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miércoles, 6 de mayo de 2020

U-571 (Jonathan Mostow, 2000)



Entretenido thriller de submarinos ambientado en la segunda guerra mundial producido por Dino De Laurentiis y su mujer Martha bajo su sello Dino De Laurentiis Company (productora de infinidad de películas de las que no volveré a hablar ya que he dado cuenta de muchas de ellas en estas paginas anteriormente) junto a Alan Collis, productor de la inminente nueva versión de Masters Del Universo y production manager en films como Blade Runner (Ridley Scott, 1982), Blade II (Guillermo Del Toro, 2002) o Amanecer De Los Muertos (Zack Snyder, 2004), Hal Lieberman, productor de Chacal (Michael Caton-Jones, 1997) o Terminator 3: La Rebelión De Las Maquinas (Jonathan Mostow, 2003) y bajo la distribución de Universal Pictures.
De Laurentiis destino un presupuesto de 62 millones de dolares para la película y acabo recaudando a nivel mundial unos 130, con lo que si le restamos el porcentaje para los exhibidores y demás el retorno para sus arcas fue aproximadamente de unos 65 millones y los beneficios por lo tanto de unos 3 con lo que muy contento no se quedaría el bueno de Dino.
Para la silla de director, De Laurentiis contrato a Jonathan Mostow, el cual estaba pegando fuerte en Hollywood gracias a su trabajo tres años antes en el estupendo thriller Breakdown (1997) protagonizado por un excelso Kurt Russell. Del guion (basado en una idea del propio Mostow) se encargaría el mismo junto a Sam Montgomery, que hizo lo propio en la anteriormente mencionada Breakdown y que mas tarde se encargaría del libreto de algunos episodios de la quinta temporada de la serie de televisión 24 y David Ayer, que debutaba con esta película como guionista y que a partir de ahí encadenaría trabajos de escritura en películas como The Fast And The Furious (Rob Cohen, 2001) o Training Day (Antoine Fuqua, 2001) hasta que se paso a la dirección en 2005 con el drama de acción Vidas Al Limite.
La trama nos presenta a la tripulación del S-33, un viejo submarino estadounidense al mando del capitán Mike Dahlgren. Bajo sus ordenes están los tenientes de navío Andrew Tyler y Pete Emmett, el alférez Larson, el jefe Klough, el técnico de radio Wentz, el cocinero Eddie, y los marineros Trigger, Mazzola, Tank, Griggs y Rabbit.
A la dotación del submarino se le encarga una misión secreta, Un destructor inglés informó haber atacado y probablemente hundido un submarino alemán; el departamento de inteligencia naval estadounidense cree que ese submarino en realidad fue dañado y no hundido al haber luego detectado una transmisión radial alemana desde una posición bien determinada en el océano, y paralelamente se ha sabido que zarpó hacia allí un submarino con suministros y mecánicos desde Francia. Como no pudieron entender la transmisión, que estaba cifrada con el código Enigma, la inteligencia concibe un ingenioso plan para obtener el transmisor Enigma y sus materiales anexos, plan que consiste en enviar un submarino que se camuflará lo suficiente como para hacerse pasar por el submarino de abastecimiento enviado desde Francia, en una típica operación tipo "Caballo de Troya". Su tripulación llevará un equipo especial que invadirá el submarino, capturará a la tripulación, tomará la máquina Enigma y lo hundirá, en el entendimiento de que para cuando llegue el submarino de reabastecimiento éste crea que el submarino simplemente se hundió debido a sus daños.
Decir que la película esta levemente basada en hechos reales, pero adaptada para que la captura de la maquina Enigma sea realizada por norteamericanos. Este hecho causo un profundo desagrado en el publico británico (incluida una reprimenda del entonces Primer Ministro del Reino Unido, Tony Blair) ya que realmente no fue uno el submarino capturado, sino dos, el U-559 y el U-110, ambos, como decía, capturados por la armada británica en agosto de 1941. A raíz de toda esta polémica, en una entrevista en el programa de la BBC “The Film Program”, el coguionista David Ayer dijo que no se sentía bien al retratar que fueron los estadounidenses quienes capturaron y decodificaron la maquina Enigma y no los británicos Dijo que el estudio tan solo pensaba en la taquilla estadounidense y agrego: “Mis dos abuelos sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial, y estaría muy molesto si alguien tratara de minimizar sus logros en la guerra” ¡Pues tu escribiste el guion, campeón! Añado yo.
