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miércoles, 7 de junio de 2017

The Assignment (2016)


Título Original: The Assignment
Título Traducido: Dulce Venganza
Año: 2016
Duración: 95 Minutos
País: Estados Unidos
Director: Walter Hill
Guion: Denis Hamill, Walter Hill
Música: Ry Cooder
Fotografía: James Liston
Reparto: Michelle Rodriguez, Sigourney Weaver, Tony Shalhoub, Anthony LaPaglia, Caitlin Gerard, Caroline Chan.
Productora: SBS Productions
Género: Acción
Sinopsis: Un asesino de élite llamado Frank, tras ser traicionado por unos gángsters, es enviado a una cirujana llamada "El Doctor" que le convierte en una mujer. Ahora, reconvertida con otra identidad pero con su genética de asesina implacable, buscará la venganza ayudado por Johnnie, una enfermera que también oculta sus propios secretos. 

Cuando se habla de Walter Hill hay que arrodillarse, bajarse los pantalones y hacer lo que sea necesario. Este pavo me ha dado horas de placer infinitas tanto en el cine como en casa fundiendo los cabezales del VHS gracias a la que para mí es una de las mejores filmografías que existen debido a putas joyas como; Driver (1978), The Warriors (1979), Forajidos de leyenda (1980), La presa (1981), Limite: 48 Horas (1982), Calles de fuego (1984), Cruce de caminos (1986), Traición sin límites (1987), Danko: Calor rojo (1988), Johnny el Guapo (1989), 48 Horas mas (1990), El tiempo de los intrusos (1992), Gerónimo (1993), Wild Bill (1995) o El último hombre (1996). En fin, que estamos ante un puto amo, así que cuando me entero de que el bueno de Hill va a estrenar una nueva película ni me lo pienso dos veces ¡A por ella de cabeza! 
La película, un guion que el propio Walter Hill tenía en la cabeza desde los años setenta, ha sido duramente criticada por su transfobia y eso que le cambiaron el título original de Tomboy (que vendría a ser marimacho), pasando luego a (re)Assignment (jugando con el tema de la reasignación de género) para acabar en este The Assignment mucho mas impreciso y accionero, fue rodada íntegramente en Vancouver (Canadá) y tuvo un coste de 5 millones de dólares, así que por poco que recaude en video bajo demanda supongo que para pagar las facturas y comprarse algun kebab le dará al bueno de Hill. Y ¿porque todo el jaleo este de la transfobia os preguntareis? pues básicamente por la trama que nos presenta a un asesino a sueldo llamado Frank Kitchen (Michelle Rodríguez con nariz de pega y barba postiza al más puro estilo chanante) al que le encargan darle matarile a un tipejo de los bajos fondos, pero resulta que dicho pavo es el hermano de Rachel Jane (Sigourney Weaver), una cirujana plástica con ansias de cambiar el mundo -con métodos poco legales- que tras averiguar quién fue el asesino decide que en vez de matarlo se lo va a llevar de gratis al quirófano y le va a practicar una reasignación de genero convirtiéndola (anatómicamente) en una mujer para ver si así deja de ser un sicario hijo de puta y se replantea su vida y ya de paso le crea un trauma psicológico de aúpa. Vamos, que la trama viene a ser una especie de remake de La piel que habito (2011) de Almodóvar pero cambiando mariquitas y colorines por ensaladas de tiros y la cara de mala hostia de Michelle Rodríguez. 
Tras verla he de reconocer que me he llevado una pequeña decepción, me esperaba mucho mas de Walter Hill y pese a que aún mantiene el pulso como director (de acción), la trama me ha parecido bastante sosa, mas allá del impacto -si es que lo hay- inicial por todo el asunto del cambio de sexo, el guion se diluye en una sucesión de venganzas y asesinatos que pese a estar bien filmados no dejan poso ya que tan solo son un "conecta los puntos" pero a balazos, si a esto le sumamos que todo el drama interior del personaje de Michelle Rodríguez tras su reasignación de sexo no tiene apenas desarrollo mas allá de poner cara de haber olido un perro mojado y algún que otro grito esporádico al tocarse la entrepierna y ver que el canario ha volado y que la trama paralela entre una caricaturesca Sigourney Weaver y el loquero que la atiende en prisión (Tony Shalhoub) es de una estupidez supina cargada de presuntos diálogos intelectuales que dan un poco de vergüenza ajena tenemos como resultado una película de serie b en toda regla (y caratula de serie z) que si estuviésemos en los albores del videoclub y tuviese mas mala leche podría haberme funcionado, pero hoy en día se me queda desfasada y su pretensión de ser políticamente incorrecta o mínimamente escandalosa me suda la polla. No perdáis el tiempo viéndola a no ser que sea por completismo de la filmografía del gran Walter Hill, pero harías mejor revisionando uno de sus antiguos clásicos. Prescindible.

4/10
 

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