Título Original: Shurayukihime
Año: 1973
Duración: 97 Minutos
País: Japón
Director: Toshiya Fujita
Guión: Kazuo Uemura, Kazuo Koike (Cómic: Kazuo Kamimura)
Música: Masaaki Hirao
Fotografía: Masaki Tamura
Reparto: Meiko Kaji, Toshio Kurosawa, Masaaki Daimon, Miyoko Akaza, Shinichi Uchida, Takeo Chii, Noboru Nakaya, Akemi Negishi, Hosei Komatsu.
Productora: Toho Film
Género: Thriller / Drama / Venganza
Sinopsis: Una jovencita llamada Yuki Kashima, nació en la cárcel en una fría noche
como instrumento de una venganza, ya que su padre, fue brutalmente
asesinado al ser confundido con un asesino del gobierno Meiji, suerte
que también compartió su pequeño hermano. Su madre logró vengarse de uno
de los asesinos, pero por ese asesinato fue condenada a cadena perpetua
y para continuar su venganza, se dedicó a acostarse con todos los
presos y carceleros que pudo, hasta conseguir quedar embarazada para que
su hijo (que resultó ser hija) terminase la venganza por ella. Saya
murió al dar a luz a la pequeña Yuki, que fue educada y brutalmente
entrenada por el monje Dokai.
Yuki (Meiko Kaji) ha nacido por y para la
venganza, sin más. Su padre y su hermano fueron asesinados por una banda de
estafadores, su madre intento vengarse de ellos pero solo pudo acabar con uno,
tras asesinarlo a sangre fría fue condenada a pasar su vida en prisión, así que
pensó que lo mejor que podía hacer era pasarse por la piedra a todo el que
pisase la cárcel para tener un hijo y que este acabase con su venganza, pero
mira tú por dónde que en vez de un hijo tuvo una hija. Una hija nacida del
infierno, con el peso de la vía láctea sobre sus hombros, una mujer entre la
vida y la muerte con una única misión entre ceja y ceja, vengar a su familia.
Tras ser cuidada en la cárcel por las compañeras de su madre que murió en el
parto acaba siendo adoptada por Dokai (Ko Nishimura), un monje que la someterá
a un tortuoso entrenamiento que acabara convirtiéndola en una autentica máquina
de matar. Cojonuda película de Toshiya Fujita e interpretada de manera magistral
por Meiko Kaji que sirvió de inspiración a Quentin Tarantino para su díptico
Kill Bill. Estamos ante una película de venganzas como la copa de un pino, he leído
por ahí que mucha chusma se queja de lo lenta que es y de lo mucho que se nota
que el tiempo no la ha tratado bien, ¡chorradas!, la película sigue funcionando
a las mil maravillas, tiene una dirección perfecta, con dejes setenteros como
cierto abuso del zoom pero que le dan un toque maravilloso, además la ambientación
es de nota, el vestuario y la atmosfera conseguida son brutales, desde el
primer minuto te meten en la historia y el uso de la voz en of le da un toque
de fabula que mola mogollón joder, si a eso le sumamos el maravilloso Shura No
Hana de la banda sonora interpretado por la misma Meiko Kaji nos da como
resultado una autentica joya. Hay miradas que matan, coreografías nada
espectaculares pero llenas de salvajismo, sangre brotando a chorros como si se
tratase de una fuente, desmembramientos, asesinatos a sangre fría y épica, mucha
épica. En definitiva, una película que me sigue enamorando como la primera vez
que la vi, con un personaje trágico a niveles colosales, un guion apabullante y
unos diálogos que ponen los pelos como escarpias, de las mejores películas
sobre venganzas que se han hecho sin lugar a dudas. Un jodido clásico.
9 / 10
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