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viernes, 1 de mayo de 2020

Los Últimos Guerreros (Tab Murphy, 1995)



Tras un accidente de trafico en el que se ve involucrado un autobús que transporta presos, tres de estos escapan a las montañas del Oxbow en Montana. Lewis Gates (Tom Berenger), un experto rastreador es contratado por el sheriff Deegan (Kurtwood Smith) para encontrarlos. Durante la búsqueda los presos desaparecen misteriosamente y Gates unicamente encuentra sangre y una antigua flecha india. Picandole la curiosidad decide pedirle consejo a la antropologa Lillian Sloane (Barbara Hershey). Esta, después de unas reticencias iniciales decide ayudar a Gates y ambos se adentran en los bosques siguiendo los indicios de la existencia de una tribu de indios cheyennes, que todavía, a finales del siglo XX, viven aislados del mundo exterior.
Tras dejar pasar un tiempo prudente (5 años) desde el estreno de Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990) el afamado Mario Kassar, productor de películas que me han acompañado toda la vida como Acorralado (Ted Kotcheff, 1982), Traición sin limites (Walter Hill, 1987), Danko: Calor rojo (Walter Hill, 1988), Desafío total (Paul Verhoeven, 1990), Soldado universal (Roland Emmerich, 1992), Máximo riesgo (Renny Harlin, 1993) o Stargate (Roland Emmerich, 1994) pensó; ¡voy a subirme al carro y produciré una “Bailando con lobos de videoclub”! Dicho y hecho, Kassar se asocio con Thomas Hedman, que lo mas decente que ha hecho en su carrera es Esquía como puedas (Bob Spiers, 2001) con Leslie Nielsen y la tremebunda Natasha Henstridge (aun recuerdo aquel 1995 y el primer visionado de su portentoso cuerpo en Species...), Donald Heitzer, que había trabajado en labores de producción en películas como Bitelchus (Tim Burton, 1988) y las anteriormente mencionadas Soldado universal y Stargate. Todo bajo el amparo de la productora de Kassar y su socio Andrew G. Vajna, Carolco Pictures, que ese mismo año se iría al garete tras el estrepitoso fracaso comercial de la injustamente tratada La isla de las cabezas cortadas (Renny Harlin, 1995). Junta a Carolco también invirtió pasta Savoy Pictures, productora de la divertida Los asesinatos de mama (John Waters, 1994), la olvidada pero muy disfrutable Escape de Absolom (Martin Campbell, 1994) o el cojonudo neo noir Prisioneros del cielo (Phil Joanou, 1996) y que se encargaría de la distribución en el mercado norteamericano.
Para dirigir la película y escribir su guion, Kassar contrato a Tab Murphy, que venia de trabajar como guionista en Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988) y que tras este, su debut tras las cámaras, abandonaría la dirección para centrarse en la escritura de guiones para películas de animación como El jorobado de Notre Dame (Gary Trousdale y Kirk Wise, 1996), Tarzan (Chris Buck y Kevin Lima, 1999) o Atlantis: El imperio perdido (Gary Trousdale y Kirk Wise, 2001).
La música corrió a cargo de David Arnold, compositor ingles encargado de las bandas sonoras de Stargate (1994), Independence day (1996) y Godzilla (1998) dirigidas por Roland Emmerich, y los “Bond” El mundo nunca es suficiente (Michael Apted, 1999), Muere otro día (Lee Tamahori, 2002), Casino Royale (Martin Campbell, 2006) y Quantum of solace (Marc Forster, 2008). De la fotografía se encargo el alemán Karl Walter Lindenlaub, otro viejo conocido de Roland Emmerich (¿no esta saliendo demasiado su nombre en esta reseña?) con el que trabajo en El secreto de los fantasmas (1987), Estación lunar 44 (1990), Soldado universal (1992), Stargate (1994) o Independence Day (1996) y que venia de encargarse de la fotografía de la olvidada por el tsunami Braveheart (Mel Gibson, 1995), Rob Roy (Michael Caton-Jones, 1995).
