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miércoles, 2 de agosto de 2017

Navy Seals (1991)


Título Original: Navy Seals
Título Traducido: Navy Seals, comando especial
Año: 1991
Duración: 118 Minutos
País: Estados Unidos
Director: Lewis Teague
Guion: Gary Goldman, Chuck Pfarrer
Música: Sylvester Levay
Fotografía: John A. Alonzo
Reparto: Charlie Sheen, Michael Biehn, Joanne Whalley-Kilmer, Dennis Haysbert, Rick Rossovich, Bill Paxton, Cyril O´Reilly, Paul Sanchez.
Productora: Metro-Goldwyn-Meyer
Género: Acción
Sinopsis: El teniente James Curran, un oficial naval muy profesional, encabeza el pelotón de los Navy Seals, un comando americano de élite. La próxima misión de los Seals es destruir los misiles antes de que los utilice el líder del grupo radical Al Shuhada. Los Seals tienen hasta el amanecer para cumplir su casi imposible misión. 
 
En 1962, el presidente Kennedy creó una unidad de fuerzas especiales de elite para enfrentarse al enemigo en su propio terreno, a estos soldados, expertos en operaciones por tierra, mar y aire, se les conoce como; (¡Tachaan!) Navy Seals. 
Así arranca, tras unos chulísimos títulos de crédito en los que de fondo se oyen comunicaciones militares, este clásico de mi infancia videoclubera. Y es que a rebufo de Top Gun (Tony Scott, 1986) nos llego en 1990 esta nueva oda propagandística y reclutadora sobre las fuerzas especiales de los Estados Unidos dirigida por Lewis Teague, que tras las interesantes Cujo (1983), La joya del Nilo (1985), Kamikaze Detroit (1989) y esta, cayó en el sumidero de las películas para televisión. 
La película cuenta con un guion de Chuck Pfarrer -guionista también de la excelsa Blanco Humano (John Woo, 1993)- y Gary Goldman -autor del libreto de esa obra maestra llamada Golpe en la pequeña China (John Carpenter, 1986)-, una banda sonora muy del rollo Top Gun (again) compuesta por Sylvester Levay, compositor también de Frio como el acero (Craig R. Baxley, 1991) o Hot Shots! (Jim Abrahams, 1991) y cargadita de temazos aoreros como el Strike Like Lightining, producido por Giorgio Moroder e interpretado por Mr.Big, The Boys Are Back in Town de Thin Lizzy versionado por Bon Jovi, Hangin´ on My Hip de Lou Gramm o I Dont Want to Say Goodbye de Planet 3, está producida por la mítica Orion Pictures (Excalibur, Terminator, Robocop, Tira a mamá del tren, Platoon, El silencio de los corderos) e interpretada en sus principales papeles por Charlie Sheen, que venía de petarlo en Platoon (Oliver Stone, 1986), Wall Street (Oliver Stone, 1987) y en esa obra maestra injustamente despreciada que fue -y sigue siendo- Arma Joven (Christopher Cain, 1988), Michael Biehn, que estaba en la cresta de la ola tras el éxito de Terminator (James Cameron, 1984), Aliens, el regreso (James Cameron, 1986) y Abyss (James Cameron, 1989) y el cual se refirió a esta Navy Seals como "La peor experiencia de mi vida", Rick Rossovich, uno de los cachitas de Top Gun (Tony Scott, 1986), Bill Paxton, que también venia de la cantera de Terminator y Aliens, Dennis Haysbert (que llego a presidente en la serie 24), Joanne Whalley-Kilmer, que venía de enamorarme con su melena roja en Willow (Ron Howard, 1988) y durante el rodaje de esta peli se caso con Val Kilmer y Cyril O´Reilly y Paul Sánchez que son dos medianías pero que aquí cumplen con su cometido y como anexo a modo de curiosidad para los amantes de Perdidos (Lost) decir que en una secuencia aparece Titus Welliver (el hombre de negro) haciendo de redneck al cual se enfrenta el personaje de Charlie Sheen en una trifulca de bar. 
La peli tuvo un presupuesto de unos 21 millones de dólares y recaudo en los Estados Unidos unos 25 (no fue un gran éxito de taquilla pero sí que lo peto posteriormente con la edición en VHS) y fue rodada entre Estados Unidos, Andalucía y Murcia, que sirvió para recrear Beirut. Y como curiosidad final decir que en las notas de producción hay agradecimientos para el Ministerio de Defensa Español, supongo que les prestarían apoyo logístico o vete tú a saber. Y, ¿Que nos cuenta la peli? Pues sencillito y al pie que estamos ante un mero, pero muy apreciable entretenimiento de acción de la vieja escuela. Tras un rescate en el Mediterráneo que acaba como el rosario de la aurora, la tripulación de un helicóptero militar americano es secuestrada por Ben Shaheed (Nicholas Kadi), un terrorista perteneciente a la organización Al Shudadah, así que los capos del pentágono mandan a un comando de duros y aguerridos Navy Seal (con el nombre en clave de Mal Karma ¡Ouh yeah!) dirigido por el teniente James Curran (Michael Biehn) y secundado por el pirado y amante de la adrenalina teniente Hawkins (Charlie Sheen) para rescatarlos, durante la misión se lía un pifostio del copón, la palma uno de los rehenes y descubren que los terroristas tienen un arsenal de misiles Stinger, pero entre las prisas por sacar a los rehenes y el intenso fuego enemigo el comando no puede destruirlos, así que al volver a su base y tras unas reuniones con inteligencia y con el pentágono deciden que hay que encontrar dichos misiles y darles matarile, para ello el teniente Curran pedirá ayuda a una periodista llamada Claire Varrens (Joanne Whalley-Kilmer) que es medio Libanesa y goza de buenos contactos en la zona. Por supuesto la chispa saltara entre ellos, pero aquí eso es lo de menos ya que estamos ante una peli de acción fascista, en el buen sentido (imprescindible en las buenas pelis de acción) y lo que interesa es ver al comando de los Seals en plena juerga de tiros, casquillos, explosiones, chascarrillos y testosterona. 
Por ahí dicen que el paso del tiempo no le ha sentado nada bien, pero a mí me sigue pareciendo igual de entretenida que cuando la alquilaba sin descanso y me funciona a las mil maravillas, cierto es que bebe mucho de Top Gun en algunas escenas (cuando van a saltar en paracaídas sobre Beirut) y que no le podemos pedir peras al olmo, vamos, que tampoco hay mucho donde rascar en cuanto a guion. Pero aun así, la película tiene entidad propia, sus justas dosis de drama (facilón) pero resultón y sobretodo buenas escenas de acción, una ambientación muy lograda y sus dosis de humor gracias al personaje de Charlie Sheen. Si eres un amante del cine de autor iraní ni se te ocurra verla, pero si en tus tiempos mozos te molaban las pelis de acción, las echas de menos y por cualquier cosa se te paso ver esta, no lo dudes, fijo que, pese a no ser una de las grandes del género, te hace pasar un buen rato. ¡Hooyah!

6/10 

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