Tras un accidente de trafico en el que
se ve involucrado un autobús que transporta presos, tres de estos
escapan a las montañas del Oxbow en Montana. Lewis Gates (Tom
Berenger), un experto rastreador es contratado por el sheriff Deegan
(Kurtwood Smith) para encontrarlos. Durante la búsqueda los presos
desaparecen misteriosamente y Gates unicamente encuentra sangre y una
antigua flecha india. Picandole la curiosidad decide pedirle consejo
a la antropologa Lillian Sloane (Barbara Hershey). Esta, después de
unas reticencias iniciales decide ayudar a Gates y ambos se adentran
en los bosques siguiendo los indicios de la existencia de una tribu
de indios cheyennes, que todavía, a finales del siglo XX, viven
aislados del mundo exterior.
Tras dejar pasar un tiempo prudente (5
años) desde el estreno de Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990)
el afamado Mario Kassar, productor de películas que me han
acompañado toda la vida como Acorralado (Ted Kotcheff, 1982),
Traición sin limites (Walter Hill, 1987), Danko: Calor rojo (Walter
Hill, 1988), Desafío total (Paul Verhoeven, 1990), Soldado universal
(Roland Emmerich, 1992), Máximo riesgo (Renny Harlin, 1993) o
Stargate (Roland Emmerich, 1994) pensó; ¡voy a subirme al carro y
produciré una “Bailando con lobos de videoclub”! Dicho y hecho,
Kassar se asocio con Thomas Hedman, que lo mas decente que ha hecho
en su carrera es Esquía como puedas (Bob Spiers, 2001) con Leslie
Nielsen y la tremebunda Natasha Henstridge (aun recuerdo aquel 1995 y
el primer visionado de su portentoso cuerpo en Species...), Donald
Heitzer, que había trabajado en labores de producción en películas
como Bitelchus (Tim Burton, 1988) y las anteriormente mencionadas
Soldado universal y Stargate. Todo bajo el amparo de la productora de
Kassar y su socio Andrew G. Vajna, Carolco Pictures, que ese mismo
año se iría al garete tras el estrepitoso fracaso comercial de la
injustamente tratada La isla de las cabezas cortadas (Renny Harlin,
1995). Junta a Carolco también invirtió pasta Savoy Pictures,
productora de la divertida Los asesinatos de mama (John Waters,
1994), la olvidada pero muy disfrutable Escape de Absolom (Martin
Campbell, 1994) o el cojonudo neo noir Prisioneros del cielo (Phil
Joanou, 1996) y que se encargaría de la distribución en el mercado
norteamericano.
Para dirigir la película y escribir su
guion, Kassar contrato a Tab Murphy, que venia de trabajar como
guionista en Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988) y que tras
este, su debut tras las cámaras, abandonaría la dirección para
centrarse en la escritura de guiones para películas de animación
como El jorobado de Notre Dame (Gary Trousdale y Kirk Wise, 1996),
Tarzan (Chris Buck y Kevin Lima, 1999) o Atlantis: El imperio perdido
(Gary Trousdale y Kirk Wise, 2001).
La música corrió a cargo de David
Arnold, compositor ingles encargado de las bandas sonoras de Stargate
(1994), Independence day (1996) y Godzilla (1998) dirigidas por
Roland Emmerich, y los “Bond” El mundo nunca es suficiente
(Michael Apted, 1999), Muere otro día (Lee Tamahori, 2002), Casino
Royale (Martin Campbell, 2006) y Quantum of solace (Marc Forster,
2008). De la fotografía se encargo el alemán Karl Walter
Lindenlaub, otro viejo conocido de Roland Emmerich (¿no esta
saliendo demasiado su nombre en esta reseña?) con el que trabajo en
El secreto de los fantasmas (1987), Estación lunar 44 (1990),
Soldado universal (1992), Stargate (1994) o Independence Day (1996) y
que venia de encargarse de la fotografía de la olvidada por el
tsunami Braveheart (Mel Gibson, 1995), Rob Roy (Michael Caton-Jones,
1995).
