Título Original: Turbulence
Título Traducido: Turbulencia: Abróchense los cinturones
Año: 1996
Duración: 100 Minutos
País: Estados Unidos
Director: Robert Butler
Guion: Jonathan Brett
Música: Shirley Walker
Fotografía: Lloyd Ahern III
Reparto: Ray Liotta, Lauren Holly, Hector Elizondo, Brendan Gleeson, Ben Cross, Rachel Ticotin, Catherine Hicks.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer / United Artists
Género: Acción
Sinopsis: Ryan Weaver (Ray Liotta) es un peligroso delincuente que acaba de ser
detenido en Nueva York, y la policía decide trasladarlo en un avión
comercial Boeing 747 con muy poco pasaje por Navidad desde la costa este
hasta Los Ángeles, junto a otro preso (Brendan Gleeson). Durante el
vuelo, su compañero logra escapar, y organiza una auténtica carnicería
entre la tripulación y los agentes que les vigilan.
Tras ver hace poco la basurilla de Altitude me
vino a la cabeza está Turbulence a la cual seguía la pista desde hace tiempo
por internet, pero no sé porque cojones nunca la encontraba, era como si
hubiesen borrado su existencia. En fin, decidí probar suerte una vez más en el
todopoderoso eMule y por fin di con ella. Así que ayer me la metí en vena y al
igual que cuando la vi el día de su estreno en cine, me ha parecido cojonuda. Dirigida
por Robert Butler, bregado en series como Kung Fu (1973), Canción triste de
Hill Street (1981), Remington Steele (1982) o Luz de Luna (1985), producida por
Martin Ransohoff y David Valdes, con guion de Jonathan Brett y música de
Shirley Walker, La película tuvo un presupuesto de 70 millones de dólares y
recaudo en los Estados Unidos unos 11, convirtiéndose en un fracaso de taquilla
y de crítica -Nominación al Razzie para Lauren Holly incluida-, pese a ello la
productora no tuvo reparos en producir dos secuelas a cada cual mas mala e
innecesaria.
La trama nos presenta a Teri Halloran (Lauren Holly), una romántica
azafata de vuelo a la que su novio acaba de abandonar el día de Nochebuena, por
otro lado tenemos a Ryan Weaver (Ray Liotta), un presunto asesino en serie al
que finalmente han podido dar caza gracias a unas pruebas falsas implantadas
por el teniente Aldo Hines (Héctor Elizondo) que después de mucho tiempo persiguiéndole
y viendo que es incapaz de detenerlo decide implicarle mediante dicha prueba
falsa ya que sabe que realmente es un asesino pero no puede probarlo. Pues
bien, a Weaver lo van a trasladar en un descomunal y ultramoderno avión 747
desde Nueva York hasta Los Ángeles para freírlo en la silla eléctrica y a Teri
le toca currar en ese vuelo. Pero no estarán solos ya que además de 5 pasajeros
civiles y la tripulación, a bordo también va otro convicto, un ladrón llamado
Stubbs (Brendan Gleeson), los dos policías que le custodian y otros dos que
custodian a Weaver. Aprovechando un momento que va al baño, Stubbs asesina a un
agente y se hace con su arma desatando el pánico entre el pasaje y montando un
pollo del copón, empiezan a volar las balas y caen dos policías mas y el piloto
que había salido de la cabina para ver qué coño estaba pasando. Weaver, con su
labia y don de gentes consigue que el único poli que queda le entregue su arma
para que no muera nadie mas pero Stubbs se le tira encima con intención de
matarlo y Weaver le pega un tiro, con tan mala suerte que al recibir el
impacto, Stubbs dispara contra el poli y lo mata, a todo esto, una de las balas
había perforado el fuselaje y el avión se despresuriza. Ahora ya solo quedan
los pasajeros, la tripulación y el copiloto, pero mira tú por dónde que durante
el tiroteo estaban pasando por una zona de turbulencias y el copiloto se ha
dado tal leñazo que ha muerto. Weaver, que hasta entonces parecía un tipo
amigable y educado, tras ver el percal en la cabina se da cuenta de que mejor
morir en un accidente aéreo que en la silla eléctrica, así que saca a relucir
su verdadero yo y de paso su psicopatía e histrionismo de manual para jugar al
juego del gato y el ratón modo sociópata con Teri. Así que ahora que Weaver ha
sacado todos sus trucos de la chistera -muecas, gritos, chascarrillos baratos-,
la buena de Teri -con la ayuda por radio del capitán Bowman- deberá hacerle
frente mientras intenta que el 747 no se estrelle durante la tormenta en medio
de Los Ángeles.
Mucha gente tacha a esta película de mediocre y basura, pero a mí
me parece un thriller aéreo cojonudo. Una serie B con medios y desquiciada
-Luego llegaría Con Air (Simon West, 1997) y tocaría techo en cuanto a bizarrismo y aviones- que
entretiene por un tubo. Tanto Lauren Holly, que sale preciosa, como Ray Liotta
en plan destroyer -Homenaje a Nicholson y El Resplandor incluido- están magníficos
y se marcan un duelo de aúpa, si a eso le sumamos que toda la acción transcurre
en un avión en medio de una violenta tormenta todo cuadra a las mil maravillas,
además, que este ambientada en navidad le da una atmosfera cojonuda, con todos
los adornos y mierdas por todo el avión -buen diseño de producción- y todo
acompañado por una genial banda sonora que remarca la tensión y la épica en
todo momento y unos secundarios de lujo como son Héctor Elizondo, Brendan
Gleeson, Ben Cross, Rachel Ticotin, Jeffrey DeMunn y Grand L. Bush. Vale que
tiene diálogos y situaciones rocambolescas -ese giro de campana del avión es
una gozada- y que es un tema muy manido ya, pero es tan sumamente divertida que
mantiene el interés y el entretenimiento en todo momento. Para mí, una de las
grandes olvidadas del genero, quizás porque a finales de los noventa ya estaba
de capa caída o quizás porque los protas no eran habituales del genero -Liotta
lo intento con la brutal Escape de Absolom (Martin Campbell, 1994)- pero aun así me parece una película
que funciona a las mil maravillas, como un jodido reloj suizo y que juega muy
bien sus cartas, entre tormentas, vaivenes, persecuciones, hostias y la
creciente tensión la película se pasa en un plis plas, cumple con su cometido y
la sensación que deja es jodidamente buena. Todo un clásico del video club. Si
te molan Decisión Critica (Stuart Baird, 1996), Air Force One (Wolfgang Petersen, 1997) o la antes nombrada Con Air y te
dejabas la paga los viernes por la noche en el video club, no la dejes pasar.
Una fantasmada muy recomendable y divertida.
7 / 10
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