De la fotografía principal se encargo el ingles Oliver Wood, director de fotografía en películas de acción noventera como La Jungla 2: Alerta Roja (Renny Harlin, 1992) y Velocidad Terminal (Deran Sarafian, 1994) o mas modernas como las tres primeras entregas de la franquicia Bourne: El caso Bourne (Doug Liman, 2002), El mito de Bourne (Paul Greengrass, 2004), El ultimatum de Bourne (Paul Greengrass, 2007) o The Equalizer 2 (Antoine Fuqua, 2018). Para componer la banda sonora se contrato a Richard Marvin, que había trabajado con Mostow en su anterior Breakdown (1997) componiendo música adicional para la partitura de Basil Poledouris y que repetiría a las ordenes de Mostow en 2009 con Los Sustitutos.
El rodaje tuvo lugar entre el 25 de enero y el 30 de mayo de 1999 en localizaciones de Roma (los estudios Cinecittà), Malta y sus famosos tanques de agua gigantes (Mediterranean Film Studios y St. Paul´s Bay), Los Angeles, San Pedro y San Francisco.
Carol Lewis, que se había encargado del casting en producciones como el interesante neo-noir La muerte golpea dos veces (John Dahl, 1989) con Val Kilmer y Joanne Whalley, la divertida En el punto de mira (John Badham, 1993) o dos clásicos de mi juventud como Salto al peligro (John Badham, 1994) con el gran Wesley Snipes y la “estrella que no cuajo” Yancy Butler y El sustituto Robert Mandel (1996) y que ya se había encargado del casting en Breakdown (1997) hizo lo propio en esta y le ofreció a Michael Douglas el papel del teniente Andrew Tyler, pero Douglas lo rechazo para rodar Jóvenes prodigiosos (2000) a las ordenes de Curtis Hanson, muy codiciado por aquel entonces debido al tremendo éxito de su anterior película L.A. Confidential (1997). Tras la negativa de Douglas se pensó en Edward Norton que estaba en la cresta de la ola debido al éxito de American History X (Tony Kaye, 1998) y El club de la lucha (David Fincher, 1999), pero Norton también rechazo la propuesta para centrarse en su debut como director, Mas que amigos (2000) así que al final se recurrió a Matthew McConaughey, por aquel entonces uno de los guapos oficiales de Hollywood, pero que pese a rodar películas interesantes como Tiempo de matar (Joel Schumacher, 1996) o Contact (Robert Zemeckis, 1997) aun no se le consideraba un rompetaquillas, que si acepto el papel. El papel del teniente Dahlgren fue para Bill Paxton, que un año después debutaría en la dirección con Escalofrió (2001) con McConaughey a sus ordenes.
De Henry Klough se hizo cargo Harvey Keitel, que venia de pegarsela con El celo (Antoni Aloy, 1999) y Holy smoke (Jane Campion, 1999) y estaba ávido por volver a la primera linea. Y, como secundarios con mas o menos papel tenemos a Jon Bon Jovi, que andaba intentando meter su cabeza en Hollywood, como el teniente Pete Emmett, a David Keith, que se arrastraba por series de televisión como Walker o Martial law, como el mayor Coonan, Jake Weber, al que alguno recordareis por su participacion en Amanecer de los muertos (Zack Snyder, 2004) como Hirsch y Terrence Carson, actor conocido en los estudios de doblaje, que es a lo que dedica la mayor parte de su tiempo, como Eddie Carson.
Y para finalizar decir que la película tuvo dos nominaciones a los Oscar: Mejor sonido, que se lo llevo Gladiator (Ridley Scott, 2000) y mejores efectos sonoros que gano Jon Johnson frente a Alan Robert Murray y Bub Asman por Space Cowboys (Clint Eastwood, 2000).
Dentro del subgénero bélico de las películas de submarinos no hay mucho margen para la originalidad. U-571 no llega (para mi) al nivel de películas como Das Boot (Wolfgang Petersen, 1981), La caza del Octubre Rojo (John McTiernan, 1990), Marea roja (Tony Scott, 1995) o la mas reciente El canto del lobo (Antonin Baudry, 2019), pero tiene un argumento medianamente trenzado, pese a ser excesivamente patriótica con americanos duros y listos y alemanes malos e ineptos, y buenas dosis de tensión No es una grandisima película, pero esta bien hecha y aburrir no aburre. Yo diría que esta al nivel de K-19: The widowmaker (Kathryn Bigelow, 2002) o Hunter killer (Donovan Marsh, 2018), por ahí van los tiros. 6/10

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