Título Original: Kung Fury
Año: 2015
Duración: 30 Minutos
País: Suecia
Director: David Sandberg
Guión: David Sandberg
Música: Mitch Murder, Lost Years
Fotografía: Martin Gärdemalm, Jonas Ernhill, Mattias Andersson
Reparto: David Sandberg, Jorma Taccone, Steven Chew, Leopold Nilsson, Eleni Young, Helene Ahslon, Magnus Betner, Frank Sanderson, David Hasselhoff.
Productora: Laser Unicorns / Lampray
Género: Videoclub / Años 80
Sinopsis: Cuenta la historia de un policía renegado (llamado Kung Fury) que persigue a su archienemigo (Hitler) a través del tiempo.
¡Súbete conmigo al DeLorean
Madafacka!
Valencia. Fecha indeterminada años 80 (y
principios de los 90), porque si querido lector, por mucho que digan cuatro
indocumentados mascachapas y tuercebotas, los ochenta – y su espíritu- llegaron hasta mediados de los noventa.
Viernes tarde/noche, llegas a casa tras la obligada dosis de esclavismo y
adoctrinamiento educativo de cada día, tiras la mochila al suelo y mientras
meriendas un bocata de chorizo con olivas viendo alguna mierda en la televisión, al zamparte el bocata le pides un poco de money a tus viejos y gritas
un rotundo ¡Me bajo al videoclub!. Santuario entre santuarios, Valhala de fin
de semana, paraíso en la tierra… abres sus puertas más feliz que una perdiz, más
chulo que Arguile en su limusina mientras pone coplas, saludas al dueño del
lugar, sumo sacerdote del VHS y te diriges directo a la sección de novedades,
allí, tras un buen repaso visual te agencias un par de novedades de Van Damme,
Steven Seagal, Chuache, Sly o Spielberg y luego te vas a por otras dos pero mas
viejunas –Un Chitty Chitty Bang Bang o alguna recopilación de Cuentos Asombrosos
-, tras pagar tu dosis de droga y otear el local en busca de posters que
anuncien nuevas adquisiciones te das el piro de vuelta a casa, dejas las
películas al lado del reproductor de video y vuelves a tus mierdas, sabiendo
que tienes buen material para pasar el fin de semana de puta madre. No sé en
vuestro caso, pero yo nunca veía las películas ni por el día ni por la noche,
mi hora mágica era al amanecer –para verlas solo, como se debe ver el cine
¡joder!-, lo tenía todo controlado, el ritual –Si, en aquellos tiempos era un
ritual- era ver dos pelis cada día, dos los sábados y otras dos los domingos,
para ello me ponía el despertador a las 4 de la mañana, cual ladrón sigiloso me
dirigía directamente a la cocina y o bien me preparaba un par de bocadillos con
pan de Bimbo de huevo frito o hamburguesa con sus correspondientes dosis de
kétchup y mostaza o bien metía una Pizza congelada en el horno. Cogía la
bandeja, la pizza o los bocatas, una coca cola y ponía rumbo al salón de casa,
allí para no hacer ruido y como en aquellos tiempos el televisor no tenia
clavija para los auriculares me acomodaba en el sofá más cercano a la tele,
giraba el carrito donde estaba la susodicha y me lo ponía mirando al sofá –todo
por no hacer ruido-, cerraba las cortinas del salón para que no entrase ni
pizca de luz, chapaba la puerta, me ponía la bandeja encima, elegía la primera
película, la metía en su orificio pertinente, encendía el televisor y a
disfrutar como un puto perro viendo cine de calité mientras me zampaba una buena porcion de Pizza, como decía antes, estaba todo calculado, a las
cuatro la primera película, a las seis la segunda –calculaba dos horitas por
película- y a las ocho cuando los viejos se ponían en pie cerraba mi
chiringuito y aquí no ha pasado nada.
Los ochenta tanto a nivel
cinematográfico como musical fueron la polla, y no lo digo en plan nostálgico
lagrimero ya que hoy en día viendo películas de aquella época disfruto mucho más
que con la mayoría de truños que invaden la cartelera estos días y no porque las
recuerde con cariño, sino porque son jodidamente buenas, no diré nombres porque
hay miles y tampoco me voy a poner en plan abuelo cebolleta así que iré al
grano. Y el grano es Kung Fury, mediometraje salvajemente ochentero
financiado gracias a Kickstarter al que le seguía la pista desde hace tiempo.
¿De qué va este delirio?, Mejor no decir nada y decirlo todo, Kung Fury ni es
una película, ni un corto ni nada que se le parezca, es una jodida coctelera sentimental
donde el director y actor protagonista David Sandberg ha metido los ochenta
enteros, desde Sintetizadores a efectos especiales de Atari, el maldito Power
Glove, Policías chulos al más puro estilo de Cobra, maquinas recreativas que
cobran vida, guerreras vikingas tetudas y armadas hasta los dientes,
Dinosaurios que hablan y ejercen de policía, viajes en el tiempo, Hitler y
hordas de nazis, el puto Thor, un hacker pajillero y su Commodore, un maldito
Lamborghini volador, por tener, tiene incluso su momento Tracking –que tiempos
aquellos- y así un sinfín de referencias ochenteras mas, sin olvidarnos del
grandioso David Hasselhoff y su desde ya mítico True Survivor, posiblemente el mejor
temazo en lo que llevamos de año. Una película que recupera ese aroma a VHS,
esas escapadas al viejo y sucio videoclub de la esquina, esos héroes que
solucionaban sus problemas a base de puñetazos, patadas y hostias como panes
mientras escupían frases lapidarias y tú te morías por ser como ellos. Si
fuiste una rata de videoclub, devolvías las cintas sin rebobinar y te
levantabas cada dos minutos para ajustar el maldito botón de tracking esta es
tu película, si por el contrario eres un cinéfilo random ni te acerques a ella,
esto es una declaración de amor al cine ochentero, a esas sesiones con Ninjas
en Cinturón Negro de Antena 3, a las zapatillas Converse y Nike Air Force, a
las luces de neón, a Ryu y Ken, a Rambo, McLane o John Matrix, a las palmeras
de Rodeo Drive y a las puestas de sol épicas. Un puto desfase que dura
demasiado poco y aun así si los ochenta te ponen más calientes que ver a Pamela
Anderson correr por las layas de Malibu te retrotraerá a tu infancia y a esas
pizzas congeladas mientras veías VHS´s sin parar durante todo el puto fin de
semana. ¡Si te dejaste parte de tus dedos dándole caña al Tracking esta es tu película!
10/10
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