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jueves, 10 de marzo de 2016

No Way Out (1987)


Título Original: No Way Out
Título Traducido: No Hay Salida
Año: 1987
Duración: 116 Minutos
País: Estados Unidos
Director: Roger Donaldson
Guión: Robert Garland (Novela: Kenneth Fearing)
Música: Maurice Jarre
Fotografía: John Alcott & Alun Bollinger
Reparto: Kevin Costner, Sean Young, Gene Hackman, Will Patton, George Dzundza, Howard Duff, Iman, Fred Dalton Thompson, Jason Bernard, David Paymer.
Productora: Orion Pictures
Género: Thriller / Intriga
Sinopsis: El Secretario de Defensa David Brice (Gene Hackman) mata a su amante en un arrebato de furia. Para encubrir el escándalo, su fiel ayudante (Will Patton) hace que las sospechas recaigan sobre un espía ruso, y para encontrarlo recluta al comandante de marina Tom Farrell (Kevin Costner). A medida que la investigación avanza, Farrell descubre horrorizado que todas las pistas lo inculpan directamente a él y que su vida corre peligro.

Remake encubierto de The Big Clock (John Farrow,1948) dirigido por el denostado por la crítica Roger Donaldson, pero que a mí me ha hecho pasar grandes momentos cinéfilos gracias a entretenimientos de alto calibre como La Huida (1994), Un Pueblo Llamado Dante´s Peak (1996) o Trece Días (2000) y que en esta No Hay Salida nos presenta a Tom Farrell (Kevin Costner), un comandante de la marina americana guapo y atractivo como el solo al que el traje de gala del ejercito le queda como un guante gracias a la mítica percha que lucía el bueno de Kevin Costner en sus años mozos. Pues bien, durante un baile de gala para agasajar al presidente de los EEUU, un viejo amigo de Farrell llamado Scott Pritchard (Will Patton) le presenta  su jefe y secretario de defensa David Brice (Gene Hackman), Farrell y Brice se saludan y poco mas, así que Farrell sigue a lo suyo, al rato mientras se toma un copazo conoce por casualidad a una putilla que busca varón llamada Susan Atwell (Sean Young) y hacen buenas migas, como son los años ochenta, se van de la fiesta y convierten una limusina en un picadero improvisado. Al poco tiempo separan sus caminos ya que Tom debe enrolarse para una misión en Filipinas, durante su separación siguen en contacto pero el tiempo pasa y cuando Tom vuelve a puerto resulta que la buena de Susan tiene otro jambo con el que retozar y, este no es otro que el secretario Brice. Por cosas del destino Tom, mediante la mano de Pritchard acaba trabajando para Brice como enlace del pentágono con el FBI y la CIA. Tom y Susan vuelven a darle a la matraca y pasan un finde juntos dale que te pego, pero cuando Susan vuelve a casa esta esperándole Brice, que muerto de celos sabiendo que tiene a otro maromo le mete un par de hostias con tan mala suerte que la mata. Presa del pánico acude a su fiel perro Pritchard y este elabora un plan para culpar del asesinato a un supuesto espía Ruso que esta infiltrado en el pentágono, para más inri le mandan la misión de encontrar a dicho espía al bueno de Tom que cuando ve que la víctima es su amada Susan pierde la cabeza. Ahora todas las pistas van en dirección a Tom y entre lagrima y lagrima deberá encontrar al verdadero asesino -no sabe que ha sido Brice, aunque lo intuye- antes de que las pistas le señalen a él y acabe con sus huesos en la cárcel o la silla eléctrica.
Estamos ante un clásico de video club en toda regla, un Neo-noir con una tensión in crescendo y un pulso narrativo a prueba de bombas gracias al guion de Robert Garland basado en la novela de Kenneth Fearing y a la música de ese genio llamado Maurice Jarre. Un perfecto vehículo para el lucimiento de Kevin Costner con un guion que juega maravillosamente sus cartas, al principio parece que la película no sabe hacia dónde quiere dirigirse, pero una vez se va desarrollando te das cuenta de que lo tiene muy clarito, el guionista nos introduce en una trama de intriga militar con ramalazos políticos y ecos de espionaje y guerra fría que tiene más chicha de la que pueda parecer. Cierto es que tiene sus cositas ochenteras, como el amigo interpretado por George Dzundza que es un cliché andante, todo el tema de la imagen generada por ordenador que no cuela de ninguna manera o la presencia de esa pedazo de hembra ochentera que era Iman, también es cierto que Sean Young esta para matarla –no soporto a esta mujer- y que el papel de Will Patton es tan desquiciado como poco creíble pero quitando esas pequeñas minucias tenemos un muy digno peliculón con un Kevin Costner on fire –ya había despuntado en Silverado (1985), pero a partir de esta se convirtió en estrella- y un Gene Hackman que pese a no tener un gran papel se come la pantalla cada vez que sale. En definitiva, si os molan los thrillers ochenteros de espías cargados de tensión y queréis pasar un rato entretenidos, esta es una grandísima opción. Además, tiene un final completamente inesperado que a más de uno dejara con el culo torcido.

7 / 10 

 

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