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martes, 17 de diciembre de 2019

55 Días en Pekin (Nicholas Ray, 1963)


Aquí hay mucha tela que cortar, así que empecemos; 55 días en Pekín es una aventura-bélico-dramático-histórica basada en el libro homónimo de Noel Gerson que narra los hechos conocidos como “Levantamiento de los bóxers”, un movimiento iniciado en noviembre de 1899 y finalizado el 7 de septiembre de 1901, surgido en China contra la influencia foránea en el comercio, la política, la religión y la tecnología de los últimos años del siglo XIX en el que cerca de 230 extranjeros, miles de chinos cristianos, un número desconocido (entre 50.000 y 100.000) de rebeldes, sus simpatizantes y otros chinos murieron durante las revueltas y su posterior represión.
La película fue producida por Samuel Bronston, famoso productor del Hollywood clásico y que tras pegarse el leñazo con esta película (tuvo un presupuesto de unos 17 millones de dólares y tan solo logro recaudar unos 10) y la posterior La caída del imperio romano (Anthony Manm,1964) debido al alto coste de sus producciones (y sus pocos ingresos en taquilla) llegando incluso a comprar los Estudios Chamartín de Las Rozas (Madrid) en 1959 para rodar sus desmesuradas y épicas producciones, tuvo que declararse en bancarrota debiendo 5.6 millones de dólares a Pierre S. de Pont (presidente de DuPont Corportation y de General Motors) y otros 6.5 millones a la Paramount.
Para dirigirla, Bronston contrato los servicios de Nicholas Ray, director de las icónicas Johnny Guitar (1954), Rebelde sin causa (1955), Chicago, años 30 (1958 o Rey de Reyes (1961) y que por aquel entonces era un individuo torturado por la muerte de James Dean (al que dirigió en Rebelde sin causa), por su alcoholismo y ludopatía y que no las tenía todas consigo ya que pensaba que embarcarse en un proyecto de tal magnitud sería el fin para él. Y, lo cierto es que no se equivocaba ya que durante el rodaje tuvo un ataque al corazón y la película tuvo que ser finalizada tanto por Andrew Marton, que fue acreditado como director de la segunda unidad tras haber desempeñado ese papel en películas como Ben-Hur (William Wyler, 1959) y Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963), por Guy Green, director de Comando de la muerte (1958), S.O.S, Pacifico (1959) o Luz en la ciudad (1962) y al que nunca acreditaron e incluso el propio Charlton Heston que arrimo el hombro ejerciendo labores de director.
Para el guion se contrato a Philip Yordan, que venía de trabajar en Rey de Reyes (también con Ray) y El Cid (Anthony Mann, 1961), Bernard Gordon, que venía de hacer lo propio en La semilla del espacio (Steve Sekely, 1963) y al director y escritor Robert Hamer para que escribiese diálogos adicionales.
De la banda sonora se encargó Dimitri Tiomkin, compositor de películas como Solo los ángeles tienen alas (Howard Hawks, 1939), Duelo al sol (King Vidor, 1946), Crimen perfecto (Alfred Hitchcock, 1954) o Rio Bravo (Howard Hawks, 1959) y que por 55 días en Pekín estuvo nominado a dos Oscar; Mejor banda sonora, que se lo arrebato John Addison por Tom Jones, y mejor canción (“So Little Time” compuesta junto a Paul Francis Webster); que se lo llevaron Jimmy Van Heusen y Sammy Cahn por Papa´s delicated condition.
La película fue filmada entre Valencia y los estudios construidos por Samuel Bronston en Las Rozas (donde se construyo el set más grande hasta la fecha para representar el Pekín de la época y que costó la friolera de 900.000 dólares), de los que hay que decir que tras el fracaso comercial de esta y su siguiente La caída del imperio romano, se vendieron los terrenos y se construyó un complejo residencial.
