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lunes, 6 de abril de 2015

Ohayo (1959)


Título Original: Ohayo 
Título Traducido: Buenos Días
Año: 1959
Duración: 94 Minutos
País: Japón:
Director: Yasujiro Ozu
Guión: Yasujiro Ozu, Kogo Noda
Música: Toshiro Mayuzumi
Fotografía: Yuuharu Atsuta
Reparto: Chishu Ryu, Kuniko Miyake, Yoshiko Kuga, Koji Shidara, Masahiko Shimazu, Keiji Sada, Haruo Tanaka, Haruko Sugimura
Productora: Shochiku
Género: Comedia / Familia
Sinopsis: Japón, años 50. Como todos los días, los miembros de una familia se disponen a afrontar sus problemas, sueños y realidades. El padre, con los altibajos de su trabajo y las exigencias que impone la educación de los hijos. La madre, administrando los ingresos familiares y atendiendo a las múltiples complicaciones de la vida doméstica. Y los hijos obsesionados por tener televisión en casa, y uno de ellos enfrascado en sus estudios y angustiado por un defecto físico. 

Maravillosa película costumbrista y magnifico retrato de la cotidianeidad del director Yasujiro Ozu – El Hijo Único (1936), Primavera Tardía (1949), Cuentos De Tokio (1957)- . En esta película Ozu se marca una radiografía en tono de comedia de una comunidad de vecinos de una indeterminada localidad de Japón, centrándose en una familia de clase media con dos hijos que desean a toda costa tener una televisión para poder ver los combates de sumo y para lograr que sus padres se la compren deciden no hablar más hasta que sus deseos se vean cumplidos, lo que les traerá multitud de problemas. El director pone el foco en esta familia, pero esta historia se va entremezclando con otras más pequeñas sobre otros vecinos de la comunidad para con ello hacer una crítica velada sobre los problemas de comunicación de la sociedad. No había visto este película y me he quedado loquísimo, puede que estemos ante una de las películas más sencillas (que no simple) de la historia del cine, pero no por ello carente de contenido, la película desde el arranque te atrapa y ya no te suelta, todo aderezado por una puesta en escena brutal y llena de colorido, desde el momento en el que el director te mete dentro de esta peculiar comunidad de vecinos ya no quieres salir de ahí, los encuadres de cámara son cojonudos, la iluminación perfecta, la fotografía sobresaliente y las actuaciones de primera, todo está perfectamente sincronizado en esta película, puede que yo la flipe un poco, pero es que me encanta esta comunidad, el costumbrismo Japonés me chifla joder, esas casas semi adosadas, esas puertas correderas, esa sencillez como forma de vida, esos muebles de madera de tonos tan cálidos, ese ritual a la hora de comer, ese arroz blanco siempre para acompañar la comida principal… ¡acojonante!, me parece todo tan atractivo y exótico que estoy por tirar mis cucharas y tenedores a la basura y agenciarme unos palillos japoneses para comer. En resumen, una película amable, divertida, libre de artificios, muy cuidada y estilosa y en la que si te pones a rascar la superficie encontraras cosas profundas y muy interesantes. La cotidianeidad hecha arte, gran reflejo de la sociedad nipona de la época. Joya.

9 / 10 

 

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