Título Original: El Crack
Año: 1981
Duración: 119 Minutos
Director: José Luis Garci
Guión: José Luis Garci, Horacio Valcárcel
Música: Jesús Glück
Fotografía: Manuel Rojas
Reparto: Alfredo Landa, María Casanova, Miguel Rellán, José Bódalo, Manuel Tejada, Manuel Lozano, Raúl Fraire.
Productora: Nickel Odeon Dos / Acuarius Films
Género: Policíaco / Neo-noir
Sinopsis: Areta, un antiguo policía que trabaja como detective, recibe el encargo
de encontrar a la hija de un empresario de Ponferrada. Gracias al novio,
averigua que la chica estaba embarazada y huyó de casa. A partir de ese
momento, empieza a sufrir todo tipo de presiones para que abandone el
caso, pero Areta seguirá investigando hasta el final.
Germán Areta (Alfredo
Landa) es un ex policía reconvertido en detective privado coñon –pequeñajo, con
mostacho y mala uva-, un buen día se acerca a su oficina un empresario Gallego –del
que más tarde descubrirá que sufre una enfermedad terminal- para pedirle que
encuentre a su hija, esta huyo de casa hace dos años y no se volvió a saber de
ella, el padre solo sabe que estaba liada con un locutor de radio llamado Nico,
a partir de esta pista, Areta junto a su ayudante y ex quinqui El Moro (Miguel
Rellan) se pondrán a la faena, pero cuanto más investigue mas piedras le
saldrán en el camino ya que hay gente poderosa que no tiene ningunas ganas de
que Areta busque a la joven desaparecida, todo esto mientras en sus ratos
libres Areta intenta mantener una relación sentimental con una madre soltera y
su pequeña hija.
Hacía la tela de tiempo que
no veía esta película, pero como últimamente estoy dándole caña a los programas
de Cowboys De Medianoche de Herrero, Dulce y Garci me dio por darle un nuevo
revisionado y tras verla solo puedo decir que esto es un jodido peliculón -no la recordaba tan buena- de
principio a fin, un policiaco –o Neo-noir- que va como un tiro, con un guion
perfectamente escrito, plagado de diálogos geniales y escenas memorables -¡esa
partida de cartas¡- y con unas actuaciones de nota, destacando a Alfredo Landa
como ese investigador privado de esos que salen en las películas, como dice él:
“un tipo duro y solitario que trata de sobrevivir en una sociedad podrida
gracias a un trabajo sucio”, que se marca un papelazo del copón. Pero es que la
película va mas allá de ser una genialidad del género –posiblemente el mejor
policíaco hecho en este país nunca-, es una película donde José Luis Garci nos
mete en vena todas sus debilidades, desde el boxeo -con esas interminables
charlas sobre Rocky Marciano que tiene Landa con su barbero-, pasando por unas
escenas de Madrid portentosas y muy centradas en muchos de los cines donde
supongo que el propio Garci pasaba incontables horas, hasta llegar al Nueva
York de sus amores, retratando con amor y pasión el Madison Square Garden, la Pennsylvania
Station o el puente de Brooklyn, en fin, que la película es una declaración de
amor de principio a fin pero que no se queda solo en eso –valor añadido- sino
que como película de género funciona a la perfección y logra combinar de manera
perfecta y milimetrada su trama de intriga con la sub trama romántica, todo
arropado por una melancólica y majestuosa banda sonora que se te marca a fuego
cada vez que suena. Una película que si conectas con los gustos de Garci –yo lo
hago, debo estar convirtiéndome en un viejo cascarrabias- y te va el género te
encantara, para mí, una absoluta obra maestra.
10 / 10
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