mi televisor. Fin. 6/10

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