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sábado, 26 de diciembre de 2015

In The Heart Of The Sea (2015)


Título Original: In The Heart Of The Sea
Título Traducido: En El Corazón Del Mar
Año: 2015
Duración: 121 Minutos
País: Estados Unidos
Director: Ron Howard
Guión: Charles Leavitt, Rick Jaffa, Peter Morgan, Amanda Silver (Novela: Nathaniel Philbrick)
Música: Roque Baños
Fotografía: Anthony Dod Mantle 
Reparto: Chris Hemsworth, Benjamin Walker, Cillian Murphy, Brendan Gleeson, Tom Holland, Ben Wishaw, Michelle Fairley, Charlotte Riley, Jordi Mollà, Joseph Mawle.
Productora: Warner Bros. / Village Roadshow Pictures / Cott Productions / Enelmar Productions / A.I.E. / Imagine Entertainment / Roth Films / Spring Creek Productions
Género: Aventuras / Drama
Sinopsis: En el invierno de 1820, Owen Chase (Hemsworth) y otros marineros de la tripulación del Essex sobrevivieron en alta mar en durísimas condiciones después de que el barco chocara con una enorme ballena blanca. Owen, obsesionado con la idea de dar caza al cetáceo, se enfrentó a las tormentas, al hambre y a la desesperación. Inspirada en la historia real en la que se basó Herman Melville para escribir el famoso relato 'Moby Dick'.

Hagamos un poco de historia que siempre será más interesante que leer lo que un pintamonas como yo tenga que decir.
El Essex fue un barco ballenero del siglo XIX de Nantucket, Massachusetts, EE.UU. Tenía 27 metros de eslora y 238 toneladas de peso, y era capitaneado por George Pollard, Jr. de 28 años de edad. 
Es conocido por ser atacado y hundido por un cachalote en el océano Pacífico en 1820. El incidente fue una inspiración para la novela clásica de 1851, Moby-Dick de Herman Melville. El Essex abandonó Nantucket en 1819, para un viaje de dos años y medio hacia las zonas de cacería de ballenas en el Pacífico sur. El 20 de noviembre de 1820 el Essex se encontró un cachalote mucho más grande de lo normal, el cual embistió el barco en dos ocasiones y lo hundió, mientras los hombres estaban persiguiendo y arponeando a otros miembros de la manada. El barco naufragó a 2,000 millas náuticas (3,700 kilómetros) al occidente de la costa occidental de Suramérica. Tras del naufragio los veintiún marinos se marcharon en tres pequeños botes balleneros (en este caso, usados como botes salvavidas) con suministros totalmente insuficientes de comida y agua fresca, y arribaron a la inhabitada Isla Henderson perteneciente a las Islas Pitcairn, actualmente territorio de la Gran Bretaña. En la isla Henderson, los hombres se hartaron de aves, pescado y vegetales. Además encontraron una pequeña fuente de agua dulce. Sin embargo, después de una semana, habían agotado los recursos naturales de la isla, y concluyeron que esta no podría sostenerlos por mucho más tiempo. La mayoría de los tripulantes del Essex volvieron a sus botes. Tres hombres optaron por quedarse en la isla. El exceso de sodio en la dieta de los marinos y la desnutrición les produjo diarrea, síncopes, debilitamiento, forúnculos, edema, y deficiencia de magnesio, la cual causa comportamiento extraño y violento. Como las condiciones empeoraban los marinos recurrieron a tomarse su propia orina y al robo y mala administración de la comida. Todos eran fumadores y sufrieron abstinencia grave cuando el suministro de tabaco se les agotó. Uno por uno los hombres del Essex murieron. Los primeros fueron amortajados en sus ropas y enterrados en el mar, como era la costumbre. Sin embargo, con la comida agotada los hombres recurrieron al canibalismo con el fin de sobrevivir, consumiendo los cuerpos de sus camaradas muertos. Hacia el final de la terrible experiencia, la situación en el bote del Capitán Pollard se hizo extremadamente crítica. Los hombres debieron hacer un sorteo para determinar quien debía morir para la supervivencia de los demás integrantes de la tripulación. Un joven llamado Owen Coffin, primo menor del capitán Pollard, que él había jurado proteger, perdió el sorteo. Un nuevo sorteo debió hacerse para determinar quién sería el ejecutor de Coffin. Su joven amigo Charles Ramsdell fue el elegido. Ramsdell le disparó a Coffin, y sus restos fueron consumidos por Pollard, Barzillai Ray y Charles Ramsdell. Algún tiempo después Ray también murió. Los sobrevivientes a este viaje, Pollard y Ramsdell, subsistieron royendo los huesos de Coffin y Ray. 95 días después del hundimiento del Essex, fueron rescatados por el ballenero Dauphin (también procedente de Nantucket). Ambos hombres para ese momento estaban tan disociados que ni siquiera notaron el Dauphin junto a ellos. Benjamin Lawrence, Owen Chase, y Thomas Nickerson sobrevivieron a través de medidas desesperadas similares, y fueron rescatados por el barco mercante Británico Indian, 93 días después del naufragio del Essex. Pollard, Chase, Ramsdell, Lawrence, y Nickerson se reunieron en el puerto de Valparaíso Chile, donde informaron a los oficiales de los tres hombres varados en la isla Henderson. Se le encomendó el rescate a un barco destinado al transporte por el Pacífico. Los tres fueron rescatados, sin embargo estaban al borde de la muerte. Para el momento del rescate del último de los ocho sobrevivientes el 5 de abril de 1821, siete marinos habían sido objeto de canibalismo. El primer oficial Owen Chase escribió un recuento del desastre, la Narración del más extraordinario y desastroso naufragio del ballenero Essex; esta fue usada por Herman Melville como una inspiración para su novela Moby-Dick. Los recuerdos de la terrible experiencia angustiaban a Chase. El sufría de dolores de cabeza y terribles pesadillas. Al final de su vida, Chase empezó a esconder la comida en el ático de su casa en Nantucket. El grumete, Thomas Nickerson, escribió otra narración que tituló La pérdida del barco "Essex" hundido por una ballena y la trágica experiencia de la tripulación sobre botes balleneros la cual no fue publicada hasta 1984 por la Asociación de historia de Nantucket. Nickerson escribió esta narración en la vejez y estuvo perdida hasta 1960. Sólo en 1980 esta narración llegó a manos de Edouard Stackpole, experto en balleneros de Nantucket, quien se dio cuenta de su importancia. Pues ale, todo esto más o menos es lo que nos cuenta Ron Howard -Willow (1988), Llamaradas (1991)- en su nueva película, para mi gusto técnicamente la película raya a gran altura -pese a algunos tiros de camara innecesarios- pero a nivel emocional naufraga –nunca mejor dicho-, todo resulta demasiado básico y superficial desde el perfil psicológico de los personajes hasta las relaciones entre ellos, la percepción del paso del tiempo desde que zarpan hasta que los rescatan la notas porque salen cartelitos en la pantalla, sino ni puta idea de si han pasado dos días, tres meses o siete años. En fin, una película que para verla una vez no está mal pero que ni deja poso, ni huella ni ganas de volver a verla, pegarle un vistazo pero si queréis disfrutar de una buena película acudir al Moby Dick (1956) de John Huston.

6 / 10 




 

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