Para el rodaje, con multitud de extras (unos cuatro mil, mas o menos), se necesitaban más chinos de los que habían en aquellos momentos por Madrid y sus alrededores, así que la producción busco chinos por toda Europa y se trajo a todos los que pudo de diversas lavanderías y restaurantes (llegando incluso a cerrar muchos de ellos en el verano de 1962) para poder rodar las escenas masivas.
De la fotografía se iba a encargar Aldo Tonti, experimentado cámara que había trabajado en infinidad de proyectos como por ejemplo; Las noches de Cabiria (Federico Fellini, 1957) o Barrabás (Richard Fleischer, 1961), pero cuando vio los sets construidos en los estudios de Bronston, afirmo que le sería imposible fotografiarlos de la manera que Nicholas Ray quería, así que declino la oferta y el elegido finalmente fue Jack Hildyard, que venía de trabajar a las ordenes de Norman Panama en Dos frescos en órbita (1962) y que tras 55 días en Pekín, trabajo a las ordenes de Joseph L. Mankiewicz (sin acreditar) en Cleopatra (1963).
La película fue filmada en Technicolor y Technirama e implico el uso horizontal de película de 35mm, lo que resulto en un formato de película impresa de 70mm siendo su relación de aspecto 2.20:1, con la imagen final vista a a2.35:1 en impresiones de 35mm.
Para los papeles principales se contrato a Charlton Heston, que venía de petarlo con Ben-Hur, El Cid y Aventura en Roma (Melville Shavelson, 1962) y que interpretaría a el Mayor Matt Lewis, personaje basado libremente en el oficial a cargo de la guardia marina de la Legación de los Estados Unidos, luego capitán y más tarde general, John Twiggs Myers (1871-1952) que estuvo a la vanguardia de algunos de los combates más duros de las legaciones sitiadas en Pekín durante las revueltas.
A Ava Gardner, que llevaba tres años sin trabajar desde que rodó El ángel vestido (Nunnally Johnson, 1960) como la baronesa Natalie Ivanoff en un papel para el que Bronston quería a Deborah Kerr a toda costa y para el que Heston sugirió a Jeanne Moreau o Melina Mercouri. Sin embargo, el director Nicholas Ray insistió en que fuese Gardner la elegida, cosa que no alegro demasiado a Heston y que propicio una mala relación entre ambos durante el rodaje llegando incluso a declarar Heston que la relación laboral entre él y Gardner era pésima ya que según afirmaba este, Garden se comportaba de manera poco profesional, apareciendo incluso borracha por el set, maldiciendo al director, exigiendo constantemente reescrituras y arruinando días de rodaje por su mal carácter.
El trío protagonista se cerraría con la contratación de David Niven, que venía de rodar Al final de la noche (Anthony Asquith, 1962) y La ciudad prisionera (Joseph Anthony, 1962) y que se metería en la piel del embajador británico Sir Arthur Robertson.
La película fue estrenada por Allied Artists el 29 de mayo de 1963 y recibió críticas bastante tibias, principalmente debido a sus inexactitudes históricas. Sin embargo, la película fue elogiada por la critica por las actuaciones de su elenco, la dirección de Ray, la excelsa banda sonora de Dimitri Tiomkin, por sus espectaculares secuencias de acción y por su diseño de producción y pese a ser un estrepitoso fracaso en la taquilla, con el paso del tiempo se convirtió en una película de culto.
A mí no es que sea una película que me enamore, pero se deja ver perfectamente y es bastante entretenida. La única pega que le pongo es que para su excesiva duración (dos horas y media) cuenta demasiado poco sobre el trasfondo político, el contexto historico que propició el levantamiento y el drama que alli se vivió y se centra casi exclusivamente en la acción. Pero bueno, gracias a la gran labor del trío protagonista (aunque Gardner esta poco aprovechada a mi modo de ver) y a su grandísimo diseño de producción, es una película que vale la pena ver, aunque sea solo una vez. 5/10

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