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martes, 24 de julio de 2018

Sesión Doble


La Frigida Y La Viciosa (Carlos Aured, 1981)
Producto típico de los que se hacían como churros a finales de los setenta y principios de los ochenta en el que un matrimonio en crisis formado por Fernando (Alfredo Calles) y Paula (Andrea Guzon) verá alterada su rutina tras la aparición de una fotógrafa llamada Celia (Sara Mora) que los introducirá en toda clase de juegos y prácticas sexuales.
A ver, si te interesa el género (drama erótico-festivo) la película se deja ver, no llega a aburrir y pese a solo ser tres personajes en una casa el ritmo no decae (pese a que algunas de las escenas eróticas se alargan en exceso), a mi me interesan más las películas eróticas cuando tienen una trama acoplada a un thriller o una comedia, pero aun así esta está bastante bien. Hoy en día el apartado erótico se queda algo deslucido por la forma tan ramplona y burda de rodar las escenas, pero se agradece la generosidad de despelotes de ambas actrices (una Andrea Guzon de belleza virginal y una Sara Mora que es pura sensualidad y morbo), que todo hay que decirlo, están muy apetecibles.
Supongo que en la época haría las delicias de muchos de los que años anteriores tenían que ver este tipo de películas en la clandestinidad y siempre con acento francés o anglosajón, pero hoy en día solo es recomendable como completismo o curiosidad cinéfila, poco más. 3/10
Playa Azul (Jaime Jesús Balcázar, 1982)
Tras la muerte del padre de familia, Elke (Dorothee Wider) y su madrastra Norma (Helga Liné) se van de vacaciones a la isla de Lanzarote para desconectar. Allí Elke conocerá a un joven y solitario pescador con el que conocerá el amor y la felicidad, por su parte, Norma, se dejara llevar por sus pasiones pasándose por la piedra a todo aquel que se cruce por su camino.
Dramilla romántico y veraniego con toques de erotismo light que no vale la pena ver a no ser que seas un pajillero de quince años sin conexión a internet, lo único destacable son los paisajes de Lanzarote y el poderío físico y la sensualidad de Helga Liné, toda un milf de toma pan y moja. Por lo demás tiene un argumento escaso, unos diálogos chapuceros y una pésima dirección. 2/10

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