Título Original: The Man Who Could Cheat Death
Título Traducido: El Hombre Que Podía Engañar A La Muerte
Año: 1959
Duración: 83 Minutos
País: Reino Unido
Director: Terence Fisher
Guión: Jimmy Sangster (Obra: Barré Lyndon)
Música: Richard Rodney Bennett
Fotografía: Jack Asher
Reparto: Anton Diffring, Hazel Court, Christopher Lee, Arnold Marlé, Francis De Wolff.
Productora: Cadogan Films / Hammer Film Productions
Género: Thriller / Ciencia Ficción
Sinopsis: Basada en una obra de Barré Lyndon, en la que previamente ya se inspiró
"The Man in Half Moon Street" (1945). Un médico se mantiene joven y
lozano gracias a periódicos trasplantes glandulares que ocultan su
verdadera edad: 104 años. Pero, para ello, debe ser sacrificado algún
que otro jovencito.
Georges Bonnet (Anton
Diffring) es un joven científico y escultor que vive en el Paris de 1890, a
simple vista parece que vive una vida perfecta, celebra fiestas con colegas,
practica su pasión por la escultura con jóvenes mujeres que le sirven como
modelos y su relación con su amada Janine Du Bois (Hazel Court) parece que va
viento en popa tras unos inicios un poco amargos, pero Bonnet tiene un secreto,
un secreto que tan solo comparte con su buen amigo el doctor Ludwig Weiss
(Arnold Marlé) y ahora, debido a ese secreto le ha pedido ayuda a su querido
amigo para que viaje desde Viena hasta Paris porque requiere de su ayuda.
Resulta que ambos han trabajado durante toda su vida en un experimento para
alargar la vida de las personas indefinidamente y en su día el conejillo de
indias fue el propio Bonnet, Weiss en la actualidad tiene 84 años y Bonnet 104,
pero gracias a dicho experimento aparenta 35, lo que pasa es que dicha “inmortalidad”
tiene sus efectos secundarios, el paciente debe someterse a una operación para
sustituir una glándula por la de algún otra persona cada diez años, si pasados
los diez años no se sustituye el efecto de esos 100 años reales que tiene Bonnet
le vendrán de sopetón, pues bien, los diez años acaban de cumplirse y a Bonnet
se le acaba el tiempo, las malas noticias para el son que su amigos el doctor
Weiss ha sufrido un derrame y su mano derecha a quedado paralizada con lo que
no está en condiciones de operarle, así que ahora los dos deberán buscar a
alguien que les ayude en la operación antes de que Bonnet experimente el mal de
100 años en un solo minuto.
entretenida producción de la
Hammer dirigida –como no- por el grandioso Terence Fisher que nos propone un
argumento muy del rollo de Mad Doctor jugando a ser Dios, con todas las
implicaciones éticas y morales que ello conlleva, la puesta en escena de la película
es muy teatral, apenas hay dos o tres escenarios y los protagonistas deambulan
continuamente en sus interiores mientras recitan sus diálogos, tanto la ambientación,
como los escenarios y el uso de la fotografía son marca de la casa y las
interpretaciones logran su cometido, sobre todo la de Anton Diffring, que se
debate entre sus ansias por ser joven, su Mad Doctor interior y el amor
profundo que siente por su amada. La película no es ninguna maravilla pero aun así
entretiene, gracias a su corto metraje, apenas 80 minutos, no se hace pesada y
lo podría ser ya que el argumento realmente no da para mucho, aun así, como decía
la película es digna de ver, no es de las mejores de la Hammer, pero tiene su
estilo característico y toda la pompa habitual de la casa cosa que la hace
bastante disfrutable si os gustan las historias de ciencia ficción con altas
dosis de género fantástico.
6 / 10
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