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martes, 21 de febrero de 2017

Crazy Horse (2011)


Título Original: Crazy Horse
Año: 2011
Duración: 134 Minutos
País: Francia
Director: Frederick Wiseman
Guión: Frederick Wiseman
Fotografía: John Davey
Productora: Gilles Granier / Canal + / Zipporah Films / Centre National du Cinéma / Idéale Audience
Género: Documental / Baile
Sinopsis: Documental en el que Wiseman analiza con su cámara la entrañas del "Crazy Horse", el célebre cabaret de París.

Interesante y carnal documental dirigido por el documentalista y padre del llamado "Cine directo" Frederick Wiseman -The Store (1983), The Garden (2005), At Berkeley (2013)- que introduce su cámara en el mítico cabaré Crazy Horse de Paris. 
Fundado en mayo de 1951 por Alain Bernardin, es famoso por ser el mejor -y más elegante- cabaré de desnudos del mundo. Bernardin, tras un viaje por los Estados Unidos se quedo prendado por los espectáculos de Burlesque y decidió trasladarlos a Paris pero dotándoles de un aire europeo con mayor elegancia y sofisticación. En 1994 lo encontraron en su oficina del club muerto tras haberse pegado un tiro en la sien, pero esa es otra historia que ni se toca en el documental, así que la dejaremos para otra ocasión. 
La verdad es que no tenía ni idea de lo que iba a encontrarme en este documental, mas allá de saber que trataba sobre el mítico Crazy Horse y lo que me he encontrado es un documental muy del estilo de Frederick Wiseman; El planta la cámara dentro del club y a grabar, ni voces en off, ni explicaciones ni nada de nada. Así que tenemos una experiencia casi voyeur sobre el funcionamiento y los entresijos del club y sus integrantes. De primeras puede parecer aburrido y mas tratándose de una película de más de dos horas de duración, pero para mí ha sido todo lo contrario, a los 10 minutos ya estaba tan metido en las entrañas del club que cuando se ha acabado me ha sabido a poco. Es un viaje alucinante por todos los estamentos del Crazy Horse, pasando por su salón con capacidad para 250 personas, con sus mesas de terciopelo con cubiteras y botellas de champan, sus moquetas rojas, sus espejos, la iluminación tenue y llegando a las entrañas mismas del local -emplazado en un sótano- los camerinos donde se cambian las artistas y donde se prueban los vestidos y pelucas para el show. Todo un recorrido que tiene como parada final el escenario, y es precisamente ahí donde el documental explota, cada uno de los shows que se ven durante el metraje, ya sean en "directo" o ensayos me han volado la cabeza, cierto es que lo primero que llama la atención son las bailarinas semidesnudas -según las normas del señor Bernardin todas deben tener prácticamente las mismas medidas, sobre 1,70cm de altura, un pecho pequeño o mediano, un buen y redondo culo y piernas largas-, pero una vez metido en harina y, pese a que suene a tópico te olvidas de ese detalle y te das cuenta de que lo realmente importante del espectáculo es lo que viste a esas mujeres: Unas coreografías geniales, unos muy bien insertados decorados, unas luces y unos juegos lumínicos de escándalo, unas proyecciones magistrales y sobre todo una elegancia, una intención y una seducción que te dejan con la boca abierta. En fin, que me lo vi principalmente porque mi cerebro reptiliano me envió señales de que podría dar para paja y acabé degustando una exquisita obra de arte a modo de cabaré que me fascino y subyugo a partes iguales. Recomendable

7 / 10

 

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