Para hacerse cargo del diseño de producción se ficho a Trevor Williams, director de arte en Dillinger (1973) bajo las ordenes del gran John Milius, El luchador (1975) bajo las ordenes de otro grande, Walter Hill y encargado del diseño de producción en películas como el clásico de terror Al final de la escalera (Peter Medak, 1980) o la mítica Loca academia de policía (Hugh Wilson, 1984) y sus primeras cuatro secuelas.
De elegir al elenco de la película se encargaron el trío formado por Bette Chadwick, que venia de encargarse del casting canadiense de Leyendas de pasión (Arded Zwick, 1994), Cathy Sandrich, directora de casting que había trabajado en películas como Juego de patriotas (Phillip Noyce, 1992), El fugitivo (Andrew Davis, 1993) o Species (Roger Donaldson, 1995), Elizabeth Lang, que debutaba como directora de casting con esta película y Amanda MacKey, que debuto como encargada del casting en Remo, desarmado y peligroso (Guy Hamilton, 1985) y luego encadeno trabajos en Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985), Star Trek IV: Misión salvar la tierra (Leonard Nimoy, 1986), La caza del Octubre Rojo (John McTiernan, 1990) o Ellas dan el golpe (Penny Marshall, 1992).
Para el papel de Lewis Gates se contrato a Tom Berenger, que venia de trabajar con este trío en el thriller pseudoerotico Sliver (Phillip Noyce, 1993) y el cual necesitaba de un buen proyecto ya que venia de rodar una película con escasa repercusión comercial como Misión explosiva (Dennis Hopper, 1994) cuyo único aliciente era la presencia de la explosiva ex-vigilante de la playa Erika Eleniak y dos Tv Movies; Un western con buenas criticas llamado Los ángeles vengadores (Craig R. Baxley, 1995) y el thriller picanton Perdición (George Case, 1995). Para interpretar a su partenaire femenina, Lillian, se ficho a Barbara Hershey que venia de encadenar tres éxitos en cine como El ojo publico (Howard Franklin, 1992), Un día de furia (Joel Schumacher, 1993) y Rebeldes del swing (Thomas Carter, 1993) pero que sus últimos trabajos habían sido en miniseries de televisión (Regreso a Paloma Solitaria y La Biblia: Abraham) y llevaba un par de años sin trabajar ni en cine ni en televisión y por ultimo (ya que los demás miembros del reparto no pintan mucho) el papel del sheriff fue a parar a Kurtwood Smith, mítico Clarence de Robocop (Paul Verhoeven, 1987) y grandisimo secundario en películas que he visto una y otra vez en el VHS como Rambo III (Peter MacDonald, 1988), la injustamente tratada Fortaleza infernal (Stuart Gordon, 1992), Broken Arrow (John Woo, 1996) o la película en la que me enamore de Ashley Judd, Tiempo de matar (Joel Shumacher, 1996).
Cuando vi por primera vez esta película no me dejo buen sabor de boca, no se si es porque por aquella época los indios no me interesaban o porque ya andaba perdido en el mundo de los action-heroes, pero el hecho es que no volví a verla jamas. Hasta hoy.
Y debo reconocer que me ha gustado mas de lo que pensaba, cierto es que atufa mucho a Bailando con lobos (low cost) pero aun así deja muy buen sabor de boca. Que podría ser mas épica, pues si. Que podría tener mas enjundia su trama, pues también. Pero sus carencias las suple con sus virtudes, que (para mi) las tiene. Sobretodo tres; un Tom Berenger en su salsa y desprendiendo carisma, una Barbara Hershey tan atractiva que me ha dado por bajarme películas suyas como un loco y unos paisajes y escenarios naturales maravillosos. Tan solo lamento que no se profundice mas en la historia de amor de los protagonistas, pagaría por que se olvidasen de los indios y la trama se centrase unicamente en su incipiente romance entre montañas, riachuelos y valles... ¡Hubiese sido maravilloso! Ainsss... 7/10

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