Para hacerse cargo del diseño de
producción se ficho a Trevor Williams, director de arte en Dillinger
(1973) bajo las ordenes del gran John Milius, El luchador (1975) bajo
las ordenes de otro grande, Walter Hill y encargado del diseño de
producción en películas como el clásico de terror Al final de la
escalera (Peter Medak, 1980) o la mítica Loca academia de policía
(Hugh Wilson, 1984) y sus primeras cuatro secuelas.
De elegir al elenco de la película se
encargaron el trío formado por Bette Chadwick, que venia de
encargarse del casting canadiense de Leyendas de pasión (Arded
Zwick, 1994), Cathy Sandrich, directora de casting que había
trabajado en películas como Juego de patriotas (Phillip Noyce,
1992), El fugitivo (Andrew Davis, 1993) o Species (Roger Donaldson,
1995), Elizabeth Lang, que debutaba como directora de casting con
esta película y Amanda MacKey, que debuto como encargada del casting
en Remo, desarmado y peligroso (Guy Hamilton, 1985) y luego encadeno
trabajos en Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985), Star Trek IV: Misión
salvar la tierra (Leonard Nimoy, 1986), La caza del Octubre Rojo
(John McTiernan, 1990) o Ellas dan el golpe (Penny Marshall, 1992).
Para el papel de Lewis Gates se
contrato a Tom Berenger, que venia de trabajar con este trío en el
thriller pseudoerotico Sliver (Phillip Noyce, 1993) y el cual
necesitaba de un buen proyecto ya que venia de rodar una película
con escasa repercusión comercial como Misión explosiva (Dennis
Hopper, 1994) cuyo único aliciente era la presencia de la explosiva
ex-vigilante de la playa Erika Eleniak y dos Tv Movies; Un western
con buenas criticas llamado Los ángeles vengadores (Craig R. Baxley,
1995) y el thriller picanton Perdición (George Case, 1995). Para
interpretar a su partenaire femenina, Lillian, se ficho a Barbara
Hershey que venia de encadenar tres éxitos en cine como El ojo
publico (Howard Franklin, 1992), Un día de furia (Joel Schumacher,
1993) y Rebeldes del swing (Thomas Carter, 1993) pero que sus últimos
trabajos habían sido en miniseries de televisión (Regreso a Paloma
Solitaria y La Biblia: Abraham) y llevaba un par de años sin
trabajar ni en cine ni en televisión y por ultimo (ya que los demás
miembros del reparto no pintan mucho) el papel del sheriff fue a
parar a Kurtwood Smith, mítico Clarence de Robocop (Paul Verhoeven,
1987) y grandisimo secundario en películas que he visto una y otra
vez en el VHS como Rambo III (Peter MacDonald, 1988), la injustamente
tratada Fortaleza infernal (Stuart Gordon, 1992), Broken Arrow (John
Woo, 1996) o la película en la que me enamore de Ashley Judd, Tiempo
de matar (Joel Shumacher, 1996).
Cuando vi por primera vez esta película
no me dejo buen sabor de boca, no se si es porque por aquella época
los indios no me interesaban o porque ya andaba perdido en el mundo
de los action-heroes, pero el hecho es que no volví a verla jamas.
Hasta hoy.
Y debo reconocer que me ha gustado mas
de lo que pensaba, cierto es que atufa mucho a Bailando con lobos
(low cost) pero aun así deja muy buen sabor de boca. Que podría ser
mas épica, pues si. Que podría tener mas enjundia su trama, pues
también. Pero sus carencias las suple con sus virtudes, que (para
mi) las tiene. Sobretodo tres; un Tom Berenger en su salsa y
desprendiendo carisma, una Barbara Hershey tan atractiva que me ha
dado por bajarme películas suyas como un loco y unos paisajes y
escenarios naturales maravillosos. Tan solo lamento que no se
profundice mas en la historia de amor de los protagonistas, pagaría
por que se olvidasen de los indios y la trama se centrase unicamente
en su incipiente romance entre montañas, riachuelos y valles...
¡Hubiese sido maravilloso! Ainsss... 7/10
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